Lola Índigo: «No consumo canciones con mensaje machista»
Mimi, primera expulsada de Operación Triunfo, arrasa con ‘Ya no quiero ná’. Hablamos con ella sobre la ansiedad de la fama, Maluma y por qué no le importa subir fotos en bañador a Instagram.
Mimi (Granada, 1992), primera expulsada de la última y exitosa edición de Operación Triunfo, está exhausta. Lo demuestra, por ejemplo, tirando de lágrima artificial para aliviar la sequedad ocular que producen unos focos que llevan meses dirigidos hacia ella. Ya no quiero ná, la primera canción de su álter ego musical, Lola Índigo, ha despertado el interés de la prensa tras acumular casi cinco millones de reproducciones en menos de una semana. Por viralidad, ritmo y mensaje tiene muchas papeletas para tomarle el relevo a Lo Malo como seria candidata a canción del verano.
La responsable de tanto revuelo, que ya había pasado por el talent Fama, ¡a bailar! antes de llegar al concurso de TVE, nos recibe después de una larga jornada de entrevistas en la sede madrileña de Universal, la discográfica que respalda su proyecto. «Lo que más me preguntan es el significado de Lola Índigo», confiesa al principio de la conversación. Una vez esclarecida la etimología que preocupa por igual a seguidores y periodistas (Lola es, para ella, «mujer», e Índigo «hermandad, espiritualidad»), cabe hacer otra aclaración: puede que esté formada por cinco mujeres (ella y cuatro bailarinas: Saydi Lubanzadio, Claudia Riera, Mónica Peña –concursantes de Fama– y Laura Ruiz), pero esta no es una banda de chicas por mucho que todo el mundo se empeñe en repetirlo. «Lola Índigo es un sello que defiendo yo y que junta música y danza. Son unas alas muy grandes con las que quiero acoger el talento que me rodea», apunta. El resto de sus respuestas presumen de la misma seguridad.
Parte de la prensa musical y de las redes sociales señalan tu canción como la mejor de las lanzadas en esta edición de Operación Triunfo 2017. ¿Qué opinas?
¡Wow!. Estoy orgullosa de haberla compuesto yo (la música es de Bruno Valverde). Tengo la suerte de poder decir que la primera canción que he lanzado al mercado es mía.
Otros la comparan con El anillo de Jennifer López…
El anillo ha sido la primera canción de funk carioca que ha explotado en España y la estructura rítmica de este género es muy parecida en todas las canciones, como pasa con el reggaeton, pero no por ser del mismo género deberíamos compararlas.
En el videoclip llevas una estética muy urbana y estudiada… ¿Te interesa la moda?
Me flipa y de hecho una de mis ambiciones es sacar mi línea de ropa urbana bajo el sello de Lola Índigo.
¿Ya no quiero ná es también un canto al pesado de discoteca que no te deja en paz?
Has pillado perfectamente el mensaje (ríe). He sido víctima, como todas alguna vez, de ir de fiesta y que te pasen la ITV de arriba abajo como un buitre hacia una presa, algo que se suele dar más del género masculino hacia el femenino, para qué lo vamos a negar. Yo salgo de fiesta para pasármelo bien y lo otro –ligar, se entiende– es una consecuencia, así que quiero transmitir un mensaje de independencia.
Cada vez más mujeres cantan reggaeton y géneros que tradicionalmente han pecado de machistas. ¿Hay un cambio real en la industria?
Yo misma me he sentido un poco marginada en la música urbana por ser mujer. De la misma manera que ahora tengo amigos hombres que me han incluido en su onda, hace unos años no podía decir lo mismo y me costaba ser tomada en serio como compositora y bailarina. Entre todas estamos dando un empujón y diciendo: “Oye, que nosotras también lo hacemos de puta madre”.
Los grupos de chicas y las letras feministas están de moda. ¿Se utiliza el feminismo como estrategia de marketing?
Hay que llamar a las cosas por su nombre y el feminismo defiende causas realmente importantes como luchar para que la ley nos iguale y nos ampare, sobre todo, ante cosas tan graves como el acoso o las violaciones. Eso es lo que debería etiquetarse como feminista. Pedirle a alguien que te deje en paz es empoderador, pero no es un mensaje feminista como tal. Decirle a alguien “ya no quiero ná” es lo habitual.
