70 sitios de España aspiran a que se premie la calidad de su cielo nocturno
La Fundación Starlight, con sede en Canarias, estudia y acredita los mejores destinos para observar las estrellas a simple vista
Contemplar un cielo nocturno limpio y salpicado de estrellas es un placer que solo en determinados lugares, alejados de las ciudades y con condiciones de observación especiales, se convierte en un enorme atractivo para los aficionados a la astronomía. Una entidad española sin ánimo de lucro y con sede en Canarias, la Fundación Starlight, estudia las bondades de los cielos nocturnos para la observación de los astros y, si cumplen unas exigencias, les concede el título de reserva o de destino turístico destacado. Contar con él puede suponer en muchos casos un aliciente que hace atractivos lugares ignorados por las guías turísticas al uso y, con ello, una vía inesperada de ingresos para sus habitantes.
Starlight, creada por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), comenzó en 2012 a avalar la negrura del cielo nocturno, tan ansiada por los aficionados y por cualquiera que quiera embelesarse mirando las estrellas. En España, ya son 13 las reservas naturales que cuentan con el máximo aval de la fundación, a las que se suman otros 27 destinos turísticos que también pueden presumir de un buen cielo estrellado. En la lista de espera está unos 70 sitios españoles y unos 20 extranjeros, que la fundación está valorando.
Para conseguir la máxima acreditación, la de reserva natural Starlight, el lugar candidato tiene que acreditar que los objetos celestes se ven con gran nitidez a simple vista por la noche. "Cuanto menos titilen las estrellas, mejor", explica la directora de la fundación, la astrofísica Antonia Varela, que ha asumido la responsabilidad este año tras dedicar gran parte de su trayectoria al grupo de calidad del cielo del IAC (ese grupo de investigación analiza, precisamente, las características del cielo canario para atraer hacia ellos la instalación de grandes telescopios). También es necesario que el lugar cuente con un 60% de noches despejadas al año y que la atmósfera sea transparente (que haya poca contaminación atmosférica o polvo en suspensión). Fundamental es también que el sitio esté libre de la contaminación lumínica propia de los asentamientos humanos, esa que tiñe de color rojizo el cielo y que oculta las estrellas.
Las primeras reservas Starlight fueron reconocidas en Canarias. La isla de La Palma, que alberga el Observatorio del Roque de los Muchachos, y luego Tenerife, con su Observatorio del Teide, constituyen el mayor conjunto de instrumentos de observación de la Unión Europea y un lugar privilegiado para observar el cielo. Pronto se sumó a la lista el Montsec, en el Prepirineo Catalán. El reconocimiento supuso, sostiene la directora de Starlight, un impulso al turismo en la zona: "Desde que se certificó, se ha atraído a 20.000 visitantes nuevos al año y los ingresos por las actividades derivadas de la observación del cielo rondan los dos o tres millones de euros anuales". La última en conseguir el premio a su cielo estrellado ha sido la isla de Menorca, este año.
"En especial estamos impactando en áreas rurales. Casi todas las solicitudes que recibimos son de zonas de la España vacía", comenta con entusiasmo la directora de la fundación, que detalla que las solicitudes llegan por doquier en España y también, de manera creciente, desde otros países.
"Con la certificación se consigue atraer un tipo turismo que, justamente porque lo que quiere es ver el cielo de noche, pernocta en la zona". Además, asegura, se desestacionaliza el flujo de visitantes, porque el atractivo del lugar no deriva necesariamente de la visita en una determinada época del año.
Entre las candidatas a reserva o destino turístico se encuentran la zona del Alto Guadiela (Cuenca), Las Batuecas-Sierra de Francia (Salamanca), Los Arribes del Duero (Zamora y Salamanca), El Valle de Alcudia y Sierra Madrona (Ciudad Real), La Sierra de Guadarrama y de Ayllón (Segovia, Madrid y Guadalajara), Muntanyes de Prades (Tarragona), Cabañeros (Ciudad Real y Toledo), Campo de Daroca (Zaragoza), Las Hurdes (Cáceres), Borobia (Soria), Alange (Badajoz) o Ademuz (Valencia).
De fuera de España han presentado su candidatura la cordillera del Atlas en Marruecos, la mexicana Sierra de La Negra, San Juan (Argentina), Río Hurtado (Chile), Vale do Tua (Portugal), los Nevados y el paisaje de cafetal de Caldas (Colombia) o Shuzlan-Tash (Rusia).
Para convertirse en un sitio certificado, las instituciones, la comunidad de astrónomos y las empresas dedicadas a la iluminación de las calles de las poblaciones cercanas tienen que pedir una primera auditoría a la fundación. Tras un primer cribado, se hacen mediciones más prolijas. El coste de la acreditación y la auditoría corre a cargo del sitio que opta al título y ya hay tres empresas que ofrecen entre sus servicios esos estudios. Desde la solicitud a la concesión pueden transcurrir de uno a cinco años.
El umbral de calidad exigible para ser reserva es mayor que para ser destino turístico. En este segundo caso se valoran parámetros específicos, como infraestructura hotelera, las actividades de ocio y naturaleza o la existencia de planes de desarrollo sostenible. "En especial estamos impactando en áreas rurales. Casi todas son zonas de la España vacía. Con esto consigues la pernoctación y la desestacionalización del flujo turístico", presume Varela.
"Estamos muy satisfechos porque se ha constituido ya muy bien en España, pero este año hemos intentado abrir más el campo al resto del mundo, aunque ya nos conocen porque somos la única institución que une astronomía y turismo", comenta la directora de Starlight, que resume su labor en una frase: "Queremos que no se extinga la luz de las estrellas".
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