33 días para evitar las cuartas elecciones en cuatro años
Sánchez ultima en los próximos días reuniones con PNV, PRC y colectivos sociales para presentar un acuerdo programático, abierto a más aportaciones, a Unidas Podemos
La cuenta atrás para evitar las cuartas elecciones generales en cuatro años llegará a su ecuador el viernes. Ese día volverá a haber Consejo de Ministros con muchas promesas de tormenta en el horizonte agravadas por la falta de consenso entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para que haya Gobierno. El margen de tiempo se agota mientras el PSOE sigue sin los apoyos necesarios para que la legislatura empiece a rodar.
Desde las dos votaciones de investidura perdidas por el presidente en funciones los pasados 23 y 25 de julio los inconvenientes para España se han multiplicado. Y los nubarrones son cada vez más sombríos. La guerra comercial entre Estados Unidos y China se ha recrudecido mientras Alemania se mentaliza para entrar en recesión, con todo lo que supone para la cuarta economía de la zona euro. A los datos que advierten de una desaceleración en España, con una tasa de desempleo del 14% y la deuda pública situándose de nuevo por encima del 98% del PIB —1,21 billones de euros, nuevo récord en términos de volumen y que complica todavía más el compromiso del Ejecutivo de bajarla al 95,4% del PIB— hay que sumar la incertidumbre por el impacto en octubre del Brexit, que se promete duro, espoleado por Boris Johnson.
Para rematar un otoño que se prevé caliente, las turbulencias también serán políticas. Con Cataluña como epicentro. La sentencia por el procés augura el aumento de la polarización y agravará más de por sí la fractura entre los partidos constitucionalistas e independentistas.
Ante semejante panorama, en el que la convocatoria de elecciones en Cataluña cobra fuerza cada día que pasa, el PSOE concentrará muchísimas de sus energías en las reuniones que Sánchez mantendrá la semana que viene con colectivos sociales. Aprovechando su invitación al G7 en Biarritz (Francia) se verá con los líderes del PNV y PRC, susceptibles de darle su voto en caso de presentarse de nuevo a la investidura. La sensación generalizada en el partido en el Gobierno es que Sánchez no dará el paso si no tiene la certeza de que esta vez, a la tercera, tiene éxito.
Desde la investidura fallida del pasado mes de julio, el PSOE basa su estrategia en forzar a Unidas Podemos a aceptar un acuerdo programático similar al que ha permitido gobernar a los socialistas en Portugal en solitario y con apoyos externos de la izquierda. Para conseguirlo, Sánchez inició a principios de agosto un diálogo con organizaciones civiles. El propósito es articular “un programa abierto progresista” que presentará al conjunto de formaciones dispuestas a apoyarle.
Sánchez concentrará el foco en esos encuentros con colectivos sociales, entre los que habrá organizaciones defensoras de los derechos de los pensionistas y también vinculadas al mundo del deporte. Tras escucharlos a todos el PSOE presentará su programa, abierto a otras propuestas, al resto de fuerzas políticas con la mirada puesta en Unidas Podemos. Salvo cambios en la agenda, Sánchez convocará a los líderes de PP, Ciudadanos y Unidas Podemos en la primera semana de septiembre.
Si los tiempos se agotan y el 23 de septiembre no hay Gobierno, el día siguiente el Rey disolverá las Cortes y el BOE publicará la nueva convocatoria de elecciones. La campaña sería de siete días en vez de dos semanas, según recoge la Ley Electoral. Otra cuestión es la precampaña, para la que no hay límites. Y nadie duda de que los partidos se volcarían desde el primer minuto en ella si el bloqueo actual permanece.
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