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Cuatro aplicaciones fantasma para reírse del uso que le damos al móvil

Estudios creativos y grupos cómicos promocionan plataformas inexistentes que constituyen una crítica a las soluciones cada vez más extravagantes que podemos instalar en nuestros dispositivos

¿Te has parado alguna vez a contar cuántas aplicaciones tienes instaladas en el móvil? Las afortunadas pueden darse con un canto en los dientes, ya que compiten en un mercado gigantesco. En Google Play existen más de dos millones y medio de aplicaciones, aunque la cifra se haya reducido considerablemente en el último año, según datos de la compañía App Brain. Apple cuenta con la segunda tienda más completa del mercado, pero también ha reducido su volumen en 2018.

Tras la fiebre de las plataformas móviles, ambas compañías han decidido centrarse en la calidad a costa de la cantidad. Y es que cada vez es más fácil encontrar aplicaciones con funcionalidades absurdas o que directamente no sirven para nada. Diversos estudios creativos y grupos cómicos han decidido promocionar plataformas inexistentes para criticar las soluciones cada vez más extravagantes que podemos instalar en nuestros dispositivos.

Poof es una aplicación que se borra de tu teléfono 24 horas después de que la hayas instalado. Si no te parece suficiente, puedes descargar su versión Pro, “Recaída”, que hace que la aplicación vuelva a aparecer en intervalos aleatorios. Sus creadores la definen como “el compañero perfecto para la capacidad de atención moderna”.

A pesar de la tendencia hacia lo efímero sobre la que se han levantado compañías como Snapchat, Poof no pasa de ser una broma. Los que hayan sentido la tentación de descargarla deben saber que esta iniciativa solo es una campaña de publicidad que pretende satirizar las soluciones más superfluas que ha traído la fiebre de las aplicaciones móviles. La parodia es obra de Moonbase, un estudio creativo con sede en San Francisco que ha llevado a cabo otras iniciativas similares.

Es el caso de Jotly, una supuesta aplicación móvil capaz de calificar cualquier cosa: un coche, un restaurante y a una persona, pero también un vaso, un parquímetro, un tobogán… Según anuncian en su vídeo promocional, en Jotly puedes incluso puntuar los mejores lugares para esconderte en la ciudad.

Con esta campaña, pretendían hacer una crítica a la tendencia de tantas empresas tecnológicas de incluir sistemas de puntuación en sus plataformas. La broma fue recogida por todo tipo de medios tecnológicos; incluso The Wall Street Journal se hizo eco de la iniciativa. Tuvo tanto éxito que una empresa de desarrollo quiso hacerla realidad y construyó la plataforma.

En esta misma línea, y con la intención de hacer reflexionar sobre las implicaciones de la tecnología en la sociedad, Moonbase diseñó la campaña publicitaria de Tickle, una aplicación ficticia que simula una llamada telefónica cuando tocas tu terminal de una determinada manera para poder escapar de situaciones incómodas. Al igual que sucedió con Jotly, algunos medios de comunicación la presentaron como una iniciativa real y la lista de espera de interesados en descargar la inexistente aplicación sobrepasa los 15.000 inscritos.

Lickster también forma parte de la lista de aplicaciones fantasma que nacen bajo el marco de una campaña publicitaria con la que reírse de la proliferación de soluciones absurdas para nuestras vidas. La parodia, obra del trío cómico The Kloonx, promociona una plataforma que enseña a practicar sexo oral al ritmo de los juegos de baile que todavía pueden encontrarse en muchos locales de máquinas recreativas.

La aplicación muestra la imagen de una vagina sobre la que van apareciendo flechas con la dirección en la que el usuario debe arrastrar la lengua, sin dejar de lamer la pantalla del teléfono. La supuesta aplicación valora su desempeño teniendo en cuenta parámetros como la presión o la velocidad de cada acción.

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