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“En toda industria que crece rápido hay burbujas, y los inversores de los eSports no son diferentes”

Carlos Rodríguez 'Ocelote', CEO y fundador del equipo G2 Esports, que disputó la final del Mundial de 'League of Legends' este fin de semana, cree que hay muchas cosas que corregir en los eSports pero que es normal: "Esto no lo había hecho nadie antes"

Carlos Rodríguez 'Ocelote'
Carlos Rodríguez 'Ocelote'

Ángel o demonio. Provocador o bufón. Nadie que escuche el nombre de Ocelote y siga un poco League of Legends —uno de los títulos referentes de los llamados eSports, popularmente conocido como LOL— permanece impasible. En su momento jugador y entrenador, acude a la entrevista como Carlos Rodríguez (Barcelona, 1990), CEO y fundador de G2 Esports, una de las franquicias más relevantes de los llamados deportes electrónicos.

No queda atisbo de duda de cuál es su compañía. Viste una sudadera blanca con el nombre del equipo. Su personalidad peculiar, sin pelos en la lengua, también persiste en todas sus respuestas, no solo en los innumerables tuits con los que agita las redes sociales. Para este milenial de éxito, cuya organización está valorada en casi 100 millones de euros según Forbes, la ambición es su plato de comida diario. “Soy ambicioso y humilde al mismo tiempo. Esta es la razón por la que sigo creciendo y no voy a parar”, asegura.

¿En qué punto se encuentra la industria de los deportes electrónicos?

Lo bueno de llevar en esta industria 15 años es que reconoces las tendencias enseguida, ves los patrones de comportamiento de los juegos. Alguien que entre de nuevas, por inteligente que sea, no entenderá el contexto del que venimos. Estamos en un momento en el que se intentan cosas nuevas y repetimos lo que funciona. Diría que la industria no ha parado de progresar. Lo veo en el número de visualizaciones, seguidores, calidad de las producciones y sostenibilidad del negocio. Crecemos a pasos agigantados desde hace una década. Jamás habría imaginado que un club ingresara millones de euros por un solo patrocinio.

¿Qué ha cambiado para que mueva tanto dinero?

Esto ocurre porque las marcas quieren formar parte de este mundo, del contenido que creamos. Quieren formar parte de lo nuevo. En el fútbol, por ejemplo, los aficionados se reúnen solo una vez a la semana, dos si el equipo juega la Champions. En los eSports, quienes ven esto, los lunes ven a su jugador favorito en un stream, el martes a otro y así toda la semana. El nivel de interacción es superior al de los deportes tradicionales. Por eso las marcas quieren entrar en el sector. En vez de ser un patrocinador, formas parte directamente del día a día de toda la comunidad.

G2, a por la Copa del Invocador

Ocelote fundó su compañía hace ya cinco años. Tiene su sede en Berlín y también compite en otros eSports como Hearthstone, Counter Strike o Rocket League. Después de eliminar al tres veces campeón del mundo de League of Legends en semifinales, su equipo ha conseguido la segunda plaza del Mundial del popular videojuego.

¿Temes que exista una cierta burbuja?

En toda industria que crece rápidamente, hay un efecto burbuja. Los inversores de los deportes electrónicos no son diferentes a los de otros sectores. Son ovejas, se siguen los unos a los otros. Lo complicado es saber si tiene sentido el dinero que pagan. Pensemos en una franquicia que tiene que abonar millones de euros para entrar a competir en un juego. Los inversores desconocen el tamaño del título, solo quieren rentabilidad. Son tiburones. Por esta razón, los equipos han de mover el dinero. Es parte de la industria. Es cierto que hay cosas de los eSports que no están bien pensadas, pero es normal. Esto no lo había hecho nadie antes.

No tienes ninguna carrera universitaria. ¿Te ha lastrado en tu faceta como emprendedor?

Tenerla es útil para algunos trabajos, como cirujano o algo muy específico. Hay otros en los que no es necesario. Te lo dice alguien que, hasta hace tres años, tenía miedo y pesadillas por no tener un título universitario. Me levantaba en mitad de la noche pensando que no tenía una carrera. Era ridículo. Me he dado cuenta de que lo que he aprendido en este tiempo no te lo dan ni 30 carreras juntas. Es imposible.

