Estevia, ¿la panacea verde de los edulcorantes?
Es el edulzante de moda en nuestro país. Sus defensores aseguran que aporta menos calorías y es más sano que el azúcar. ¿Es esto una novedad?
La estevia o stevia, endulzante que en países como Japón lleva consumiéndose más de 30 años, ha aterrizado con fuerza en los hogares españoles. Su origen natural y la iconografía verde que lo acompaña satisface el ansia eco en un mundo consciente de los peligros del azúcar y donde lo químico cada vez tiene peor fama. Procede de una planta, sí, pero ¿realmente es mejor que otros edulcorantes?
La Stevia Rebaudiana Bertoni, su nombre culto (en honor a los dos científicos, Rebaudí y Bertoni, que la estudiaron y clasificaron en primer lugar) es un pequeño arbusto herbáceo de hoja perenne. Su sabor dulce procede de los glicósidos de esteviol presentes en la planta, que tienen un sabor hasta 300 veces más dulce que el azúcar. Por esta razón, sólo hace falta una cantidad muy pequeña para endulzar. Originaria de la cordillera entre Paraguay y Brasil, donde crece de forma espontánea, ha sido consumida por los indios guaraní durante siglos, señala la Asociación Española de la Stevia. Se utiliza desde tiempo inmemorial para endulzar el mate y, de acuerdo con esta agrupación, es el edulcorante natural más antiguo que se conoce.
En la repesca contemporánea de este producto milenario, sin embargo, se asocian tantas ventajas a su consumo que la planta bordearía lo milagroso. “Utilizada como edulcorante, puede ser muy útil para aquellas personas que buscan endulzar sus alimentos o bebidas sin incrementar su valor calórico ni su índice glucémico y sin incrementar el riesgo de caries”, apunta Jesús Román Martínez, presidente del comité científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación. “Es decir, es interesante para todos los consumidores aunque sobre todo para los diabéticos y personas que quieren controlar su peso”, señala.
El uso de la planta completa es harina de otro costal ya que, como señala Román Martínez, “no se ha podido demostrar la seguridad ni la veracidad de los supuestos efectos positivos”. Esto es especialmente importante si el consumidor es una mujer gestante, en fase de lactancia o en el caso de los niños, advierte Román Martínez. “Todos ellos pueden ser especialmente sensibles a posibles efectos tóxicos o indeseados. Por supuesto, la planta de estevia no cura la diabetes, como se ha llegado a decir”.
El gancho del marketing verde ha impulsado, sin duda, el entusiasmo con el que algunos consumidores se han lanzado a por este producto desde que la Unión Europa diera el visto bueno a su comercialización, en 2011. “Entiendo que pueda considerarse 'tradicional' su uso por parte de los guaraníes de Paraguay, masticando las hojas de la planta, pero es realmente curioso esgrimir el argumento 'natural' a un producto comercial, y también comercializado por multinacionales, que sigue tanto procesado como el resto de edulcorantes”, dice Aitor Sánchez García, nutricionista, investigador y autor del blog Mi dieta cojea.
Sánchez García recuerda que se trata del aditivo alimentario E-960, agrupado bajo la nomenclatura “Glucósidos de Esteviol”. “La estevia, como todo aditivo alimentario, ha seguido el proceso de autorización pertinente, y está reconocido y recogido en el Reglamento 1131/2011 de la UE, con el número E-960”, señala. Sánchez García se refiere a un dato poco conocido, como es que la Ingesta Diaria Admisible de la estevia sea de 4mg por kilo de peso corporal al día, cantidad diez veces menor que la del aspartamo, uno de los edulcorantes más criticados, que es de 40mg por kilo.
Lo importante es recordar que, hoy por hoy, la estevia no tiene atribuida ninguna otra propiedad que no tengan otros edulcorantes. “Quizá en el futuro se descubra. Por el momento, no aporta ni más ni menos que otros endulzantes”, dice el nutricionista. La sacarina, por ejemplo, también tiene un valor calórico menor que el azúcar.
Román Martínez está de acuerdo. “Es normal que los fabricantes que han invertido presuman de los ‘beneficios’ de su producto”, señala. “Como todos los edulcorantes legalmente autorizados son seguros y su función es simplemente esa (endulzar), sin otras disquisiciones sobre la salud que no tienen lugar, el consumidor elegirá el que más le agrade al paladar… y es verdad que la estevia suele gustar por su sabor más frutal y parecido al azúcar sin dejar un regusto metálico o extraño”.
@nataliamartin es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es
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