Un chatbot para recuperar la fe en las criptomonedas

Burbuja. Inseguridad. Fraude. Son algunos de los términos que más se repiten cuando hablamos de bitcoin y el resto de criptomonedas. La irrupción de las divisas descentralizadas ha puesto en jaque al sector financiero, que se posiciona fundamentalmente en contra de un nuevo sistema que tiene en su propuesta de valor —la desaparición del intermediario en cualquier transacción— su talón de Aquiles. El ciudadano medio desconoce los protocolos por los que se rige cada blockchain y la falta de información en torno a cada nueva moneda ha ayudado a conformar la sensación de que invertir dinero en ellas es como apostar a las carreras sin conocer las características de los caballos participantes. Porque, si hay algo de lo que carece el mundo de las criptomonedas, es de transparencia.

• ¿De quién hablamos?

La compañía española Wannabot, especializada en el desarrollo de bots conversacionales, ha creado uno para informar sobre el lanzamiento de la oferta inicial de moneda—ICO, por sus siglas en inglés— de la blockchain de Wawllet. Puedes preguntarle por la naturaleza del proyecto, por sus impulsores y por sus ventajas respecto a la banca tradicional, pero también puedes solicitar información sobre la propia ICO: cuándo empieza y cuándo termina, cómo se compran los tokens o qué monedas se aceptan.

“El reto de las ICOs es demostrar la máxima transparencia posible y eso solo lo consigues dando toda la información que necesitan los inversores en el momento en que la solicitan”, expone Álvaro Benítez, cofundador y responsable de desarrollo de negocio en Wannabot. “No tiene que ver con la experiencia del usuario que te envía un correo electrónico y que tardas cinco días en contestar. Porque no olvidemos que se están conectando a tu plataforma personas de todas partes del mundo, cada uno con su huso horario”.

Comenzaron a trabajar en esta iniciativa el pasado diciembre en el centro de innovación The Cube y lanzaron su chatbot en menos de dos meses —hoy recibe consultas de medio centenar de países y está disponible en inglés y español—, una semana antes del lanzamiento de la ICO, que recaudó cerca de 40 millones de euros en sus primeros dos días.

• ¿Cómo funciona?

Antes de ponerse a programar, Wannabot elabora el denominado customer journey. En este caso, identificaron las motivaciones que podrían llevar a un inversor a apostar por Wawllet y sus objeciones al respecto para prever qué información querrá conocer quien utilice el bot. Después, adaptaron su lenguaje para facilitar una conversación fluida. Por último, incluyen técnicas de gamificación. “Por ejemplo, para hacerlo más divertido, creamos un test que te termina diciendo qué perfil inversor eres”, recuerda Benítez. “De esta forma conseguimos cierta fidelización. Se genera un sentimiento de pertenencia”.

El sistema de inteligencia artificial mejora su capacidad de respuesta con el uso. Cuando una persona realiza una pregunta que el bot no entiende, el equipo de Wannabot la revisa y le enseña cómo responder la próxima vez. Es lo que se denomina aprendizaje supervisado frente al conocido aprendizaje automático.

Se puede acceder a él a través de una página web, aunque también lo han integrado en Telegram. “No queríamos obligar a la gente a descargar una app para usar nuestro bot”, aclara Benítez. “La gente ya tiene demasiadas aplicaciones en el móvil y borra la mayoría tres días después de instalarlas; solo dejan las que usan a diario”.

• ¿Por qué nos interesa?

Las ICOs se encuentran fuera del espacio regulado por las autoridades financieras. Por este motivo, el riesgo de invertir en estas operaciones es elevado, ya que apenas existen garantías de que los impulsores de una criptomoneda sean quienes afirman ser. La inclusión de un sistema de información mediante un chatbot, al que puedes consultar dudas sobre cualquier operación, se plantea como una respuesta contundente a la necesidad de transparencia en estas nuevas fórmulas de transacción digital.

El proyecto de Wannabot, uno de los pioneros en afrontar el problema desde esta perspectiva, puede servir de barómetro para medir la aceptación por parte de los inversores de un modelo de información automatizado sobre los protocolos de las cadenas de bloques.