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Detenidos 44 narcos de la mafia calabresa y de los Castaña por introducir hachís por el Estrecho

La banda gaditana se alió con la italiana para cubrir el traslado de la droga hacia Europa

Agentes de la Policía Nacional, en una operación policial en Algeciras.Foto: atlas | Vídeo: EFE | ATLAS
Jesús A. Cañas

Samuel Crespo quería más. De poco servía que estuviese escondido tras protagonizar una peliculera fuga del hospital de La Línea. Él deseaba escalar en la pirámide social del narco, abrir nuevas vías más allá de la posición que ocupaba en el poderoso clan de los Castaña. En eso ponía su empeño el pasado 27 de junio en un hotel rural de Jimena de la Frontera (Cádiz). Participaba en una reunión de trabajo cuando acabó detenido. Ahora se sabe que ese día se sentaba a la mesa de la mafia 'Ndrangheta, una peligrosa organización criminal italiana de Calabria.

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La detención de Samuel, lugarteniente de los hermanos Tejón -también ya en prisión-, fue el primer gran golpe a la alianza que los Castaña y los 'Ndrangheta, estaban pergeñando para distribuir el hachís desde Marruecos a Europa. Desde entonces y hasta el pasado mes de abril, las sucesivas actuaciones contra este consorcio del crimen organizado ya suman 44 detenidos entre España -en Cádiz y Málaga- e Italia. A eso se suman los 2.744 kilos de hachís intervenidos en 34 registros coordinados por la Guardia Civil, la Policía Nacional y los Carabinieri italianos en la denominada Operación Alianza.

Del casi medio centenar de detenidos en este tiempo, un actor resalta por encima de los implicados en la causa. Desde la lujosa y discreta urbanización de Sotogrande (en San Roque, Cádiz) un capo de la ‘Ndrangheta’ -cuyo nombre no ha trascendido- controlaba que el acuerdo entre las partes se cumpliese. Él “ejercía de intermediario entre el suministrador de la droga y el resto de miembros de la organización en Italia”, tal y como explican los cuerpos españoles en un comunicado emitido este sábado.

El capo calabrés no buscó una alianza cualquiera en el Campo de Gibraltar. Frente al resto de las pequeñas bandas gaditanas dedicadas al mero transporte de hachís de Marruecos a España, los Castaña lograron ganar poder y presencia frente a los productores marroquíes y los compradores europeos. “Tenían algo más de participación en el tráfico”, explican fuentes cercanas a la investigación. De ese peso como organización -con epicentro en La Línea de la Concepción- surgió la alianza con la ‘Ndrangheta, una poderosa organización italiana con presencia en la Costa del Sol.

“Es de las más peligrosas que hay. La unión era cuestión de dinero, pero si te alías con ellos no existe posibilidad de fallarles más de una vez”, señala uno de los investigadores. Con esos términos claros de partida, ambas mafias colaboraban juntas, al menos desde marzo de 2016, momento en el que los agentes consiguen descubrir las primeras conversaciones entre ambos. Los españoles se encargaban de trasladar la droga desde Marruecos hasta las costas del Campo de Gibraltar. Desde ahí, el hachís iniciaba su ruta europea escondida en el interior de camiones con mobiliario o mercancías perecederas. En virtud del acuerdo con la ‘Ndrangheta, el destino preferente de la droga era Italia.

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El primer golpe a este acuerdo italo-español llegó gracias a Crespo, huido con la ayuda de 20 encapuchados del hospital de La Línea en febrero de 2018. Ya como prófugo, participaba de los contactos con los calabreses. El pasado 27 de junio estaba en una reunión en un hotel rural de Jimena -por el que los narcos pagaban hasta 8.000 euros mensuales- cuando acabó detenido. Para entonces, los Castaña se habían convertido en el objetivo número uno de las fuerzas de seguridad, espoleadas por la alarma social generada por la fuga de Crespo que cristalizó la impunidad con la que el narco parecía moverse en el Campo de Gibraltar.

Las últimas detenciones de esta alianza entre los calabreses y los gaditanos se produjeron el pasado mes de abril. El Juzgado Número 3 de Málaga, la Fiscalía Antidroga de esta provincia y Dirección del Distrito Antimafia de Milán de la Fiscalía de Italia dieron luz verde a la detención de los últimos nueve implicados. Las localidades gaditanas de Los Barrios, Algeciras y Guadiaro (San Roque), las malagueñas de Marbella, Torremolinos y su propia capital se convirtieron en escenarios de nuevas entradas y registros que se completaron con cuatro apresados más en Italia.

En total, la operación ha sumado 44 detenidos, investigados y localizados en distintos momentos de junio de 2018 a abril de este año. Entre ellos, se encuentra un funcionario del Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre (Málaga), al que la mafia italiana había sobornado a cambio de que diese cobertura a la fuga que estaban preparando de uno de los cabecillas que estaba allí en prisión. En los 34 registros realizados en este tiempo, se ha localizado las 2,7 toneladas de hachís, 72.525 euros en metálico, 12 armas de fuego y 14 vehículos, entre otros efectos.

A todos los arrestados -que en estos momentos se encuentran en distinta situación procesal en función del momento en el que han sido detenidos y su implicación en los hechos- se les investiga por pertenencia a organización criminal, cohecho, blanqueo de capitales, delitos contra la salud pública, tenencia ilícita de armas, y falsificación de documento público. Además, se han ejecutado tres órdenes europeas de detención y entrega (OEDE) y otras tantas órdenes de búsqueda.

La puntilla final a la alianza entre los Castaña y la ‘Ndrangheta llega ya con la banda de narcos gaditanos herida de muerte. El refuerzo policial del plan especial de seguridad del Ministerio del Interior -puesto en marcha a mediados de 2018- ha provocado la caída de sus dos máximos capos, los hermanos Antonio y Francisco Tejón y la mayor parte de sus lugartenientes y colaboradores. Hasta hijos, mujeres y amantes se han visto implicados en grandes redadas que han convertido el imperio de los reyes del hachís del Estrecho en desmembrados reinos de taifas que batallan por levantar el vuelo y recuperar la gloria e impunidad perdidas.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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