En los eSports, como en toda industria que crece rápidamente, hay un efecto burbuja.

¿Y cuál es esa lección más importante que has aprendido?

Si te lo puedes permitir, hazlo. Ahora tengo un hijo y no podría permitirme las locuras que he hecho. Cogí todo mi dinero y lo puse en la empresa que fundé. Eso es una locura. No recomendaría a nadie que lo hiciera. Si quieres aprender, lánzate a la piscina aunque no sepas nadar. Puede que te ahogues, que todo vaya muy mal. Al mismo tiempo, es tu dinero y más te vale no perderlo. Aprendes sí o sí. La mayoría de empresas nuevas muere. El entorno de los deportes electrónicos es muy competitivo. Existen muchas organizaciones, capital que se mueve de un lado a otro, gente inteligente, sin miedo… Es un ecosistema sin emociones. Tu competidor directo, cuando estás en el suelo, va al cuello.

¿Existe una receta para sobrevivir en medio de la jungla que describes?

En estos últimos cinco años, trabajo una media de 80 o 90 horas semanales. Gran parte de mi labor es ser proactivo. Acudir a reuniones, buscar inversores, sentarme a pensar. Tienes que ser efectivo con tu tiempo. Puedes responder solo a un email o comprender cuál será el próximo videojuego de referencia. Entender a quién contratar. Hoy haces una venta y al día siguiente tienes que mejorarla. Solo puedes ser muy, muy ambicioso. Es un nivel de ambición insano para uno mismo. Ser emprendedor no es sano para nadie.

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¿Los emprendedores estáis hechos de otra pasta?

El emprendedor puede tener esta mentalidad en su ADN o va a ser complicado que llegue a algo. Mi ADN me lo pide. Hago determinadas cosas aunque no deba. Hablo de no ver a mi familia en mucho tiempo. Salir de casa a las ocho de la mañana y volver a las nueve de la noche. Son sacrificios que no recomiendo a nadie. Nada me quita este hambre. No me veo en la playa bebiendo daiquiris. Me volvería loco. Necesito sentir que soy útil para la sociedad. Me hace feliz que la gente sea feliz, que se ría conmigo. Siempre he sido un payaso, un humorista. Es lo que intento.

¿El éxito de tu equipo, tanto empresarial como deportivo, se basa entonces en el buen humor?

Soy lo que ves aquí. Puedo estar de broma, pero cuando me toca estar serio, lo estoy como el que más. Me río de todo. Nuestra cultura es así. Tenemos días complicados, pero lo pasamos lo mejor posible. Bromeamos siempre entre nosotros. No me importa que un empleado me mande a tomar por culo. Yo no se lo diré como jefe, pero es que me da igual que lo haga conmigo. Yo me encargo de que seamos el equipo número uno y que la gente se lo pase bien en este camino. Quiero ser el numero uno en dar a la gente felicidad. Me encantan los videojuegos y creo que son la mejor herramienta para conseguirlo.

¿Cuál sería el mayor error que has cometido como emprendedor?

Pensar que puedes hacerlo todo tú mismo. Ser lo suficientemente arrogante como para creer que la gente que contratas no puede ser increíble. Que no necesitas capital para alcanzar tus metas. Que no necesitas personas a tu alrededor mejores que tú. Tienes que contar con quienes sean los mejores en cada departamento.

¿Qué cualidad ha de tener un emprendedor para medrar en un entorno tan hostil?

Confianza en uno mismo. Nadie cree en ti. Llevo en esto 15 años y solamente ahora la gente me dice que soy un crack de los videojuegos. Yo solo escucho a mi cabeza. Soy muy crítico conmigo mismo. Me odio y me adoro al mismo tiempo. Unas veces soy el puto amo y otras pienso que no he hecho una mierda. Mira Disney. Es más grande que mi empresa. ¿Por qué no soy Disney? O Mark Zuckerberg. Con 29 años es más que millonario y yo no. Tengo estas dos voces a la vez. Y así todos los días.

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