Las tecnológicas, a la conquista de la economía global
Google, Amazon, Facebook, Apple... Su poder crece sin límites y, aseguran, pueden llegar a suponer una amenaza
Un distribuidor online que compra una cadena de supermercados (y un periódico). Una red social que adquiere un fabricante de gafas de realidad virtual, fabrica drones y tiene licencia para operar pagos online Un fabricante de móviles que trabaja para lanzar un coche al mercado y va a emitir millones de tarjetas bancarias. El principal buscador se ha introducido en negocios diversos como la fabricación de robots, el cableado o la televisión. Y eso,por no hablar de su aparente liderazgo en la conducción autónoma.
En un mundo cada vez más tecnificado, las grandes tecnológicas de EE UU avanzan, paso a paso, en la economía del país, expandiendo tentáculos a su paso por negocios complementarios. “Estas compañías están propulsadas por la ambición clásica combinada con una actituda casi mesiánica propia de Silicon Valley de que la tecnología puede arreglar cuaquier industria en la tierra”, asgura el columnista Christopher Mims en una pieza publicada por el Wall Street Journal. "¿Son las grandes tecnológicas un peligro económico y político?", reflexionan en American Enterprise Institute.
Las compañías tecnológicas, además, dominan la Bolsa como nunca antes lo había hecho un sector. La conclusión es la siguiente: aquellos negocios que no puedan adecuarse convirtiéndose ellos misos en compañías tecnológicas corren serio peligro de ser arrolladas (o compradas). Las empresas de hoy en día necesitan moverse deprisa, no solo para ganar ventajas sobre sus rivales, sino para sobrevivir. Las compañías tecnológicas son más rápidas que en otras industrias a la hora de ganar cuota de mercado, controlar costes y tomando decisiones debido a su insistencia sobre la plantilla de que innoven cada día”, asegura Fakhri Ahmadov para el Foro Económico Internacional.
Este camino conllevará que el poder y la riqueza se concentren en apenas unas pocas manos. Algo contradictorio si recordamos la vieja promesa aquella de que la economía digital iba a democratizar el acceso a la empresa y al conocimiento. “A los demás mortales solo nos queda decidir en qué medida nos adaptamos a comprando a un oligopolio nuestros bienes y servicios”.
La creciente hegemonía de estas compañías ha provocado la preocupación de no pocos analistas y economistas. “Estos grupos empresariales han capturado la eoconomía”, asegura Jonathan Taplin, quien en un reciente artículo de opinión publicado en The New York Times se preguntaba si no había llegado ya la hora de fragmentar Google en varios trozos.
Su poder no ha llamado la atención de un presidente como Donald Trump, vigilante (en apariencia) de empresas que no crean empleo al ritmo que evolucionan sus ganancias.
Esta trayectoria no era tan obvia hace algo más de una década. El iPhone apenas tiene 10 años de vida (y ha ayudado a que Apple acumule tanto cash como el 25% del PIB español). La filial de servicios de cloud computing de Amazon tiene 15., Facebook salió a Bolsa en 2012. No solo tienen una ambición de poder desmedida. Además avanzan en su dominación a pasos agigantados.
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