Así piensa la española más influyente de Reino Unido
La abogada Miriam González, esposa del viceprimer ministro británico Nick Clegg, es una estrella en su país de adopción. La prensa y los adversarios de su marido aplauden su lucha por la igualdad.
La abogada vallisoletana Miriam González Durántez (Olmedo, 1968), esposa del viceprimer ministro británico Nick Clegg, se ha convertido en una de las voces más respetadas del panorama sociopolítico de su país de adopción. Su creciente popularidad, impulsada por un verbo eléctrico y espontáneo, ha logrado eclipsar al mismísimo David Cameron. Se prodiga poco, pero cuando lo hace tiemblan los cimientos de Reino Unido: reclama los mismos derechos de los hombres para las mujeres, ensalza "los cojones" de los padres que cuidan de sus hijos y denuncia las dificultades que entraña la conciliación de la vida laboral y familiar. La inclemente prensa británica aplaude su arrojo y reclama más voces como la suya. A la vista de las pasiones que levanta, en los próximos meses su papel será decisivo. En mayo de 2015 los británicos están llamados a votar en las urnas y muchos se preguntan si Clegg será capaz de traducir en votos el entusiasmo que despierta su mujer. Así es el ideario feminista de la española más influyente de Reino Unido:
1. "SI NO TIENES CONFIANZA, FÍNGELA". González es socia del bufete de abogados Dechert LLP y, desde hace un año, lidera la campaña institucional Inspiring Women, un proyecto dirigido a chicas jóvenes para facilitar su inserción en el mundo laboral. La esposa de Nick Clegg lleva meses recorriendo decenas de colegios británicos para dar a conocer la iniciativa. "Si no tenéis confianza en vosotras mismas, ¿por qué no la fingís? A lo largo de la historia las mujeres nos hemos visto obligadas a fingir miles de cosas, así que ya sabéis lo que tenéis que hacer", animó hace una semana en el primer aniversario de la campaña celebrado en un acto en Londres. El año pasado explicó en el diario The Daily Telegraph por qué la educación debe desempeñar un papel capital en la liberación de la mujer. "No todas visten de Prada ni protagonizan portadas de revistas. Pero eso no quiere decir que sean menos interesantes, audaces o fuertes. Y mucho menos quiere decir que no sean guapas. Esta generación es la de las mujeres inteligentes, comprometidas y curiosas, que no temen trabajar duro y están decididas a triunfar. Es nuestra responsabilidad garantizar todo ese potencial y no desperdiciarlo".
2. "NO SOY LA SEÑORA DE CLEGG, ME LLAMO MIRIAM". González rehusó adoptar el apellido de su marido cuando se casó y optó por seguir trabajando durante la campaña electoral que precedió al nombramiento de Clegg como viceprimer ministro en 2010. "Lo siento, pero no tengo el lujo de tener un empleo que pueda abandonar durante cinco semanas; y me imagino que eso sucede con la mayoría de la gente de este país", declaró. Lo dijo en referencia a Samantha Cameron, esposa del primer ministro, que abandonó su trabajo en la firma de lujo Smythson pocos días antes de entrar a vivir en Downing Street. Las comparaciones resultan odiosas y la abogada siempre ha rechazado los paralelismos. "Los votantes se merecen algo mejor, más política y menos opiniones sobre cómo vestimos o dejamos de vestir", dijo en una ocasión.
Nick Clegg y Miriam González.
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3. "QUIERO LO MISMO QUE TIENEN LOS HOMBRES". La igualdad ha sido una de las máximas que siempre ha defendido esta madre de tres hijos: Antonio (12), Alberto (7) y Miguel (5). "Muchos hombres tienen una carrera profesional de éxito, o lo que ellos ven como éxito, y lo combinan con una familia, y eso es lo que yo quiero tener", dijo hace un mes en una escuela de Glasgow. La periodista Gaby Hinsliff, del diario The Guardian, defendía hace unos días la necesidad de contar con más mujeres como González en la esfera pública británica. "No hay mejor ejemplo que el suyo para desterrar la idea de que los hombres no nos quieren inteligentes. Y muchos la odian por eso".
4. "NO SOMOS NINGUNA DISTRACCIÓN". Tras la derrota de la Selección española ante Suiza (0-1) en el Mundial de 2010, el diario The Times culpó a la periodista Sara Carbonero de ser "una distracción" para el equipo. Semanas después, cuando un gol de Iniesta dio el triunfo definitivo a España frente a los Países Bajos (1-0), González remitió una carta al entonces director del diario, James Harding, exigiéndole que pidiera perdón por aquella acusación. "Ahora que España ha ganado el Mundial y que Iker Casillas demostró el domingo que es un extraordinario portero, con independencia de si su novia le sigue o no desde la banda, podría ser el momento para que pidan disculpas. Un periódico debería tratar a las mujeres por lo que hacen y no por lo que puedan hacer sus compañeros", escribió. Harding salió por peteneras: "Felicidades por la victoria de su equipo en el Mundial. Y ahora, si le parece bien, me gustaría invitarle a un pincho de tortilla". A los pocos días, en un acto de conciliación, Harding recibió en su despacho una tortilla de patatas hecha por la madre de González.
El matrimonio Clegg-González en el funeral de Adolfo Suaréz con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
Cordon Press
5. "LA EDUCACIÓN ES UN DERECHO DE TODOS". Como parte de su activismo al frente de la campaña Inspiring Woman, la formación de las estudiantes es una de sus máximas prioridades. "Estamos en el siglo XXI, una época en la que no se puede comprar la pertenencia a una élite. Tienes que ganártelo con esfuerzo, sin atajos. ¿Qué es eso de que una niña educada en una escuela pública tenga menos oportunidades que un chico que va a Eton?", explicó en una entrevista.
6. "LOS HOMBRES QUE CUIDAN DE SUS HIJOS TIENEN MÁS COJONES". En el turno de preguntas que siguió a un discurso de su marido frente a la clase empresarial, González fue tajante. “Los padres trabajadores modernos tienen que empezar a decirlo alto y con orgullo: cuidar de tus hijos y ser responsable de ellos no afecta a tu nivel de testosterona. Aquellos que lo hacen tienen más cojones”. Lo dijo en abril, pero la cita todavía escuece a los viejos dinosaurios de la política británica. Desde entonces, la palabra de marras ha servido para titular infinidad de artículos y ha afianzado más si cabe la popularidad de la abogada. Claire Cohen, del diario The Telegraph, la comparó con Margaret Thatcher –por sus formas, no por su ideología– y dijo que, como mínimo, se merecía una cartera en el Gobierno del que su marido es cotitular. En ese mismo periódico la periodista Judith Wood dijo que "todo el mundo debería tener un trocito de Miriam González en sus vidas".
El matrimonio Clegg en la última conferencia del partido Liberal Demócrata.
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