La traición del patinete: estos son los riesgos de la nueva moda urbana
La popularización de los servicios de movilidad en 'scooters' o patinetes eléctricos no ha tenido tan en cuenta las medidas de seguridad que deberían tomar sus usuarios
En la RAE, un patinete es un juguete. En las calles son al mismo tiempo el último grito en movilidad alternativa y el más reciente estorbo de las aceras. En México los llamaban "patín del diablo". Y tal vez no iban tan mal encaminados. Las medidas de seguridad que tendrían que acompañar los desplazamientos en patinetes eléctricos no parecen ser tan populares como los vehículos en cuestión. "La seguridad no es un baremo al otorgar las licencias. A las autoridades la seguridad les da un poco igual mientras se cumplan unos mínimos", explica Emilio Santías, cofundador de Eskay, una empresa española de movilidad urbana cuyos patinetes circulan ya por Madrid y Málaga.
El 40,2%
de los accidentes desembocan en fracturas óseas
Pese a su inofensiva apariencia, este medio de transporte no es inmune al infortunio. Según un estudio de la Universidad de California, cuyos datos se recogen en Statista, los incidentes más frecuentes para los usuarios de patinetes eléctricos son caídas, colisiones con objetos e impactos con otros vehículos en movimiento.
En el citado estudio, realizado con una muestra de 249 personas hospitalizadas por accidentes de este tipo, el 40,2% de los casos desembocan en fracturas óseas, el 31,7% registró traumatismos craneales y el 27,7% implicó cortes, esguinces y hematomas. "Con tan solo una pieza de metal plano y delgado y dos ruedas de goma, estos patinetes se mueven a unas pocas pulgadas del suelo y alcanzan velocidades de más de 20 kilómetros por hora, dejando a los usuarios excepcionalmente vulnerables a lesiones traumáticas en carreteras principales", denuncia el editorial de la última edición de la revista de la asociación americana de salud pública (APHA).
"En general, se trata de incidentes que son evitables si se respetan los principios para circular con seguridad", explican desde Lime. Los desenlaces fatales ya han llegado a los titulares al otro lado del charco: a finales septiembre del año pasado un hombre falleció tras colisionar con un coche en Washington. Algunas semanas antes se había producido en Texas la que se considera la primera muerte ocasionada por un accidente de patinetes eléctricos. Según recogió el Washington Post, la víctima no llevaba casco.
- Precauciones voluntarias
No es que no se conozcan las medidas necesarias para paliar las consecuencias de cualquiera de los percances anteriores. Algunas de estas plataformas ya recogen referencias a este asunto en sus webs y apps. Antes de cada trayecto, la aplicación de Lime recuerda a sus usuarios qué deben hacer para minimizar riesgos:
- Desplazarse siempre de forma responsable
- Llevar casco, siempre que sea posible
- Cumplir con todas las normativas de tráfico y respetar los límites de velocidad
- Circular sólo por las zonas designadas, como carriles bici o las calles limitadas a 30km/h
- Estacionar correctamente el patinete, evitando las áreas donde no esté permitido
- Prestar atención al resto de vehículos y respetar a los peatones
En las entrañas de la aplicación de Bolt se esconde una guía de seguridad que no escatima en precauciones: llevar casco y guantes, mantener una trayectoria recta, observar el tráfico, evitar acrobacias, limitar el uso a una persona por patinete, no montar cuando llueve, no mirar el teléfono, no usar cuando se está bajo los efectos de alcohol, drogas o medicación, comprobar el buen estado del vehículo... La lista es exhaustiva, pero depende en gran medida de la buena voluntad de los usuarios, cuyas obligaciones reales tendrían que determinar las autoridades de cada uno de los municipios donde existen estos servicios.
Además, la divulgación de medidas de seguridad no siempre alcanza todos los canales. En otro estudio publicado en Preventive Medicine Reports, dos investigadores de la misma universidad analizaron la actividad de Bird en Instagram: solo un 6,7% de los las imágenes de esta plataforma de patinetes compartidos mostraban personas con elementos de protección.
Cuando un usuario se registra en Eskay, no solo acepta los términos y condiciones, declara asimismo conocer la normativa local de circulación. "Toda la empresa está vertebrada en torno a la seguridad y confort del usuario", señala Santías. Ellos también integran recomendaciones de seguridad en su app y su web. "El ayuntamiento nos obliga a hacer una labor de difusión de esos elementos y recomendaciones", precisa el fundador. Pero van un poco más allá.
- Patinetes mejorados
"Nuestros patinetes son diferentes porque tienen freno de doble disco", señala Santías. Este sistema difiere de los habituales frenos eléctricos porque en caso de necesidad el usuario puede hacer frenadas de seguridad, que hacen efectiva la detención del vehículo en la menor distancia posible. "Móntate en un patinete de otra empresa y móntate en el nuestro y tírate por una cuesta. Con el nuestro vas a frenar en un metro y medio. Con el resto, en 15", asegura el portavoz de Eskay. "En el caso del coche, la frenada de seguridad sí que está regulada por la DGT. En el patinete eléctrico no existe todavía el concepto".
Los cascos, prácticamente omnipresentes entre las sugerencias de seguridad de las distintas plataformas, también son en última instancia cuestión de preferencias, a menos que la normativa local dicte lo contrario. "Ni en Madrid ni en Málaga se exigen", añade Santías. Pese a las ambigüedades en este sentido, Eskay ha desarrollado y patentado un portacascos que en las próximas semanas se integrará en sus patinetes y facilitará que los usuarios se protejan durante sus trayectos.
En Lime también aseguran que su equipo de diseño trabaja constantemente en "patinetes cada vez más seguros y fiables" para mejorar sus flotas: "Una de estas líneas desarrolla cómo los sensores del patinete pueden llegar a detectar si el conductor está ebrio".
La asociación americana de salud pública recomienda desarrollar políticas de seguridad y métodos de control que refuercen esa regulación. "Normalmente las políticas van por detrás de la innovación", reconoce el editorial. Mientras las normativas se ponen al día, la pelota la comparten las empresas que prestan estos servicios y los usuarios que los emplean. "En Madrid se ha hecho mucha labor por parte de las empresas y el ayuntamiento. En general, la gente está bastante concienciada. Es verdad que todavía falta mucho por recorrer, pero desde cómo empezamos en septiembre, que el patinete era un juguete, a cómo estamos hoy en día, que es un elemento más de movilidad, se ha avanzado mucho".
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