Marcas de cosmética que realmente luchan contra el uso innecesario de plástico
Los productos con envases de plástico reciclado o incluso sin envase están más presentes que nunca.
“El mar es mi vida y no quiero acabar remando entre plásticos”, nos contaba hace unos días a la prensa la surfera Lucía Martiño, en un encuentro organizado por la firma capilar Kevin Murphy donde nos hablaban de la importancia del uso del plástico OWP en los envases de cosmética.
Pero, ¿qué es el plástico OWP y por qué cada vez más marcas empiezan a utilizarlo?
Las siglas OWP designan el plástico usado que termina en los océanos (ocean waste plastic) que, una vez recogido y reciclado de forma sostenible, se emplea para crear los envases de los productos que luego acaban en nuestros estantes del baño. Desde agosto de este año, Kevin Murphy fabrica sus botellas con plástico 100% OWP, pero no es la única: por ejemplo, Uzza Skincare es la primera marca de cosmética made in Spain en usar OWP como alternativa al plástico virgen en su packaging.
Y ambas firmas lo hacen mediante un proceso similar: primero, el plástico es recogido de los océanos y ríos (en el caso de Uzza, principalmente del Índico y de los mares Caribe y de Filipinas) y trasladado a sus fábricas, donde es separado por tipo de material y color. Tras esto, se limpia, se desodoriza y se transforma en gránulos. Después, con una “combustión limpia”, se funde y se le da forma: un nuevo envase de plástico reciclado, sostenible y reciclable infinitas veces.
Con este novedoso proceso, Kevin Murphy se compromete a eliminar cada año 360 toneladas de plástico de los océanos, un pequeño granito de arena nada despreciable, teniendo en cuenta que de las 8 millones de toneladas son vertidas cada año al mar, un 13% proviene de productos de belleza, y se estima que en 2050 habrá en el agua más plástico que peces.
El uso único del plástico virgen es toda una emergencia ecológica: “En los últimos 10 años se ha producido más cantidad que en todo el siglo XX, y aproximadamente la mitad es de un solo uso o se tira inmediatamente”, según la Plastic Soup Foundation. Por eso, las principales firmas de belleza se están poniendo las pilas en cuanto al uso de este material se refiere, reduciendo su consumo, invirtiendo en reciclaje, recogiendo desechos del agua y, si es posible, eliminándolo.
Y precisamente en la eliminación de plástico de los packagings de belleza, Lush es una de las pioneras. “La mejor manera de reducir el uso de plásticos es crear productos que no necesiten envases”, nos cuentan desde la marca. Buen ejemplo de ello es su famoso champú sólido, creado en 1987 por Mo Constantine, cofundadora de la empresa. “Las ventas de champú sólido de los últimos 13 años han supuesto el ahorro de 110 millones de botellas de plástico, o lo que es lo mismo, 3.000 toneladas que no se han tenido que fabricar”, afirman en Lush. Pero mientras la marca trabaja en que todos sus productos sean naked, es decir, que no necesiten envases (actualmente un 50% de su catálogo ya no viene envasado), usan sus icónicos botes negros hechos a a partir de una mezcla de plásticos reciclados que puedes devolver a las tiendas una vez vacíos. Suzy Hill, de Lush, explica que “en el último año, nos han devuelto siete toneladas de botes negros para reciclar”.
Otra firma internacional que empieza a apostar por el plastic-free es Dove: el año que viene, el envase de su icónica pastilla de belleza no tendrá nada de plástico, empezarán a producir nuevas botellas con plástico 100% reciclado y crearán para sus desodorantes un packaging de acero inoxidable, reutilizable y rellenable.
Todas estas medidas son, sin duda, pequeños pasos que ayudarán a mejorar la salud del planeta, un buen puñado de gestos significativos que empiezan a hacer que la industria beauty tome conciencia ecológica más allá de los ingredientes de sus productos y que, además de por el contenido, demuestren que se preocupan de igual manera por el continente.
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