Asiática, embarazada, feminista y escatológica: la revolución cómica de Ali Wong
La humorista causa sensación en Estados Unidos gracias a un monólogo grabado durante su embarazo. Lidera una ola de papeles y visibilización de las mujeres gestantes en televisión.
“Es raro ver a una mujer humorista actuar embarazada, porque las cómicas no suelen estarlo. Tratad de pensar en alguna, os reto. No hay. Una vez que lo están, ellas solo… desaparecen”. A sus 34 años, a Ali Wong, humorista de origen asiático-estadounidense (“tengo un consejo para mis iguales: nunca juguéis al paintball con un veterano de Vietnam”) le gusta soltar este tipo de verdades incómodas. Y ella puede, porque en lo de hacer reír a un auditorio hasta la bandera con un bebé de siete meses en la barriga, es pionera. Wong se ha convertido en una sensación en Estados Unidos gracias a un show especial para Netflix (disponible también en la plataforma española) que rodó antes de dar a luz. Baby Cobra es una hora (“lo máximo que aguantaba sin ir al baño”) de humor bruto e hiperrealista sobre el virus del papiloma humano, el sadomasoquismo, el aborto, las etapas del embarazo, el sexo oral o el desorbitado precio de las frutas exóticas en los supermercados cortadas en rodajas. Un monólogo hilarante que visibiliza de un plumazo a varios grupos marginados en el mundo del entretenimiento. ¿O es que has visto alguna vez sobre un escenario a una mujer asiática, embarazada y feminista?
“Sabía que mi marido era un tesoro cuando lo conocí, así que me dije: ‘Ali, tienes que hacer creer a este tío que tu cuerpo es un jardín secreto’. Cuando más bien es un parque público, en el que se han celebrado muchos festivales de reggae y que accidentalmente ha dejado entrar a dos indigentes… Creía que eran hipsters, ¿vale?”. Luciendo un vestido de lycra ceñido del H&M (de 8 euros) y unas cómodas sandalias, Wong reparte verdades escatológicas sin ningún pudor y en primera persona, haciendo gala del nuevo estilo de stand-up que lideran tótems como Louis C.K. y Amy Schumer. Precisamente la protagonista de Y de repente tú ha confesado ser una fan de su “increíble” espectáculo. Aunque lleva más de diez años subiéndose a los escenarios y es guionista de la celebrada serie Recién llegados, Wong se ha hecho popular gracias a este especial (el primero protagonizado por una embarazada en el país yankee) y según Variety, es una de las cómicas más prometedoras de país. “Quería usar mi embarazo como una fuente de poder y convertirlo en un arma en vez de una debilidad. Cuando estás embarazada, tienes hambre, estás cansada y gorda, por lo que tienes esa actitud ‘No me importa una mierda’ que se presta a ser utilizada en la actuación. Dejas ir toda tu dignidad y vergüenza, y es precioso”, confesó a la edición norteamericana de Elle.
Uno de los pasajes más subversivos y que más repercusión han levantado es el correspondiente al feminismo. “Creo que es lo peor que le ha pasado a la mujer. Nuestro trabajo solía ser el no tener un trabajo. ¡Lo teníamos tan bien!”. Wong atiza a las activistas (como la jefa de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg) que han invertido la histórica tendencia machista, teniendo ahora que “hacer de vientre en la oficina en vez de en mi casa, limpiándome con papel higiénico de una capa que parece el desierto”. No hay que ser ningún lince para descubrir la ironía en las palabras de una mujer que está trabajando embarazada de siete meses, y a las que da la vuelta al final del espectáculo. Wong se atreve a manejar material potencialmente deprimente, como su anterior aborto de gemelos o las millonarias deudas de su marido, pero lo hace con tal entusiasmo, ritmo y energía que el cerebro del espectador apenas tiene tiempo de plantearse de qué se está riendo, o de si es políticamente correcto que lo haga.
Su espectáculo también sirve para denunciar el hecho de que la comedia sobre embarazos (y sus diferentes fases) ha estado dominada siempre por los hombres, siendo estos muchas veces meros espectadores de un proceso que les afecta en menor medida. “Una vez que tienen un niño se suben al escenario a la semana siguiente y dicen, ‘Ey tíos, he tenido un jodido bebé que es una mierda, es molesto y aburrido’. Y otros padres de mierda en el público dicen: ‘¡Es graciosísimo, me identifico!’ Mientras tanto, la madre está en casa cambiándose un pañal helado porque su coño necesita cicatrizar”.
La repercusión de su show (aunque sea por streaming) es un paso más en la batalla para visibilizar los embarazos en la televisión. Quizá sea hora de superar el pánico producido en los sets de cientos de rodajes cuando una de sus actrices da la temida noticia; apresurándose a disimularlo con ropa ridículamente ancha, cargándola con atrezzo que, casualidad, oculta su barriga, o directamente deteniendo la producción. Pero en el último año parece que la tendencia está variando. Ahí tenemos los ejemplos de personajes como la jefa de espías interpretada por Olivia Colman en El Infiltrado, Claire (Caitriona Balfe) en Outlander o Rose Byrne en la inminente secuela de Malditos Vecinos, lo que la edición norteamericana de Vanity Fair ha calificado de “revolución silenciosa”. Por tono y contenido, el embarazo de Sharon Horgan en la hilarante serie británica Catastrophe sigue la misma estela de lo denunciado por Wong en su monólogo. “Cuando llega un bebé, todos tienen sus propios problemas. Queríamos que los de nuestros personajes fueran reales, no problemas de sitcoms. La gente responde a la honestidad de nuestra serie”, declaró Horgan en una entrevista.
Ahora que el especial ha visto la luz y su hija Marie (en honor a Marie Kondo, la autora del libro superventas La magia del orden) ya tiene seis meses de vida, Ali Wong actúa varias veces a la semana y se rumorea que podrían ofrecerle rodar su propia serie. “Me gustaría tener un tipo de programa oscuro basado en mi vida como Louie, o en cómo crecí, tipo Aquellos maravillosos años, porque lo hice en una familia asiático-americana que tenía todos los problemas de los blancos. Creo que eso no lo habéis visto antes”, comenta la humorista. No sabemos si la tele aceptará de tan buen grado los soeces encantos de Wong o si intentará transformarla para hacerla accesible, lo que está claro es que en internet reina a sus anchas. “Empecé a ver porno desde muy joven y eso es malo, porque las imágenes que deseas son cada vez más sucias y enfermizas. Lo bueno es que internet siempre te adelanta”, espeta en su espectáculo. Y una vez más acierta, porque de porno y de descubrir a gente que nos hacer reír, nadie puede superar el poder de las redes. Amén.
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