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Una tormenta se cierne sobre el panorama internacional

El rumbo impredecible de la presidencia de Donald Trump y la crisis climática centraron el debate en la segunda jornada del Evento Tendencias 2024, celebrado el martes en Madrid

De izquierda a derecha, Antón García Abril, Carlo Ratti y Javier Moreno, en la segunda jornada del Evento Tendencias, en Madrid.
De izquierda a derecha, Antón García Abril, Carlo Ratti y Javier Moreno, en la segunda jornada del Evento Tendencias, en Madrid.INMA FLORES
Miguel Ángel García Vega

El agua y la geopolítica marcan las notas como el zigzag de una escala musical de un saxo. Hay graves y también agudos. Pero todos son sonidos que recuerdan el pasado y a la vez el futuro. Esta fue la narrativa básica de la segunda jornada del Evento Tendencias 2024, celebrada este martes, y organizada por EL PAÍS. Hay otras propuestas interesantes: el cine y su acomodo en la vida, las relaciones humanas en la era de la neurociencia o el amor en los tiempos modernos.

Sin embargo, la guerra en Ucrania, la incertidumbre planetaria, el enfrentamiento entre Hamás e Israel, la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses y el drama, aun sin resolver, de Valencia, piden explicaciones de quienes más saben.

“Lo que ha sucedido en Valencia no es algo único”, advirtió Carlo Ratti, profesor del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), “es un aviso del cambio climático y de cómo va a afectar a pueblos y ciudades”. Resulta necesario un cambio. “Falta una alineación entre los políticos que miran al corto plazo y los urbanistas y arquitectos que trazan a largo”.

Existe una relación entre el transporte y la crisis medioambiental. “La dana es una lotería, que toca en una ciudad u otra. Jamás olvidaré las imágenes de los coches amontonados”, destacó Ana Beatriz Jordao, jefa de la oficina en España de ONU-Habitat. “Pero vamos a seguir luchando por espacio para las personas”, añadió.

“Los coches han sido cajas de atrapar personas y aún es un momento muy cercano para hablar del drama. Lo que ha pasado en Valencia ha sido una sucesión de estupideces, no hacer caso a las advertencias o jugarse la vida por un vehículo; es un sinsentido. Debemos aprender el modelo climático en el que vivimos y su volubilidad”, explicó por su parte Bruno Sauer, director general de Green Building Council España.

Si la crisis climática es un desafío enorme, la situación geopolítica supone enfrentarse a una lectura muy compleja e incierta. Manuel Muñiz, rector internacional de IE Universidad y Decano de la Escuela de Ciencias Políticas, Económicas y Asuntos Globales, intuye un gran riesgo en la fractura internacional que ya se nota en el año académico con los estudiantes americanos. Otro sonido discordante, subrayó Raquel Jorge, investigadora del Real Instituto Elcano, es la “desconfianza [de Trump] en las instituciones”. Todo sucede con una política arancelaria de Trump cuyo verdadero alcance aún se desconoce. En la práctica, dependerá de a quién nombre en su equipo asesor en materia de comercio.

Lo que deja menos dudas es la sensación de que instituciones solidarias como Bretton Woods, creada en 1948, viste un “traje diseñado para un ámbito político y comercial que ya no existe”, reflexionó Gonzalo de Cadenas, subdirector general Servicio de Estudios de Mapfre, Análisis Macroeconómico y Financiero. Queda la voz de Pol Morillas, director del centro de investigación CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), y la necesidad de Europa de “recuperar ese lenguaje del poder”.

Frente a un Donald Trump que va a ignorar el cambio climático, intensificará su guerra tecnológica con China, acorralará más a los miembros de la OTAN con su particular obsesión del pago del 2% del PIB y presionará a instituciones que entiende que suponen una “particular amenaza”, como la prensa o la estructura judicial. De hecho, los expertos en inteligencia artificial estadounidenses con cierto rango tienen ya prohibido trabajar para empresas chinas.

Amanece un planeta más incierto, donde Ucrania tendrá que estrechar su relación con la UE y, por lo que ha avanzado el propio Trump, ceder parte de su territorio, según su posible plan de paz. Mientras, al fondo, todos los países subdesarrollados superan un déficit del 100% del PIB. Al final, la clave es separar lo relevante de lo subjetivo y negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero pasado un párrafo, el agua vuelve a caer sobre España. “La dana es una consecuencia del clima extremo y de la subida de un grado la temperatura del mar”, comentó Alicia Pita, directora de la Fundación Biodiversidad. “Eso es lo que nos dice la ciencia. Pero a la vez nos da las soluciones. Por ejemplo, renaturalizar los ríos. Es el arma para protegernos de nuevas inundaciones”, añadió la experta.

Se trata, en cualquier caso, de aplicar la lógica. “Hacen falta más zonas verdes, que filtren el agua, y menos cemento, que resulta impermeable”, subrayó Asunción Ruiz, directora ejecutiva de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), en esta cita que cuenta con el patrocinio de Abertis, Enagás, EY, GroupM, Iberdrola, Iberia, Mapfre, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Redeia, Santander y Telefónica.

Pasados Trump y el desastre de Valencia, Europa corre el peligro de fragmentarse. Algunos de sus países quieren manejar su dosis de poder sin contar con los Veintisiete. Todos tienen derecho a elegir su propio destino, desde la Hungría de Viktor Orbán a la Italia de Giorgia Meloni. Lo que nadie puede negar es que llueve a cántaros en el Viejo Continente y cada vez hay menos naciones donde resguardarse.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.
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