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La inteligencia artificial todavía no es como nos cuentan las películas

Diversos expertos y estudios pronostican cuáles serán los próximos pasos de esta tecnología durante 2018

Quienes trabajamos o leemos habitualmente sobre este tema, estamos hartos de escuchar cómo la inteligencia artificial va a cambiar nuestras vidas. En un mundo gobernado por la inmediatez, donde el aluvión constante de información nos obliga a establecer unos filtros cada vez más opacos, pocas tecnologías despiertan tanta atención como internet de las cosas y blockchain.

La posibilidad de que las máquinas terminen realizando nuestro trabajo mejor que nosotros y nos quiten el empleo ha motivado las críticas de muchos y ha despertado elogios por parte de quienes imaginan un mundo de renta básica universal y disfrute mientras los ordenadores trabajan por nosotros. Para colmo, este año ha revivido el tema de los riesgos que conlleva una inteligencia artificial que supere la de los humanos, con Elon Musk y Mark Zuckerberg como protagonistas de un debate que viene interesando a la humanidad desde sonados éxitos de taquilla como 2001: Una odisea en el espacio y Terminator.

A pesar de todo, los augurios tienden al largo plazo y ninguno ha terminado de materializarse en las cerca de siete décadas que avalan esta disciplina. Si optamos por la prudencia, solo existe una pregunta correcta: ¿qué va a pasar este año con la inteligencia artificial?

El sector sanitario será uno de los primeros en ver resultados cualitativos con la implementación de esta tecnología y no es para menos. El análisis automático de historiales y registros permite a los médicos anticiparse en lugar de reaccionar. Ya existen varias iniciativas destinadas a este fin, como la que lleva a cabo el hospital Montefiore, en Nueva York. “Nuestras herramientas buscan patrones en los pacientes más enfermos para predecir cómo van a reaccionar a un tratamiento concreto”, explicaba su investigadora principal, Michelle Gong, durante un foro tecnológico en la ciudad hace un par de meses. Todo apunta a que en 2018 veremos más desarrollos prometedores en esta línea.

Pero no es la única solución sanitaria que aporta la inteligencia artificial. “Cada vez aparecen más prótesis capaces de distinguir imágenes, luz y presión”, recordaba en un artículo el ex ingeniero de Google Dmitry Budko. “También pueden proliferar proyectos de enfermeras virtuales que, desde el móvil, monitoreen a los pacientes, les envíen notificaciones cuando sea necesario y alerten a los médicos si perciben algún riesgo”.

Budko considera las finanzas son otro de los sectores que verá mejoras a corto plazo. Los algoritmos empiezan a demostrar notables capacidades para detectar fraudes, negociar, realizar informes y análisis predictivos de mercados, invertir e incluso crear seguros —el robot de Lemonade lleva dos años entregando pólizas y gestionando reclamaciones sin intervención humana—. Las fintech cada vez apuestan más por esta tecnología y la banca tradicional es perfectamente consciente de los beneficios que le puede reportar esta inversión.

La cadena de suministro tampoco se quedará atrás. Joseph Reger, director de tecnología de Fujitsu, afirma que la industria que mueve el comercio minorista trabaja en un cambio importante y augura que todos los aspectos de fabricación utilizarán inteligencia artificial en mayor o menor medida en los próximos doce meses. En su opinión, el desarrollo de robots autónomos inteligentes cada vez más seguros supondrá una tendencia progresiva hacia la colaboración entre robots y humanos en las líneas de montaje.

Una de las primeras tendencias que venimos percibiendo recientemente y se acentuará en 2018 está relacionada con la progresiva preferencia por la voz en nuestra manera de interactuar con las máquinas. El portal tecnológico eWeek calcula que, durante este año, una de cada tres veces que nos comuniquemos con un dispositivo electrónico, lo haremos por medio de la voz. Y las empresas tampoco van a dejar pasar esta oportunidad. Una encuesta de Oracle destaca que en los próximos tres años se habrá duplicado el número de compañías que utilizan bots conversacionales en su interacción con los clientes.

El perfeccionamiento de estos sistemas es prioritario en lo que respecta al aprendizaje automático. Google Assistant ha sido el primer asistente virtual capaz de memorizar del comportamiento y preferencias personales de sus usuarios —recordar preguntas anteriores y entender el contexto— para ofrecer un mejor servicio y no es de extrañar que durante el próximo año veamos iniciativas de Apple, Microsoft o Amazon destinadas a competir con el buscador.

“A medida que las computadoras se vuelven más hábiles para comprendernos, hay menos necesidad de que dediquemos tiempo a aprender sus complicados lenguajes matemáticos”, expone en un artículo para Forbes Bernard Marr, experto en analítica de datos y autor de varios best sellers sobre el tema. Pronostica un crecimiento de la inversión en inteligencia artificial, aunque opina que muchos proyectos fracasarán. Al fin y al cabo, los pioneros deben aceptar una serie de riesgos. “Cuando trabajamos en una nueva frontera, la única certeza es que habrá dificultades imprevistas”, afirma.

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