Arte y diseño: ellas rompen todas las barreras
La directora de ARCO, Maribel López, artistas y diseñadoras explican los grandes cambios de su sector en la última época y hablan sobre los desafíos de futuro: más mujeres en primera línea y los nuevos campos a explorar.
“El sector del arte siempre está en cambio, es una investigación desde el presente hacia el futuro”, sentencia Maribel López, que lleva dos ediciones al frente de ARCO. Ha podido observar esas transformaciones desde diferentes perspectivas: como galerista (en Barcelona y Berlín), comisaria y ahora dirigiendo una feria que se reinventa –“El futuro es que seamos más agentes de la investigación de cómo se va a ir definiendo el arte, junto a las galerías”– sin olvidar su esencia –“El año que viene celebramos el 40+1 aniversario, y seguimos siendo un lugar de encuentro de dos personas en torno a una obra de arte”–. La tecnología ha sacudido también este mundo, en el que las barreras con otras disciplinas se desdibujan: no resulta extraño que una artista como Yayoi Kusama cree una botella de champán o que un diseñadora gráfica como Giorgia Lupi intervenga una pared del MoMA con sus infografías. “El arte se mezcla, no está en su torre sin tener ninguna relación, esas imbricaciones sirven para compartir ideas y amplificarlas en otros formatos”, subraya López.
Precisamente aprender y explorar distintos campos es lo que ha hecho Inés Maestre desde sus inicios: primero estudió patronaje, luego diseño de moda, trabajó en Inditex y lo dejó para dedicarse a la ilustración como freelance y ahora lleva dos años en Lausana (Suiza) estudiando un máster de artes visuales. “En esta década se han roto barreras, está pasando a todos los niveles, hay artistas que exploran la moda, están desapareciendo esos prejuicios de que si eres artista solo haces tu arte personal y si no eres un vendido, que seguían ahí”, reflexiona. Además, se aprecian nuevos focos de interés: las periferias ganan terreno. Para Teresa Solar –que empezó en el videoarte y ha llevado sus esculturas a la Bienal de Liverpool o la Casa del Arte de Múnich– “se está buscando este tipo de expansión, y eso dinamiza mucho la escena de las ciudades”. Ahora ella va a participar en el premio Future Art Generation de Kiev (Ucrania) y subraya la importancia que, con la pandemia, ha cobrado “la digitalización, las plataformas para enseñar el trabajo, porque las redes sociales muestran la obra de compañeros que no viven cerca”. En una disciplina que está dando pasos hacia un cambio del canon con la incorporación en las colecciones de los museos de artistas de diferentes latitudes y más mujeres, Solar constata una nueva forma de mirar: “Es un muy buen momento para ser mujer, cuando nunca lo ha sido; las creadoras tenemos el viento más de cara, cuando nunca lo hemos tenido”.
En el mundo del diseño también han predominado los nombres masculinos, pero hay creadoras de proyección internacional, como la valenciana Inma Bermúdez, que son un ejemplo de esos nuevos aires. Fue la primera española en diseñar para Ikea, y ha trabajado para Marset, Lladró o la firma de relojes de lujo Rado. Desde su punto de vista, “hoy en día la figura del diseñador industrial tiene más peso, está reconocida, el público final es más consciente de lo que es un buen diseño, y más crítico”. Falta, cree, que la sostenibilidad se asuma de forma integral, “no solamente por los diseñadores, sino por los políticos y la industria, que todos vayan por ese camino y haya unas leyes que lo regulen”. Es una de sus fijaciones –ahora va a trabajar con la bodega Dominio de la Vega en su transición a ecológico– y además la sostenibilidad será también uno de los ejes sobre los que Valencia se erigirá como Capital Mundial del Diseño en 2022, “una fiesta enorme para la ciudad y el tejido industrial”, asegura Bermúdez.
Dentro de la mente de Isabel Inés Casasnovas, @ludita en el mundo digital en el que ha centrado su carrera, anticipar el futuro e investigar nuevos horizontes ha sido siempre la máxima. Este año ha recibido una mención especial en el Premio Nacional de Diseño porque no ha temido ser pionera: dice que es “de la generación que destripó el Spectrum”, en 1995 fundó el estudio de diseño Tisana junto a su hermana, ha participado en la creación de webs como la del Museo del Prado o Idealista y en 2013 creó en Madrid La Nave Nodriza, una escuela que dirige junto a otras tres mujeres, “para generar conversación y reflexión en torno al rol del diseño”. La velocidad a la que avanzan las tecnologías, sostiene, es el motor que redibuja el día a día: “En 2010, menos del 20% de la población tenía un smartphone. Hemos pasado de tener un ordenador familiar de sobremesa que se conectaba a internet con el cable del fijo a un entorno multidispositivo, de ‘tener una página web’ o ‘conectarnos a internet’ a ‘ser digitales’ y ‘estar conectados’, algo totalmente distinto”. Todo en solo una década; toca imaginar qué barreras se romperán en la siguiente.
*Retrato de Maribel López: Maquillaje y peluquería: Yurema Villa (Ana Prado) para Guerlain y Mön Icon Team. Foto de grupo: Estilista: Sergio Martínez de Maya. Maquillaje: Xenia Tio (Cool) para Elizabeth Arden. Peluquería: Eli Serrano (Cool) para GHD. Asistente de fotografía: Gerardo Romero. Asistente de estilismo: Martina Tacchini.
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