Lunes sin carne
Renuncia a cualquier producto animal al menos un día a la semana. Mejora tu salud y la del planeta.
La violencia comienza por el tenedor, solía decir Gandhi. El vegetariano más famoso de todos los tiempos no es el único en dar al humilde cubierto un poder extraordinario: la organización Lunes sin carne, respaldada por un grupo de agrupaciones de salud pública de EEUU y Gran Bretaña, cree que un sencillo tenedor puede convertirse en un arma capaz de transformar el mundo.
Esta asociación sin ánimo de lucro invita a comenzar de forma modesta evitando el consumo de carne y cualquier otro alimento de origen animal los lunes (u otro día de la semana). La versión española, que aterrizó recientemente, sigue la estela de los 25 países donde la iniciativa está en marcha, en algunos casos con gran éxito. En Bélgica, ciudades enteras como Brujas o Gante se han sumado a la iniciativa implantando menús sin carne en los centros escolares. Otro ejemplo: el hotel Nordic Light, en Estocolmo (Suecia) presenta a sus clientes una carta sin carne un día a la semana.
Las consecuencias para la salud son notables. El exceso de carne en la dieta se relaciona con el riesgo de padecer cáncer y otras enfermedades. Las dietas ricas en frutas y verduras, por otra parte, reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
La salud de los carnívoros no es la única que sale ganando con este día de “dieta”. En su informe La larga sombra del ganado, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para el Alimento y la Agricultura) señalaba ya en 2009 que las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a toda la cadena de producción de carne representan una quinta parte de las emisiones mundiales totales: nada menos que el 18%, incluyendo emisiones procedentes de la deforestación (provocada por los criadores de ganado), el transporte de la carne y la producción industrial del alimento, etc.
Lunes sin carne asegura que, si la población de EEUU renunciase a productos animales solamente un día a la semana, la cantidad de emisiones que se reducirían equivaldría a la que se produciría si toda la población se pasase a conducir coches híbridos. Se evitaría el consumo de más de 45.000 millones de litros de gasolina y se ahorraría suficiente agua como para que cada persona pudiera llenar su bañera aproximadamente 20 veces al año.
Este último punto es crucial. Hace unos días, la ONU destacaba, con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua, que hacen falta entre 1.000 y 3.000 litros de agua para producir un kilo de arroz, y 7.000 para un filete de ternera.
“No estamos pidiendo que te hagas vegetariano o que te conviertas en abogado de los derechos de los animales (aunque eso sería maravilloso). Pedimos que, simplemente, asumas el compromiso de no comer carne una vez a la semana. Ninguna otra acción resultará tan simple y tan poderosa para hacer algo por el planeta”, señala Andrea Ripoll, de Lunes sin carne en España, una de las participantes en el encuentro sobre alimentación vegetariana organizado por Coplanet que se celebró el fin de semana en Madrid.
¿El pescado es la solución? La respuesta es un rotundo no. Los expertos advierten de la extinción en masa de los océanos. En cuanto a las piscifactorías, los problemas que ocasionan son similares a los de las granjas ganaderas. Como apunta el documental Sea the truth, que vaticina el final de los océanos para el 2048, no hay tal cosa como pesca sostenible.
“Hay que comer con más consciencia”, señala Ripoll. “Eso traerá consigo una ética y una forma de ver las cosas diferentes. Cuanto más respetuosos seamos con nosotros mismos, también lo seremos con el medio ambiente y con los animales”.
¿Por dónde empezar? Por informarse bien, sin duda. “Una dieta vegetariana puede satisfacer todas las necesidades proteicas”, asegura Mar García, miembro de Unión Vegetariana Española. Y no es necesario ingerir todas las proteínas en la misma comida. “Si tienes una dieta variada, el cuerpo almacena aminoácidos esenciales para usar las proteínas que necesite más adelante”, indica.
Consumimos muchas más proteínas de las que necesitamos. Una alimentación con una alta proporción de proteína animal puede derivar en descalcificación ósea, entre otros problemas. En cuanto al consumo de grasas, “no hay ninguna razón nutricional por la que consumir grasas animales”, apunta García. La clave, de nuevo es informarse. A todos los niveles. Como señala Paul McCartney (muy activo en el movimiento Lunes sin carne), “si los mataderos tuvieran paredes de cristal, todos seríamos vegetarianos”.
*Natalia Martín Cantero es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es
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