Es un mensaje de lo que debería ser normal, entonces.
Sí, el problema es que la gente no está acostumbrada a que las mujeres hablemos de otra cosa que no sea amor y desamor en las canciones. Le doy las gracias a quienes lo consideren feminista, pero yo me tomo el feminismo mucho más en serio.
¿Cantarías con Maluma?
¿Se atrevería Maluma a cantar algo que he escrito yo?, esa es la pregunta.
No pasarías por el aro de cantar sus letras machistas, como decía tu compañera Ana Guerra.
No. Yo no consumo canciones con mensaje machista. Quizá solo si suenan en la discoteca y no me queda más remedio, pero desde luego no me las pongo en Spotify. Pero si él quisiera investigar por este camino yo le diría: ¡ánimo, adelante!
Tus compañeras de edición han hablado recientemente en una entrevista de la ansiedad que les provoca la fama. ¿Has vivido alguna situación similar?
Sí, sí, sí. De hecho, en Navidad viví un momento de shock. Me sentía sola a pesar de estar con mucha gente y no sabía cómo explicarle a mi madre la ansiedad que me suponía vivir todo el fenómeno OT fuera de la Academia. Me acuerdo del día de las Campanadas, todos abrazándose y yo llorando sin saber por qué. La gente tiene que entender que tenemos mucha presión, todo el mundo opina sobre nosotros. Por eso muchas veces me alejo de las redes y paso de mirarlas, aunque sea durante un día.
Ana Guerra fue criticada en un programa de TVE por subir a Instagram una foto en bañador.
Eso es porque no han visto el mío…
¿Has recibido comentarios similares?
No, de momento no se meten mucho en mi vida personal. Mi lema es ‘free the nipple’ (incluso lo lleva escrito en el top de Lara Padilla que lleva en el videoclip), así que qué te voy a contar. Pienso que la desnudez es algo natural; vemos violencia y peleas a plena luz del día, pero luego tenemos que esconder las tetas. Yo nunca he tenido perjuicios de subir fotos en tanga en la playa… que se metan en mi cuenta anterior a OT. Ya es 2018, ya… ya basta.
Instagram sigue censurando los pechos femeninos en 2018.
No veo diferencia entre un pecho masculino y uno femenino, lo único que veo es que se nos ha sexualizado y que nuestro cuerpo se ha convertido en objeto de deseo sexual por esa supremacía del hombre ante la mujer.
Un comentario repetido en las redes alude a la sorpresa de que la primera expulsada de OT tenga una canción tan buena. ¿Te infravaloraron?
Soy un tipo de artista que no es solo voz. Me presenté a OT porque engloba muchas cosas más allá de la potencia vocal, pero al final sí se premia un poco por encima del resto de cualidades. Y también se valora la personalidad, pero a mí no me dio mucho tiempo a mostrarla… Para mí es tan importante ser buen cantante como ser buen intérprete.
¿Tienes miedo a que se acabe el boom por el programa?
No. Uno se tiene que adaptar a los tiempos y a las circunstancias. Yo soy la que impulsa mi proyecto y como la creatividad y la forma de enfocarlo dependen de mí, mientras mi mente siga funcionando estaré a salvo.
El regreso de Fama, los canales en Youtube de coreografías que tiene millones de seguidores… ¿el baile ha vuelto para quedarse?
Todavía se sigue sin comprender que el baile es un arte tan importante como el resto. Me gustaría que la gente fuera a ver espectáculos de danza. Que fueran más a los conciertos, también. Que en España se consumiera más el arte, en general. Que la gente no pase tanto tiempo delante del teléfono o emborrachándose, que también está muy bien ¿eh?, que yo soy de Andalucía y vivo la fiesta, pero estaría bien interesarnos por ir a ver algo en directo y no tanta tele.
¿Qué podemos esperar de tu paso por Tu cara me suena?
Quiero hacerlo bien. No tanto ganar, pero sí hacer buenas actuaciones. Me gustaría cantar alguna de Lady Gaga como You and I.
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