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Por qué hay quien se concentra mejor en una cafetería que en la oficina

En un mundo de distracciones constantes, la capacidad de concentrarte en soledad se ha convertido en una ventaja competitiva

Getty Images

Las distracciones han aumentado de la mano de la tecnología que ha inundado nuestra vida. Estar hiperconectados hace que nos lleguen más notificaciones pero también que tengamos la sensación de estar disponibles ininterrumpidamente. Y esto, en el entorno de trabajo, puede perjudicar a nuestra capacidad de concentrarnos y de ser productivos y creativos. Por eso, algunos estudios apuntan a que la capacidad de funcionar bien aislándote del entorno —que no es incompatible con trabajar en equipo— se ha convertido en una ventaja competitiva.

Parte de esas distracciones a las que hacen referencia estudios como Is noise always bad? Exploring the effects of ambient noise on creative cognition tienen que ver con el sonido. La investigación, publicada en Journal of Consumer Research, descubrió que conseguir el nivel correcto de ruido ambiental hace que nuestras mentes sean más eficientes, en concreto, respecto a la creatividad. Según esta información, un nivel adecuado de ruido de fondo, ni demasiado fuerte ni en silencio total, puede interrumpir nuestros patrones normales de pensamiento, lo que parece ser el estado óptimo para trabajar en tareas creativas.

Pero no vale solo con que haya algo de ruido de fondo, también depende de quién lo haga y cuál sea su contenido. Algo de barullo podría beneficiar a nuestro rendimiento, siempre que la conversación que estamos escuchando en segundo plano no nos atraiga más que lo que estamos haciendo. También es clave que ese ruido no suponga una interrupción directa a tu trabajo, las interrupciones son las grandes archienemigas de la productividad. La charla en voz baja de los colegas y el suave murmullo del aire acondicionado deberían ayudarnos a centrarnos. El problema puede ser que, en nuestras oficinas, no podemos evitar interesarnos por las conversaciones de los demás o ser interrumpidos de vez en cuando.

Por eso, es muy habitual que algunas personas se concentren muy bien en una cafetería ruidosa, con conversaciones de desconocidos de fondo, pero apenas son capaces de concentrarse en una oficina silenciosa, donde tus compañeros te interrumpen con otras tareas. Un espacio de coworking también es otra opción: al igual que la cafetería, proporciona un cierto nivel de ruido ambiental a la vez que te aseguras estar libre de interrupciones.

La llegada incesante de correos electrónicos, reuniones y distracciones y toda la información que nos vemos obligados a manejar llevan irremediablemente al multitasking y reducen nuestra capacidad de acabar el trabajo bien y a tiempo. En 2010, Eric Schmidt, entonces CEO de Google, compartió una preocupación con el mundo : "Cada dos días, creamos tanta información como desde el comienzo de la civilización hasta 2003. ¿Estamos preparados para procesar todas las distracciones que nos alcanzan cada día?".

No hay una respuesta para eso, pero sí algunas cosas que todos podemos hacer para explotar nuestra capacidad de aislarnos y concentrarnos gestionando las interrupciones. Trabajar en la idea de alejarse del ruido del mundo es esencial para mantenerse concentrado. En el libro Lead yourself first, Ray Kethledge y Mike Erwin definen la soledad como un estado mental, “un espacio en el que enfocar nuestros propios pensamientos sin distracción”. La capacidad de concentrarse es una ventaja competitiva en el mundo de hoy. Aunque esto puede sonar muy abstracto hay varios tips sencillos con los que se puede empezar a trabajar.

Las redes sociales, YouTube y las posibilidades ilimitadas de internet nos tientan a hacer clic en los enlaces que nos llevan a otro vídeo o artículo que se lee en cinco minutos. Es importante analizar y reconocer las formas en que Internet te seduce y hacer algo al respecto, como cerrar sesión en Twitter y bloquear el acceso a algunas web durante las horas de trabajo, especialmente las que usas para una distracción rápida. Es una de las cosas que nos mantienen ocupados en lugar de ser productivos.

Somos conscientes de que necesitamos concentrarnos porque nuestras agendas están llenas de tareas por hacer, demasiados compromisos y reuniones y solemos priorizar lo urgente sobre lo importante. Pero si sacáramos un hueco para formarnos en capacitación y desarrollo de liderazgo, nuestras agendas cambiarían. “No permitas que el ritmo de trabajo obstaculice tu oportunidad de aprender a trabajar mejor”.

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