Tienes menos memoria que un pen drive: necesitas a los demás
El conocimiento individual es estrecho. La solución, repartirnos lo que necesitamos saber. Así lo aseguran dos expertos en su libro (y diversos medios de comunicación)
Algunos científicos han asegurado que el ser humano medio cuenta con una memoria de alrededor de un gigabyte. Mucho menos que un pendrive medio. La ignorancia es un hecho entre los seres humanos, incluso dentro de los ámbitos en los que somos expertos y lo que no usamos en nuestro día a día lo olvidamos. El proceso de transformación digital y de creciente complejidad de la sociedad no hace sino agravar esta situación, según sostienen Steven Sloman y Philip Fernbach en su reciente libro The Knowledge Illusion: Why We Never Think Alone.
La solución, por tanto, es dividir las labores cognitivas, las que tienen que ver con el conocimiento. Es imposible manejar todas las tareas de un proceso complejo como puede ser una operación, los trabajos en un laboratorio, estudios de arquitectura, empresas de telecomunicaciones o en la más básica de las startups. O incluso en películas como Cube.
De hecho, un reciente estudio del que ya nos hemos hecho, que se ha llevado a cabo durante los últimos 12 años que concluye que cuando un equipo está formado por personas que piensan de forma divergente, resuelve los problemas más rápido. "Cuando te enfrentes a una situación compleja e incierta y todo el mundo esté de acuerdo en qué hacer, hay que buscar a alguien que disienta y tenlo en cuenta", explica David Lewis, responsable del estudio.
Otro estudio, elaborado por Robin Dunbar, sostuvo recientemente que nuestros cerebros evolucionaron de esta manera para poder enfrentarte a los crecientes grupos sociales que nos hacen falta para sobrevivir. Estudios en psicología comparativa citada por la revista Quartz apuntan conclusiones en este mismo sentido.
La mente está hecha para la colaboración, concluyen Sloman y Fernbach. Y, sin embargo, ensalzamos los logros individuales: nos gusta imaginar a superhéroes que dominan todo tipo de habilidades enfrentándose solos a sus rivales o a la adversidad. Los autores sostienen que esta admiración por lo individual conduce a expectativas poco realistas sobre nosotros mismos: sufrimos al admitir que no sabemos algo o no alcanzamos a entender. Y así, según, proponen los dos autores, no debemos escondernos de nuestra ignorancia individual, sino celebrar nuestro conocimiento colectivo".
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