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Emprendimiento

La startup española que aspira a poner la tele del futuro en los salones del mundo

Broomx lleva cinco años explorando las posibilidades de sacar la realidad virtual del casco para proyectarla directamente sobre entornos físicos: desde hoteles hasta hospitales, desde Israel hasta Canadá

El MK-player de Broomx en funcionamiento
El MK-player de Broomx en funcionamientoBroomx

Si alguna vez te has mareado jugando al Super Mario, es posible que sospeches que la realidad virtual no es para ti. Según parece, el problema es que tu cerebro se hace un lío con lo que están viendo tus ojos y lo que simultáneamente registran tus oídos. ¿Quieres llevarlo al límite? Ponte unas gafas de realidad virtual. "Aunque las gafas mejoren, siempre habrá una gran base de población a la que no le gusta ir con estas gafas. Porque no se siente cómoda, porque se marea... Soluciones como la nuestra ayudan a cubrir un espectro de población que podría utilizar las tecnologías inmersivas pero no las utiliza por las gafas", adelanta Ignasi Capellà cofundador de Broomx.

La alternativa que esta startup empezó a desarrollar en 2015 se llama MK-Player 360 y ofrece la posibilidad de sacar la experiencia inmersiva de las limitaciones del casco. "Ofrecemos una solución más natural, más social, poder compartir la experiencia y no es tan invasivo en el sentido de que te metes en otro mundo y pierdes el contacto con la realidad", precisa Capellà. En Broomx lo llaman realidad virtual proyectada, y lo han hecho realidad en cerca de una veintena de países y en una variopinta lista de sectores: turismo, marketing, entretenimiento, eventos, industria... "Hemos tenido incluso un zoo".

Modelos del MK-Player 360
Modelos del MK-Player 360Broomx

En el futuro próximo, su rama más prometedora está en la sanidad canadiense, donde se está llevando a cabo un proyecto de investigación financiado por el ministerio de salud para profundizar en el uso de tecnologías inmersivas en el tratamiento de personas con alzheimer. "Empezamos en septiembre del año pasado, con un proyector en una clínica y una muestra de unos treinta pacientes y al cabo de dos o tres meses -estaban previstos seis-, vieron que funcionaba tan bien que empezaron la segunda fase y adquirieron dos proyectores más. Ahora mismo estamos con unos trescientos pacientes en tres clínicas en Ontario", explica Capellà.

No estaba en los planes de Broomx, pero si todo sale bien, el plan será ampliar las instalaciones al resto de hospitales del país, que además es el segundo del mundo en cuanto a envejecimiento de población. "Esto pasa mucho con las startups: tú planificas un producto, un mercado, una audiencia... En nuestro caso eran millennials, gente tecnológica, joven, que vaya a hoteles de cierto nivel. Y resulta que los usuarios que están funcionando mejor son gente de ochenta años en clínicas geriátricas. Nos ha roto todos los esquemas, pero funciona".

Capellà atribuye esta oportunidad en Canadá a la magia de internet. "Buscaban lo típico, las gafas. Pero ya intuían que seguramente no funcionaría con sus pacientes. La nuestra fue la que más se adecuó a sus necesidades", señala. Pero su experiencia internacional empieza por Europa. "Nosotros activamente nos enfocamos a Europa por facilidad, por proximidad, por ser un mercado único a nivel de regulación e impuestos...", señala.

El viejo continente tiene sus peculiaridades -muchos países, muchas culturas, muchos idiomas- pero presenta ventajas indiscutibles como escalón intermedio en el ascenso a una presencia global. "Hemos tirado de Europa", admite el cofundador de Broomx. En este sentido, ha sido clave Enterprise Europe Network (EEN) y sus estrategias para favorecer la innovación y el crecimiento internacional de pequeñas y medianas empresas. "Nos ha ayudado mucho en cuanto a visualización. Eso ha sido de lo mejor que nos ha podido ofrecer Europa: llevarnos a muchos eventos como este, participar en lo que llaman Brokerage events, en los que ponen en contacto empresas de distintos perfiles y de ámbito internacional con intereses comunes".

Tinder profesional

En el inminente Mobile World Congress (24-27 febrero) se celebrará una de estas citas, que tenderá puentes entre más de 500 empresas -el 80% de ellas, startups y PYMES del sector TIC- de más de 50 países. "Es un tinder a nivel profesional", señala Alba Quer, representante de EEN en Cataluña. "Atraemos a grandes corporaciones que buscan nuevas soluciones y tecnologías para comprar o invertir en ellas. Para las startups una colaboración con una gran corporación de renombre es una fuerza de tracción que las ayuda a escalar".

