Un cepillo de última generación para lavarse los dientes a conciencia
Los hábitos correctos de higiene bucal son bien conocidos, pero es muy difícil ejecutar un cepillado que convenza al 100% a los dentistas. Los cepillos de última generación tratan de ayudarnos a conseguirlo
Hagamos un ejercicio de honestidad: nadie se lava los dientes tres veces al día durante dos minutos exactos sin dejar ninguna zona descuidada. Es tarea complicada tener una higiene bucal como la que recomiendan nueve de cada diez dentistas, aunque sea solo por falta de pericia y no de voluntad. Pero la tecnología de los cepillos eléctricos está aquí para ayudarnos a tomar más conciencia de cómo nos lavamos los dientes y en qué fallamos. Al menos, eso es lo que prometen algunas compañías.
El cepillo de dientes Oral B Genius 8.000 de Braun ofrece hacer un seguimiento de la rutina de cepillado, recogiendo información sobre duración, frecuencia diaria y zonas más descuidadas. No es exactamente un cepillo inteligente porque no tiene sensores conectados a internet ni utiliza la inteligencia artificial, pero sí se conecta al smartphone a través de Bluetooth. Una aplicación móvil diseñada específicamente para este modelo permite consultar la información de cada cepillado.
Gestión del tiempo
El dato más útil que se puede encontrar en la app es el de la duración. Hay quien pierde la noción del tiempo mientras se cepilla incansablemente o quien se impacienta y abandona al minuto. Pero quizás lo más difícil sea repartir el tiempo de cepillado por igual entre todas las partes de la boca. Hacerlo bien es complicado si no tenemos referencias temporales. Este cepillo da con una solución muy satisfactoria. La app permite configurarlo para que vibre levemente cada 30 segundos: es la señal de que debemos cambiar de zona. Al acabarse el tiempo total de cepillado vibra de forma más intensa para que sepamos que ya hemos alcanzado los dos minutos. Un smiley te da la enhorabuena por haber cumplido con tu objetivo o se decepciona y colorea en rojo el tiempo para recordarte que no lo has logrado.
Aunque no sea inteligente, sí tiene sensores de presión que detectan si el usuario se está cepillando demasiado fuerte, lo que puede contribuir a que se inflamen las encías o a estropear el esmalte. En ese caso, se enciende un aro de luz roja y cambia la vibración para alertar de que debe reducirse la fuerza. Otro dato que puede ayudar a tomar conciencia sobre nuestros hábitos de limpieza es la frecuencia. La app recopila el número de cepillados diarios y los ordena en un calendario, al que añade la duración y los segundos de “demasiada presión” de cada uno. Los mensajes de ánimo o de enhorabuena te persiguen en cada pantalla.
Guiado del cepillado
Quizá una de las utilidades más prometedoras y atractivas es la detección de posición, pero también es una de las más decepcionantes. El cepillo no incorpora sensores que hagan una lectura automática de qué zona estás lavando en cada momento, sino que es necesario instalar un soporte para el móvil en el espejo del baño y dar permisos a la cámara del dispositivo para que observe el cepillado. El aparato se sincroniza con la app, una dentadura aparece en la pantalla y se va coloreando conforme vas completando zonas en tu boca. El uso de la cámara para monitorizar la limpieza es una opción mientras no lleguen los sensores inteligentes, pero siempre queda la duda de a dónde van las imágenes.
Si el lector es una persona comprometida, quizá también le resulte útil el apartado de rutinas de cuidado dental. La app ofrece programas de cepillado centrados en potenciar el blanqueamiento, la salud de las encías o el cuidado de ortodoncias. Al establecer una rutina de blanqueamiento, por ejemplo, la aplicación propone varias imágenes para que el usuario elija aquella que se asemeje más al blanco actual de sus dientes, lo que le permite establecer un punto de partida para autoevaluar la progresión con el paso del tiempo. Después, la app le propone una serie de ejercicios para aumentar el blanqueamiento. Sin embargo, la mejora o no de los dientes depende de la percepción del usuario, no de una evaluación que pueda realizar el cepillo.
La batería es uno de los puntos fuertes del aparato. Fabricada de iones de litio, puede durar hasta dos semanas y tarda en cargarse unas seis horas.
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