¿Cómo está cambiando la Inteligencia Artificial la medicina y la cirugía estéticas?
Trasplantes de pelo automatizados o topografía corneal que mide los niveles de colágeno, los nuevos tiempos vienen con muchas novedades en la medicina estética
La Inteligencia Artificial aplicada a la medicina y a la cirugía estética es una realidad. Personalizar aún más los tratamientos, controlar la temperatura y otros parámetros, garantizar aún más la seguridad del paciente o realizar un diagnóstico más detallado son algunas de las ventajas. Hace años que convivimos con apps que nos permiten cambiar de peinado o acertar con el maquillaje. “Disponemos de máquinas que controlan la bioimpedancia del tejido a tratar. Esto es muy útil en radiofrecuencia: el cabezal de nuestras máquinas mide la temperatura y cuenta con unos rangos de control con los que, según la tolerancia del paciente, regula la temperatura”, nos cuenta Eva Collar, esteticista y fundadora de los Centros y Clínica de belleza y bienestar Marquessa y creadora de la marca de cosmética Marquessa Clinic Collection. Pronto incorporarán una cámara portátil 3D para mejorar el diagnóstico, analizar las arrugas, las manchas, la grasa o la vascularización de la piel y para recomendar tratamientos. “También podremos hacernos una idea del resultado del tratamiento y compararlo con el rostro actual”, afirma Collar.
El Diagnóstico Inner Wellness de Gema Cabañero se basa en la IA. “Permite localizar no solo la alteración estética externa que preocupa al paciente, sino su causa interna”, Gema Cabañero, fundadora y directora de la Clínica antiaging & estética avanzada Gema Cabañero. Esta tecnología mide el nivel de envejecimiento interno de la piel y del organismo con datos objetivos y cuantificables. “Realiza una fotografía y nos ayuda escoger el tratamiento más adecuado y a hacer frente a las alteraciones que aún no se han manifestado, pero que están ahí”.
Otra parte esencial es la topografía corneal. “Genera gráficos cromáticos de la córnea a partir de 20.000 puntos. De este modo, se miden los niveles, la distribución y el daño del colágeno, sus proporciones y su estado en el resto del organismo. También se evalúa el nivel de glicación, de oxidación y la inflamación celular”, afirma Cabañero.
Para asignar un plan nutricosmético de manera automática –aparte de gestionar citas, datos y diagnósticos–, Gema Cabañero ha lanzado una app para el paciente y el profesional. “Permite hacer un seguimiento más detallado del caso y de los objetivos que vamos alcanzando”, explica.
En Clínica Martín del Yerro Amselem, llevan usando la IA desde hace años. “La empleamos a diario integrada en un software que funciona con IA generativa. No solo nos sirve como fuente de información, sino para generar nuevos patrones. La IA es una herramienta muy valiosa: las imágenes prequirúrgicas ayudan al paciente a tener una idea del resultado final muy fiable. Creo, no obstante, que las conclusiones diagnósticas y actos terapéuticos de los profesionales son un valor insustituible que debe prevalecer ante cualquier nueva tecnología”, afirman desde la Clínica Martín del Yerro Amselem.
“En Carmen Navarro seguimos apostando por el diagnóstico cara a cara, por ese momento íntimo de la lectura de la piel. Aún así, está claro que la IA facilita el trabajo”, asegura Carmen Navarro, fundadora de los centros homónimos.
En cirugía, la novedad son los robots de IA capaces de automatizar trasplantes de pelo, y tecnologías como M.A.I.L System, conocido como el “chatbot de la liposucción”, una técnica coreana desarrollada junto a Microsoft. “Este sistema registra los movimientos de los cirujanos durante la intervención y los analiza aplicando Big Data. Esto permite guardar información sobre la profundidad, la velocidad y la localización de la cánula durante todo el proceso, ir valorando el resultado y evitar infecciones o posibles heridas”, aseguran desde 365mc, el hospital de Daejeon responsable de este sistema. La liposucción causa inflamación e irritación, por lo que sus resultados no suelen ser visibles hasta unas ocho semanas después. “Con M.A.I.L System los cirujanos serán capaces de predecir sus efectos nada más terminar y podrán informar cuánto tiempo notará esa inflación. Algo vital para el bienestar psicológico del paciente”, explica Lee Sun-ho, director del hospital 365mc.
Los trasplantes de pelo son uno de los procedimientos más demandados en el mundo (según Medihair, unos 3,4 millones en el mundo), pero también de los más tediosos: se deben extraer miles de folículos de un donante y trasplantarlos en la cabeza del paciente. En EE UU, ya se aplican algoritmos para automatizar el proceso. El robot ARTAS es capaz de extraer hasta 6.000 folículos (y de escoger los más robustos) al día. De manera manual, como mucho se alcanza a extraer unos 3.500 folículos diarios.
Dennis Ledenkif, CEO de Robosculptor, augura que la Inteligencia Artificial y la medicina y cirugía estética formarán un tándem inseparable. “Su presencia va a aumentar y va a revolucionar todavía más el sector. Va a automatizar y mejorar un sinfín de procesos. Queda poco para que veamos inyecciones de bótox o de ácido hialurónico realizadas con IA”, afirma este experto con más de quince años de experiencia en tecnología aplicada a la cosmética.
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