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Roquetas de Mar, donde Vox llena mítines pero pierde poder

Abascal busca rascar votos al PP criticando la sentencia del Supremo sobre el procés

Miguel González
Roquetas de Mar -
Acto público del presidente de Vox, Santiago Abascal. En Aguadulce (Almería, España)
Acto público del presidente de Vox, Santiago Abascal. En Aguadulce (Almería, España)Rafael González (EP)

El pasado 8 de agosto, un agricultor de Roquetas de Mar (Almería) fue agredido con una piedra. El hombre quedó malherido y los médicos tuvieron que inducirle el coma ante la gravedad de sus lesiones. La Guardia Civil detuvo a un inmigrante ilegal, M. O. S., de 22 años, como presunto autor de la agresión. Vox convocó una manifestación de respulsa en este municipio almeriense, el segundo más poblado de la provincia, con casi 100.000 habitantes y un 30% de extranjeros.

Su diputada nacional, Rocío de Meer, culpó de lo sucedido al “aumento masivo de la llegada de inmigrantes ilegales" y acusó a los demás partidos de mirar a otro lado ante el problema. El pasado 25 de septiembre, el juez liberó sin cargos a M.O.S. tras detener la Guardia Civil al autor confeso de la agresión: A. K., de 47 años, inmigrante también pero, a diferencia del anterior, con todos los papeles en regla.

De Meer no ha aludido a la agresión al agricultor en el mitin celebrado este jueves en el Palacio de Congresos de Aguadulce, la Benidorm almeriense y el barrio más adinerado de Roquetas de Mar. Ante unas 2.000 personas, una cifra que ningún otro partido sueña reunir aquí, la diputada se ha limitado a reivindicar el derecho a defender “a los nuestros” frente a la invasión de inmigrantes que “pone en peligro nuestra cultura”. Sí que ha mencionado el asesinato de un niño de siete años, presuntamente a manos de su madre, en la vecina localidad de El Ejido, como prueba de que “la violencia no tiene sexo” y que no hay violencia de género sino intrafamilair.

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Abascal ha pasado de puntillas sobre la inmigración y se ha centrado en la próxima exhumación de Franco , “la emergencia profanadora de Sánchez”, a quien ha atribuido el propósito de "derribar la cruz que representa la identidad de España", en alusión quizá a la del Valle de los Caídos. Pero sobre todo ha apelado a la "inquitetud y zozobra" que han provocado en su auditorio las escenas de las barricadas de Barcelona.

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Su apelación sentimental caía en terreno abonado. Casi un millón de andaluces emigraron a Cataluña en la segunda mitad del siglo pasado y gran parte de ellos procedían de Almería. Muchos de los catalanes que hoy se declaran independentistas son descendientes de aquellos almerienses que levantaron la industria catalana huyendo de la miseria que retrató un escritor catalán, Juan Goytisolo, en Campos de Níjar o La Chanca.

El líder de Vox ha cargado contra el presidente catatalán, Quim Torra, al que ha calificado de "capo de los CDR" y al que ha situado "al frente de los piquetes terroristas" y se ha consolado de su exclusión de la ronda de consultas con los líderes políticos celebrada el miércoles por Sánchez, alegando que es "mejor [estar] solo que mal aompañado". Pero sobre todo ha buscado rascar votos al PP recordando que es el suyo el único partido que ha criticado la sentencia sobre el procés del Tribunal Supremo, cuya independencia ha cuestionado al subrayar que las penas impuestas son las mismas que pidió el abogado del Estado que puso el Gobierno del PSOE; es decir, “el abogado de Sánchez”.

La visita de Abascal a Roquetas se ha producido una semana después de que dos de sus tres ediles en el Ayuntamiento dieran la espantada y denunciaran el talante “fascista, racista, antisemita e islamófobo” de dirigentes de su partido. Vox atribuyó la fuga de sus concejales a su negativa a renunciar a un aumento de sueldo del 30% aprobada por el pleno municipal. Los socialistas, por su parte, ven detrás de su paso al grupo de no adscritos la mano de Gabriel Amat, el gran cacique del PP en la provincia y alcalde de Roquetas desde hace 24 años, al que una interminable investigación judicial de su trama de más de 100 sociedades familiares no ha logrado sentar en el banquillo.

El caso es que, con un solo edil, Vox ha dejado de ser relevante en uno de sus grandes feudos y Amat, que hasta ahora gobernaba en coalición con Vox, puede hacerlo en solitario cuatro años más. El líder provincial del partido, Rodrigo Alonso, ha aludido a los dos tránsfugas sin citarlos. “Esos que han venido a Vox a lucrarse, ya están fuera”, zanjó.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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