Las creadoras del podcast ‘Amiga date cuenta’: “El enfado y la rabia son nuestro motor creativo”

Begoña Gómez (Tarragona, 43 años) y Noelia Ramírez (Esplugues de Llobregat, 41 años) dirigen, presentan y son el alma del ‘podcast’ Amiga date cuenta en Radio Primavera Sound. En él diseccionan y ponen nombre a fenómenos actuales utilizando lo que ellas definen como “sociología y antropología pop aplicada a lo que ya piensas”. “Nosotras creemos mucho en eso de que lo que no se nombra no existe. Creamos conceptos porque es importante poner etiquetas para identificar y visibilizar problemáticas. Lo hacemos desde la humildad y el humor”, asegura Ramírez. “Muchas veces lo primero que tenemos es el nombre del concepto que vamos a desarrollar en ese capítulo. A partir de ahí, el episodio está ya muy encaminado y es más sencillo ligarlo a referencias cinematográficas, a libros o artículos de autoras que nos resultan interesantes”, explica Gómez. Pero ¿de dónde sale la inspiración para encontrar esas cosas que rondan las cabezas de los oyentes, pero que no logran bautizar? Ambas coinciden en que es la indignación con la realidad que nos rodea lo que enciende la chispa de la imaginación: “El enfado y la rabia nos impulsan mucho. Experimentamos cabreos transformadores que funcionan como motor creativo”.

Con su primera temporada ya han conseguido crear una comunidad de fanes fieles, llamados amiguers, y hacerse un hueco entre los podcasts más interesantes y recomendados del momento. Además, con mucha astucia y talento, han conseguido conectar con un público muy joven, aunque ellas lleven más de 15 años trabajando como periodistas en medios escritos. El día de la entrevista, algunas de esas veinteañeras amiguers se han acercado a ver cómo hacen el podcast en directo, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con motivo del Festival Estación Podcast. “Nos choca porque nosotras no somos jóvenes. Tenemos un respeto máximo a todo lo que viene de abajo. No nos gusta señorear, ni los prejuicios. Pero sí sentimos que venimos del futuro a decirles que todo se complica. También que nada se resuelve. Quiero decir que a veces la gente espera alcanzar un estadio en el que la vida es muy estable y todo lo tienes muy atado. La realidad es que nunca ocurre. Eso es una cosa que descubres al hacerte mayor, cuando compruebas que tu vida se puede desmontar justo en el momento en el que creías que todo estaba muy claro”, subraya Gómez. En Radio Primavera Sound apostaron por ellas porque querían mujeres mayores de 40 años, que dieran su visión de las cosas desde un punto de vista más experimentado. Lo que quizá no esperaban es que se produjera una conexión tan fuerte con el público de la generación Z. “Sobre todo chicas y gais”, aclaran ellas.

Uno de los capítulos más escuchados de Amiga date cuenta está dedicado a las “geishas de la gentrificación”, esas mujeres a las que los turistas utilizan, con la excusa de una cita, para que hagan de guías turísticas y les enseñen los secretos locales de la cuidad. No hay intención de encontrar el amor por parte de estos extranjeros —que tanto han contribuido a subir los precios del alquiler—, pero sí de comer en un sitio al que solo van los lugareños para vivir la experiencia más exótica posible. Otro gran éxito del programa es Disociadas, un episodio que analiza profundamente cómo la gente va enajenada por la vida haciendo como si nada de lo que ocurre a su alrededor pasara. En él, investigan la alineación y la despersonalización, tan propia de nuestra era, en la que las redes sociales actúan como el vehículo de una disociación que siempre viene acompañada de resultados reconfortantes a muy corto plazo, pero que nos angustia profundamente con el paso del tiempo.

Una conexión diferente

Desde que están al frente de Amiga date cuenta, han notado una conexión mucho más especial con los oyentes que con los lectores a los que se dirigen cuando trabajan en periodismo escrito. Begoña Gómez escribe en La Vanguardia y Noelia Ramírez lleva más de una década ligada a diferentes secciones de El País, pero no ha sido hasta que le han puesto voz a sus pensamientos y teorías cuando han logrado que las reconozcan por la calle y les agradezcan apasionadamente todo el esfuerzo que hay detrás del proyecto. “Es que hablarle al oído a alguien, conversar a través de sus airpods, genera una conexión que no es la misma que cuando lees un artículo. A mí misma me ocurre, siento como que conozco a algunas autoras de podcasts que admiro”, describe Ramírez.

También han comprobado que los episodios dedicados a la implacable presión por cumplir con los cánones de belleza —concretamente Fascismo del cuerpo y Dismórficas— son los que más conversación y debate han creado entre los amiguers. “Las oyentes han conectado mucho porque estamos todas fatal con este tema. En general, estamos atravesadísimas por la exigencia estética”, explica Gómez. “Por eso somos y tenemos que seguir siendo las feministas aguafiestas. Hay que hacerlo de una forma elegante, pero hay que ser la persona que estropea la cena”, añade Ramírez. “Luego pagamos una ronda y solucionado”, sentencia, entre risas, Gómez.