Las compañías con planes de ciberseguridad afrontan proyectos de innovación con más confianza
Para blindar adecuadamente los datos se necesita cifrar la información, mantener la disponibilidad a través de servicios de redundancia y desplegar elementos de protección perimetral.
Datos, datos, datos… Todos los foros sobre transformación digital destacan que son “el nuevo petróleo” y que una gestión inteligente de los mismos conlleva grandes oportunidades en los más diversos sectores. En principio, la apuesta de las compañías europeas por esta tendencia ya ha quedado más que patente, según Ignacio Cobisa, analista de IDC: “Hemos constatado una demanda muy significativa de soluciones que permiten extraer valor de los datos, que actualmente son el activo empresarial con mayor potencial”. De hecho, esta consultora estima que en 2020 la mitad del gasto tecnológico de las compañías del viejo continente estará relacionada con los datos.
Pero ¿cómo se conjuga esa explotación de la información con la protección de los datos personales? ¿Las empresas ya han adaptado sus sistemas al nuevo Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (GDPR, por sus siglas en inglés) que entrará en vigor en mayo? ¿Son conscientes de que el incumplimiento de estas futuras normas acarreará penas de hasta 20 millones de euros o del 4% de los ingresos de la compañía?
Aunque más allá de esas sanciones, las firmas que no blinden adecuadamente sus bases de datos también se juegan la confianza de sus clientes y usuarios, algo que puede extenderse a todo el entorno digital. Un ejemplo reciente lo encontramos en las consecuencias de la noticia sobre la fuga de información en Facebook: a las pocas horas de conocerse el escándalo, la compañía de Mark Zuckerberg sufrió su mayor caída en Bolsa de los últimos cinco años. Sin embargo, como señala el abogado Borja Adsuara, experto en derecho y estrategia digital, “lo peor no es que se hayan utilizado mal los datos de 50 millones de usuarios, sino que se ha dañado la confianza en el 'big data' y la inteligencia artificial”.
En este sentido, el 89% de las empresas cree que la mejora de su seguridad digital reforzaría la confianza y fidelidad de sus clientes. Así se desprende de un estudio llevado a cabo por Vodafone entre cerca de 1.500 compañías de ocho países y que también concluye que las organizaciones que tratan la seguridad de manera proactiva pueden afrontar con más confianza proyectos de innovación. En concreto, el 86% de los encuestados considera que contar con una sólida y clara estrategia de ciberseguridad genera nuevas oportunidades de negocio, aunque llama la atención que el 41% desconoce quién podía ayudarles a afrontar los problemas de la seguridad de la información. Para este último grupo de compañías, conviene recordar que la página web de INCIBE, el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España, ofrece un análisis de riesgos gratuito en cinco minutos, lo cual ayudará después a trazar un plan de ciberseguridad con la ayuda de un proveedor especializado, como apunta en este vídeo Alberto Hernández, director general de INCIBE.
No es una cuestión de tamaño
Independientemente del tamaño de la empresa a proteger, resulta vital que la estrategia de ciberseguridad contemple, entre otros aspectos, los siguientes puntos: el cifrado de la información, la redundancia en ciertos servicios para mantener la disponibilidad y elementos de protección perimetral (como cortafuegos) que garanticen la autenticación de los usuarios para establecer una primera barrera de entrada a los sistemas. Así lo ha entendido ya, según el informe de Vodafone, una mayoría de organizaciones de todos los tamaños. No en vano, el 87% de las encuestadas afirma que durante los tres próximos años incrementará su presupuesto destinado a la ciberseguridad, frente a un ínfimo 1% que tiene pensado reducir esa misma partida.
Además, toda esa inversión puede rentabilizarse antes con la subcontratación de data centers robustos y seguros que en los últimos años van de la mano de servicios en la nube, por lo que resultan más económicos dado que ya no es necesario invertir en grandes infraestructuras. Eso sí, en el caso de que las compañías se decanten por externalizar su estrategia de ciberseguridad a través de soluciones cloud, tienen que elegir muy bien al proveedor, que debe contar con los recursos suficientes para garantizar una continuidad de los negocios ante cualquier imprevisto, así como para adaptar de manera rápida y transparente esos repositorios virtuales a medida que crecen las necesidades del cliente.
En definitiva, la seguridad acelera el crecimiento y la innovación en empresas de todos los tamaños y sectores gracias a que actúa como facilitador para lograr lo siguiente:
- · La confianza necesaria para afrontar grandes proyectos de transformación, con la tranquilidad de saber que los datos se encuentran protegidos y seguros.
- · Garantías de que la compañía cumple con la regulación en vigor y está preparada para otras futuras normas que puedan surgir.
- · Libertad para utilizar los datos de una forma novedosa y creativa, por ejemplo, permitiendo mayor flexibilidad laboral a sus empleados para facilitar el crecimiento de la empresa, evitando también riesgos en la seguridad de la información.
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