El grafeno, ¿la solución también para los ordenadores cuánticos?
El grafeno y los ordenadores cuánticos son las grandes esperanzas para la evolución tecnológica. Ahora se unen.
Merece el grafeno las esperanzas que hay depositadas en él)? Por ahora parece que sí. Hay dos conceptos que se han erigido como símbolos de la evolución humana: grafeno y computadores cuánticos, en tanto en cuanto representan cambios de paradigma en sus respectivos campos (materiales y computación).
Al grafeno, carbono puro cuyos átomos (de cuatro electrones cada uno) se disponen en un patrón regular hexagonal, se le llama en numerosas ocasiones como el material mágico. Es un material extremadamente duro, 100 veces más que el acero; más elástico que la fibra de carbono; ligero (con el grafeno se puede producir aerogel de grafeno, un material unas 6 veces menos pesado que el aire y que ya ha sido considerado el más liviano jamás creado); es un superconductor de la electricidad, permeable, y disipador térmico. Sus usos van desde las baterías, cableado, pinturas, placas fotovoltaicas, lo sensores fotográficos o las plantallas y displays… y los ordenadores cuánticos. O hacer que el agua del mar sea potable.
Investigadores de la École Polytechnique Féderale de Lausanne están trabajando en un condensador de grafeno que es capaz de crear qubits estables (un qubit es la unidad de almacenamiento de información den los ordenadores cuánticos, que a diferencia de los bits no tienen dos posiciones sino tres) a temperaturas muy bajas (a las que trabajan estos ordenadores).
Esta tercera posición de los qubits es crítica, dado que aumenta exponencialmente la capacidad de cálculo y almacenamiento. Pero producir qubits estables es algo difícil de conseguir. Además, son muy sensibles a los perturbadores campos magnéticos extraviados.
Para ello se suele apuntar a los circuitos superconductores, la mayoría de los cuales operan sobre la base del efecto Josephson: la aparición de una corriente eléctrica por efecto túnel entre dos superconductores separados.
Este dispositivo podría mejorar significativamente la forma en que se procesa la información cuántica, aunque también podría encontrar otras aplicaciones (algo técnicas, eso sí).
El grafeno va más alla: puede acelerar la detección de hepatitis, mejorar las prestaciones de carga eléctrica, generar un superconductor o unos superaltavoces. Está por ver que pueda ayudar a que el Atlético de Madrid gane la Champions.
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