Por qué en internet no es oro todo lo que reluce
La red de redes ha penetrado en nuestras vidas hasta el punto de que es difícil imaginar cómo sería hoy nuestro día a día sin conexión. ¿Ha cambiado nuestra vida solo a mejor?
Para decepción de los fans de Star Trek o de La Guerra de las Galaxias, la creación del concepto de red galáctica no puede atribuirse a ninguna producción de ficción audiovisual. Fue J.C.R. Licklider, un informático del MIT, quien, en 1962, utilizó este término para describir un conjunto de ordenadores interconectados globalmente que permitirían que cualquiera tuviera un acceso inmediato a datos y programas desde cualquier punto del planeta. Una definición bastante precisa de lo que sería internet.
Lamentablemente, el visionario estadounidense no llegaría a ver la Red tal y como la conocemos hoy. Por los pelos. En 1969, se transmitió el primer mensaje a través de ARPANET. Hicieron falta cuatro años más para que se enviara el primer correo electrónico. En 1989, un grupo de físicos comandados por Tim Berners-Lee creó el lenguaje HTML en el CERN de Ginebra y construyó el primer servidor y el primer cliente web, al que bautizaron World Wide Web (WWW). Tardaron dos años más en ponerlo en línea; Licklider murió en 1990.
- Internet no es igual para todos
En definitiva, han pasado 30 años desde el nacimiento de la web y el alcance de internet sigue siendo exponencial. Hoy, lo utilizan 4.388 millones de personas en todo el mundo, un 9% más que el año pasado, según el Informe Digital 2019 de Hootsuite. No obstante, ha penetrado de forma desigual en los diferentes continentes. Mientras que en Norteamérica y Europa un 95% de la población dispone de conexión, apenas un 12% de los habitantes de África central cuenta con acceso a internet.
También podemos percibir cierta falta de diversidad si atendemos a los idiomas con los que se escribe en internet. El inglés demuestra su predominio sobre otras lenguas como el más utilizado —el 54% de las páginas web están escritas en este idioma, según datos de Statista— y el segundo puesto en el podio se lo disputan el ruso, el alemán y el español, que no alcanzan el 6%, en el mejor de los casos.
Estas desigualdades no son el único problema que rodea a la red. "Mientras la web ha creado oportunidades, dando voz a grupos marginados y haciendo más fácil nuestras vidas, también ha creado oportunidades para los estafadores, ha dado voz a los que proclaman el odio y hecho más fácil cometer todo tipo de crímenes", reflexionaba recientemente Berners-Lee en una carta abierta publicada con motivo del trigésimo aniversario de su creación. En su opinión, la piratería, los ataques informáticos entre Estados, el acoso y los comportamientos criminales en línea representan los principales retos a los que debe enfrentarse la sociedad conectada.
- La omnipresencia de la Red
La explosión de internet ha traído consigo una revolución particular. Atendiendo a datos de la consultora Gartner, en 2021 existirán cerca de 25.000 millones de dispositivos conectados. Relojes, pulseras y coches, pero también neveras, puertas y todo tipo de elementos a los que se nos ocurra acoplar el adjetivo ‘inteligente’.
Apenas un 12% de los habitantes de África central cuenta con acceso a internet.
Esta hiperconexión puede repercutir positivamente en la vida de muchas personas, otorgándoles mayor comodidad y seguridad en algunos casos, pero también plantea problemas de privacidad. “Cuantos más aparatos inteligentes tengamos, más se expandirá la amenaza que suponen”, contaba a EL PAÍS RETINA Alissa Johnson, CISO de Xerox y ex responsable de tecnologías de la información para el Gobierno de Obama. “Alguien que sepa a qué hora pongo el horno y a qué hora abro el garaje tiene una información demasiado valiosa sobre mí”.
Aunque nuestra privacidad queda comprometida en otro escenario: las redes sociales.Hootsuite estima que existen 3.484 millones de usuarios de estas plataformas. Se dice pronto: poco menos de la mitad de la población mundial tiene su perfil en alguna red social. Cada minuto, un millón de personas inician su sesión en Facebook, 347.000 usuarios navegan por instagram y 87.500 tuiteros comparten un post.
Las tres amenazas que se ciernen sobre la web
En 2018, se generaron 33 zettabytes de información en internet, según el informe Digital Economy Compass de Statista. La compañía de análisis y visualización de datos Toucan Toco explica que esta cifra equivale a 660.000 millones de discos de 50GB, 330 millones de discos duros de 1 TB, 33 millones de cerebros humanos, 132.000 super computadoras con 250 petabytes cada una y 73 gramos de ADN. El hecho de que buena parte de esta información sea propiedad de unas pocas corporaciones multinacionales representa un riesgo al que no estamos prestando la atención que merece.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.