¿Por qué no hay más mujeres ingenieras?
Los estereotipos asociados a algunas carreras técnicas, la falta de referentes femeninos y un marcado estigma social hacen que se decanten por otras profesiones
Las mujeres han obtenido la mejor nota de Selectividad en 14 de las 17 comunidades españolas. En algunas, como Asturias o Navarra, los diez expedientes más brillantes son casi en exclusiva femeninos. Muchas se han decantado por carreras de Ciencias de la Salud, Humanidades y Ciencias Sociales pero, si seguimos la estela de los últimos años, serán pocas las que opten por una ingeniería: según el Ministerio de Educación, tres de cada cuatro matriculados en esta rama el curso pasado era hombre. El Instituto de la Mujer profundiza en esta cuestión y cifra en menos de un 15% las aspirantes a estudiar ingeniería electrónica o informática.
“Los chicos suelen tener una visión más teórica, relacionada con el aprendizaje, por eso les llaman más la atención estas carreras. Ellas buscan la utilidad práctica, quieren que su trabajo reporte un beneficio a la sociedad”. Esta es una de las principales conclusiones a las que ha llegado Milagros Sáinz, investigadora de la UOC y coordinadora de un informe sobre la escasez de mujeres en el ámbito STEM (profesiones relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas) publicado por la Fundación Telefónica. “En este sentido, la diferencia está en el enfoque. Si queremos potenciar estas carreras para las mujeres hay que exponerlas por su carácter social”, opina.
Si no trabajamos en educación desde la infancia, las niñas van a querer ser lo que les dice la televisión
Ángela Paloma, periodista experta en comunicación de género
El estudio cuenta con el testimonio de cerca de 450 participantes de ambos sexos, entre estudiantes de secundaria, universitarios STEM y profesionales ya incorporados al mercado laboral. “Con los más jóvenes descubrimos que existen ciertos estereotipos muy marcados que dificultan a las mujeres decantarse por estas carreras”, lamenta Sáinz. No es ninguna locura afirmar que las decisiones que se toman a estas edades están basadas en mayor o menor medida en estereotipos con los que uno se identifica. La investigadora recuerda que les preguntaron por la imagen que tenían de la profesión, que resultó ser un reflejo de lo que exponen las películas y los medios de comunicación. “Se asocia al informático con alguien aislado, de pocas habilidades sociales, descuidado, desaliñado y poco formal. Quienes llegan a la facultad, piensan que van a estar aislados, pero al llegar se dan cuenta de que el trabajo en equipo es fundamental. Hay un desconocimiento inicial enorme de este tipo de profesiones”, abunda.
Ángela Paloma, periodista experta en liderazgo femenino y comunicación de género, está convencida de que la demanda femenina de estas carreras se incrementaría si se terminara con la desinformación. “Las mujeres no acceden a profesiones tecnológicas por un error de base: si no trabajamos en educación desde la infancia, las niñas van a querer ser lo que les dice la televisión”, explica. “No se elige lo que se desconoce”.
Pero la educación no solo desempeña un papel informativo. El mensaje que manda la sociedad a las más pequeñas es determinante en su futura disposición a decantarse por una ingeniería. Un estudio conjunto entre las universidades de Illinois, Nueva York y Princeton publicado el pasado enero exponía que las niñas a partir de los seis años evitan realizar algunas actividades técnicas con el pretexto de que ellos las hacen mejor porque son más inteligentes.
“La culpa es del entorno, de los medios de comunicación, familiares, profesores… que estamos detrás mandando un mensaje equivocado”, expone David Tomás, CEO de Cyberclick, elegida durante varios años como el mejor lugar de trabajo en España. “Nuestra forma de pensar tiene un impacto importante en la persona a la que estamos intentando educar”.
Hay un ejercicio interesante que pone de manifiesto otra de las trabas que encuentran las mujeres STEM. Intenta citar cinco científicas, químicas, biólogas, ingenieras… que conozcas. ¿Lo tienes? Seguro que con hombres te resulta más fácil.
“Las contribuciones de las mujeres en estos ámbitos se invisibilizan y se desprestigian”, denuncia Sáinz. La consecuencia lógica de este desprecio a la labor femenina es una falta de referentes que conduce a que se sientan poco identificadas e infrarrepresentadas. “Incluso en carreras donde hay muchas chicas, como en medicina, se les enseña la importancia de personajes científicos y la mayoría son hombres”, comenta la experta.
Según el último informe Científicas en cifras, que publica cada año el Ministerio de Economía, el 8% de las docentes de universidad imparte clases de ingeniería. Es la única rama en la que el porcentaje de hombres es mayor y, además, casi el doble. En distintas universidades estadounidenses, como la Carnegie Mellon, reputada en computación y robótica, existen programas de mentoring en los que alumnas de cursos superiores ofrecen su apoyo a las que viven sus primeros años en la facultad. Algunas universidades españolas, como la Carlos III de Madrid, han desarrollado iniciativas similares en los últimos años.
Para colmo, la escasez de referentes femeninos no es exclusivamente académica. La mayoría de las participantes en el informe que coordinó Sáinz reconocieron no tenerlos entre su familia y amigos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.