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El Gobierno habilita 32 millones para el control migratorio marroquí

El Consejo de Ministros aprueba también la última fase de un hospital en Melilla

Claudi Pérez
Panorámica general de la valla fronteriza de Melilla y, a su derecha, la valla marroquí.
Panorámica general de la valla fronteriza de Melilla y, a su derecha, la valla marroquí.ANTONIO RUIZ

El Gobierno habilitará hoy una partida de 32,3 millones de euros para reforzar el control fronterizo en Marruecos y contribuir a la lucha contra la inmigración irregular y la trata de seres humanos. El Consejo de Ministros ya autorizó en julio la aplicación del fondo de contingencia para financiar un suplemento de crédito de 30 millones en el Ministerio del Interior: a esa cifra se añaden poco más de dos millones adicionales que ya estaban en posesión del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska.

El objetivo es contribuir al despliegue de las autoridades marroquíes en la frontera. Esos 32,3 millones —en concepto de ayuda de cooperación policial internacional— se suman a los fondos concedidos de la UE (140 millones, de los que España ya ha desembolsado 26 para financiar la compra de una flota de vehículos), también para que Marruecos contribuya a frenar las entradas irregulares. La partida se aprobará hoy, previsiblemente, en el Consejo de Ministros en funciones, que tiene previsto dar luz verde también a la financiación de la última fase de la construcción de un hospital en Melilla.

La cooperación con terceros países es uno de los ejes transversales de la política migratoria española, aseguró ayer Grande-Marlaska en San Sebastián. España tiene acuerdos bilaterales con Mauritania y Senegal, pero Marruecos es el socio estratégico: la mejora del control de fronteras en la zona del Estrecho de Gibraltar y del Mar de Alborán ha permitido reducir las entradas un 39% en lo que va de año, según el último dato de Interior. El objetivo del Ejecutivo es reforzar las capacidades materiales e institucionales de Rabat para ayudar a desarticular organizaciones criminales destinadas al tráfico de personas; el director de Migración marroquí, Khalid Zerouali, aseguró en mayo que Rabat ha acabado con 50 redes de tráfico de personas.

La presión migratoria hacia España comenzó a disminuir en febrero, coincidiendo con la visita de Felipe VI al rey marroquí Mohamed VI. España ha presionado para que a Marruecos lleguen fondos europeos, con el objetivo de lograr un cheque plurianual que refuerce la cooperación. Sobre la mesa hay la posibilidad de flexibilizar los visados para marroquíes.

Rabat ha reactivado acuerdos con España que se daban por perdidos, como el que está permitiendo devolver con rapidez a los subsaharianos que saltan las vallas de Ceuta y Melilla. Marruecos se ha involucrado también en la vía marítima, que antes ignoraba: todas las operaciones que antes asumía Salvamento Marítimo en la zona de rescate de responsabilidad marroquí —un tercio de las casi 50.000 personas en 2018— se dejan ahora en manos de la Marina Real, que devuelve a los náufragos al punto de embarque.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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