Además, EEN ofrece asesoramiento para proyectos de internacionalización, protección de la propiedad intelectual e industrial y acceso a financiación europea, entre otros. "Estos programas son competitivos y persiguen financiar las mejores propuestas de mayor calidad, más innovadoras y con impacto para resolver retos de la sociedad y poder competir después internacionalmente. Son una barrera de inicio pero muchas empresas consiguen finalmente la financiación después de ir mejorando sus propuestas lo que al final es positivo para ellas", explica Quer. "Son proyectos muy burocráticos que cuesta mucho entrar, entender, pero hay muchas oportunidades que pueden ayudar a dar el salto a nuevos mercados", coincide Capellà.

El fundador de Broomx advierte que en la tierra prometida no es oro todo lo que reluce. "Hay tanta oferta, tantos emprendedores que quieren ir a Silicon Valley a vender... Estamos hablando de una de las zonas con más poder adquisitivo del mundo. Es tan feroz, que o vas muy preparado y con buenos recursos o mejor espérate, empieza por aquí cerca, consolida tu producto, entiende bien tu mercado y el feedback del cliente y vas allí en una segunda o tercera fase", sugiere.

Es consciente de que la inversión media en Europa es inferior, pero no ve que esto sea necesariamente negativo. Por una parte, ambos destinos son abismalmente distintos en cuanto al gasto que exigen. "El coste de vida en San Francisco es casi diez veces el de aquí. Es normal que levanten más dinero". Por otra, es un mercado menos saturado. "No hay esa convergencia de que todo el mundo quiere levantar dinero en Silicon Valley y ser el siguiente Google... Google es la punta de un iceberg que tiene debajo millones de startups que no han funcionado".

"El problema es ir con dinero de Europa, con una inversión levantada en Europa a jugar en la misma liga que las empresas de Estados Unidos. Ahí está la descompensación", añade. Contra esto, receta consolidación. "Conviértete en un referente antes de dar el salto porque luego ya tendrás mucho camino hecho. Se valora mucho tener casos de uso y cuanto más grandes sean los clientes mejor".

Ser un referente ya es un reto en sí mismo si acabas de llegar al mercado y más, si necesitas contenidos que volcar en tu plataforma. "Cuando empezamos la empresa, todo el mundo nos recibió: Youtube, Sony Pictures... A todo el mundo le interesa lo que hacemos, pero somos muy pequeños". Broomx solventó esto creando su propia plataforma de contenidos y seleccionando una red de artistas que contribuyen a ella. "La estrategia es ir creciendo al mismo ritmo que crecen nuestros clientes", resume. "Ya llegará el día que tengamos a los Rolling Stones en directo en tu habitación. Pero de momento ya tenemos cosas muy potentes".

Ir poco a poco parece clave en un sector donde la realidad tiente cierta tendencia a machacar proyecciones optimistas." Había unas previsiones de crecimiento brutales y en los últimos dos años se ha estancado. Digamos que se ha retrasado un poco, también debido a las herramientas que había", explica el cofundador de Broomx. El mercado ya ni siquiera es el mismo que hace dos otres años, cuando estalló el último hype. "Antes se tiraba mucho por el usuario final como una nueva forma de entretenimiento y consumo de contenidos audiovisuales, todos los grandes players de la industria empezaron a crear mucho contenido (National Geographic, Disney), salieron muchas gafas, pero no han tenido una aceptación como la que se esperaba". Ahora las apuestas van dirigidas a industrias concretas.

¿Es un paso atrás? "Es un paso lógico y que va a resultar positivo al final. Sí, lo ideal sería que todo el mundo tuviera y esto fuera una industria superfloreciente. Pero creo que es positivo, porque las empresas que se mantienen de esta última oleada se van consolidando y van creciendo, y las nuevas han podido aprender de los fallos de las penúltimas y entran con una idea más clara de hacia dónde quieren ir y con herramientas más potentes".

Los planes de Broomx para los próximos años pasan por explotar las posibilidades de interacción del MK-Player 360 y seguir avanzando hacia los usuarios finales. "Ir a la universidad, al hospital o al hotel es para nosotros el paso intermedio antes de ir a las casas", señala Capellà. En algún punto del camino, tendrán que reducir tanto el tamaño como el precio de su producto actual, que cuesta 14.900 euros. "No es para el mercado doméstico. No es nuestro foco ahora mismo, pero sí que vemos viable evolucionar hacia un modelo mucho más económico y compacto para llegar a un mercado muy grande".

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