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Traficar a todo lujo

Un crucero británico con escala en el Caribe servía de tapadera de los narcos para enviar coca a Galicia

Varios cruceros atracados en el puerto de A Coruña.
Varios cruceros atracados en el puerto de A Coruña.Autoridad Portuaria de A Coruña

Los muleros de la droga, uno de los hermanos pobres del narco, siguen siendo una pieza esencial del opulento negocio. Cobran una pequeña comisión a cambio de arriesgar mucho: unas veces, unos años de cárcel; otras, en el peor de los casos, su propia vida si las dosis las esconden en su intestino. Durante años estos porteadores salían a cientos desde el aeropuerto de Bogotá (Colombia) empleando todo tipo de engaños para no levantar sospechas, en silla de ruedas si fuera necesario. Pero la vigilancia se ha extremado sobre estos "vuelos de la coca" en países de destino como España y esta fórmula ha dejado de ser un coladero.

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Los narcos han buscado otros medios de envío más seguros como son los trasatlánticos, donde los muleros se camuflan en los cruceros de lujo con un millar o más de turistas. Las medidas de control más relajadas sobre el pasaje parecen ser un nuevo aliado para el traficante, a no ser que un chivatazo frustre el objetivo del viaje y los fardos acaben en manos de la policía.

En noviembre de 2018, la NCA británica, la Agencia Nacional contra el Crimen Organizado, envió una alerta a la policía española sobre tres pasajeros de un crucero de la compañía MV Arcadia que estaba a punto de atracar en el puerto de A Coruña. El trasatlántico había salido de Southampton (Inglaterra) unas semanas antes y en su travesía hizo escala en diferentes puertos del Caribe para continuar por las islas Azores y Galicia.

Los británicos creían que esta ruta turística estaba siendo utilizada por una red de traficantes para enviar droga a la Península. En la terminal de cruceros del puerto coruñés se montó un dispositivo conjunto de agentes de la Brigada Central de Estupefacientes, la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) y la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de A Coruña, que acabó con la detención de tres pasajeros con pasaporte holandés. El operativo coincidía con otra redada contra narcos gallegos y colombianos en un chalé de Pontevedra.

Según el atestado policial, a las 10.30 del día 15 de noviembre de 2018, los turistas salieron del buque y uno de ellos, de 35 años, fue interceptado tras pasar la zona de control de la terminal y mostrarse nervioso ante los agentes. Poco después también interceptaron en la dársena a otras dos turistas, madre e hija, de 50 y 28 años. Sus movimientos también resultaron sospechosos a la policía. Los tres llevaban unas mochilas similares.

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Tras un cacheo de sus pertenencias, los agentes encontraron 19 paquetes de diferentes tamaños que estaban metidos en las costuras interiores de los bolsos. Dentro del forro llevaban cocaína de elevada pureza, valorada en más de medio millón de euros. Los detenidos no tenían antecedentes penales.

C. A. N. M., su hija D. E., y J. V. V ., serán juzgados este jueves en la Audiencia de A Coruña y se enfrentan a una condena de ocho años de prisión. Confesaron que hicieron el crucero para obtener un dinero de terceras personas que no identificaron. Estos traficantes les entregaron las mochilas en un puerto del Caribe, donde hizo escala el transatlántico y luego los muleros tenían que bajarlas del barco en A Coruña. Allí les estaría esperando un intermediario para recoger las bolsas pero la policía se adelantó.

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