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El ‘sandbox’ para las ‘fintech’ sigue sin aterrizar en España

Un anteproyecto de ley aprobado en febrero incluye la creación de un banco de pruebas para empresas del sector financiero. La iniciativa se encuentra paralizada, al menos, hasta la formación del nuevo Gobierno

La banca ya no es lo que era. De la institución en la que debían depositar sus dos peniques los hermanos que estaban al cuidado de Mary Poppins queda más bien poco. La digitalización del sector ha ayudado a que salten nuevos actores al terreno de juego, que traen consigo una manera de hacer las cosas que se adapta mejor a las necesidades de los usuarios.

Hoy, las cerca de 400 compañías fintech que existen en España representan uno de los principales aceleradores de la transformación del sector financiero, que, de acuerdo con el CEO de la startup madrileña Finizens, Giorgio Semenzato, se caracteriza tradicionalmente por contar con estándares de conveniencia y competitividad insuficientes. “Las entidades tradicionales son incapaces de hacer frente de forma satisfactoria a las necesidades del cliente final”, opina. “Un banco de pruebas sería un catalizador de la difusión de los nuevos servicios financieros, con los que el consumidor podría disfrutar de una oferta de productos y servicios más amplia y conveniente”.

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En febrero, el Gobierno español aprobó un anteproyecto de ley para la transformación digital del sector financiero. En él, se incluía la creación de un banco de pruebas para que las fintech pudieran trabajar en un marco supervisado y regulado que les permita innovar sin toparse con los muros que se presentan cuando se rigen por la normativa vigente.

El proyecto sigue a la espera de ser tramitado como ley ordinaria y, con la conformación del nuevo Gobierno, nada indica que vaya a suceder en los próximos meses. Las sensaciones en el sector, no obstante, son buenas. “Confiamos plenamente en su aprobación en el corto plazo, ya que este proyecto cuenta, no solo con todo el apoyo de la industria financiera, sino con todo el apoyo político”, asevera Rodrigo García de la Cruz, presidente de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI).

Un banco de pruebas sería un catalizador de la difusión de los nuevos servicios financieros

Giorgio Semenzato, CEO de Finizens

Al menos 27 países han implementado proyectos similares en sus ordenamientos jurídicos. Asia cuenta con más de la mitad de estos bancos de pruebas mientras que en Europa apenas pueden presumir de ello seis países, entre ellos Reino Unido, pionero en esta iniciativa (se creó en 2015) y uno de los que más éxito ha cosechado.

La creación de un banco de pruebas o sandbox regulatorio presenta incontables ventajas para las startups que operan en el sector financiero. Sin ir más lejos, la existencia de un entorno con estas características podría ser un factor atractivo para que entraran nuevas empresas en el sector. De acuerdo con cálculos de AEFI, en apenas dos años de funcionamiento, el sandbox podría generar 5.000 puestos de trabajo e inyectaría 1.000 millones de euros de inversión en el mercado español. 

En dos años, el sandbox podría generar 5.000 puestos de trabajo y 1.000 millones de euros de inversión en el mercado español.

“Con el aumento de la competencia, habría una reducción de precios”, señala Tali Salomon, directora de la compañía fintech eToro para España y Latam. “También disminuiría el coste para las empresas en términos de rectificación, ya que podrían hacer una validación progresiva de sus soluciones y mejorarían sus procesos paulatinamente”.

Coordinado por la Secretaría General del Tesoro, la puesta en marcha de este banco de pruebas implicaría también al Banco de España, la Dirección General de Seguros y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Su funcionamiento es sencillo: una vez que un proyecto es admitido, el promotor y el supervisor acuerdan un protocolo que determinará el ámbito, las garantías y las condiciones particulares de la prueba que se quiere desarrollar.

“Una vez finalizado el periodo de prueba con los clientes, que siempre serán voluntarios informados adecuadamente de ello, se analizarán los resultados”, continúa Victor Rodríguez, director de Estrategia y Asuntos Internacionales de la CNMV. “El promotor del proyecto podrá proceder a solicitar la autorización necesaria para prestar el servicio, contemplándose la posibilidad de que se realice en un plazo menor al habitual si los resultados de las pruebas han sido satisfactorios”.

La creación del sandbox sería un regalo de un valor difícil de calcular para las empresas del sector, pero no serían las únicas beneficiadas por esta medida. “Sin este entorno seguro, las startups financieras pierden la oportunidad de analizar nuevos modelos de negocio, algo que resulta esencial para que los organismos reguladores puedan establecer una normativa que se adapte a los nuevos tiempos”, opina Marta Plana, fundadora de Foro Fintech.

La transformación digital de la banca pasa, como en muchos otros sectores, por cambios en el espacio de trabajo, en herramientas, en medios y, por supuesto, en la propia cultura corporativa. Pero implica una revolución tecnológica que requiere de unos concienzudos procesos de innovación y que se puede ver impulsada por esta propuesta. “El banco de pruebas podría aumentar la precisión en la regulación de las entidades de dinero electrónico y podría acelerar la regulación de los casos de uso alrededor de la tecnología blockchain”, indica Ramón Ferraz, CEO de la plataforma bancaria colaborativa 2gether.

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