Los Castaña, de reyes del hachís a presos modélicos
Los dos hermanos esperan juicio en la cárcel, sometidos al régimen de aislamiento pero con una conducta "impecable"
Una de las mayores pesadillas que enturbiaba los tiempos dorados de los reyes del hachís en el Campo de Gibraltar era verse algún día en el purgatorio de una prisión preventiva sin condena firme ni final en el horizonte. Pero, ahora, ese es el trance en el que se encuentran ahora los hermanos Antonio e Isco Tejón, conocidos como Los Castaña, tras haber dirigido la mayor organización de narcos del Estrecho.
A la espera de un juicio que no llegará, al menos, hasta 2020, ambos están entre rejas en régimen de aislamiento. Tienen un "comportamiento impecable", aunque Isco [el mayor] "lo lleva mal", según reconocen tanto su abogado como una fuente cercana a los centros penitenciarios en los que están confinados.
Pero el pasado 12 de febrero las cosas empeoraron para Los Castaña. La Guardia Civil detuvo a 29 integrantes del clan, la mayoría por delitos económicos, entre ellos la esposa e hijo de Antonio Tejón, este último de apenas 18 años. Son las consecuencias de un tiempo en el que en La Línea de Concepción (Cádiz) no había un gran alijo que se preciase que no tuviese la participación directa o indirecta de esta banda.
Antonio e Isco Tejón, de 34 y 39 años, amasaron una fortuna ilegal de unos 30 millones de euros, según estimaciones realizadas en el marco de la Operación Ronal que impulsó a finales de 2016 la busca y captura de los narcos.
Después de un año y siete meses de fuga, el primero en caer fue Antonio, detenido el pasado 8 de junio de 2018, y luego le tocó a Isco. Hoy duermen en las prisiones de Albolote (Granada) y Córdoba, respectivamente. A los dos se les ha aplicado el régimen FIES 2 (Fichero de Internos de Especial Seguimiento), según explica el abogado de Isco, una categoría habitual para delitos relacionados con organizaciones criminales.
Mientras Isco se mantiene en prisión preventiva a la espera de juicio, Antonio ya ha accedido al primer grado porque está cumpliendo una condena de dos años y tres meses de una causa anterior. Ambos se mantienen aislados, con limitaciones en las actividades en común con el resto de internos, aunque sí se les permite la visita de familiares. "Tienen algo menos de libertad. Pero, a veces, esto se hace por protegerlos a ellos mismos al ser conocidos", reconoce desde el entorno de sus cárceles.
El comportamiento de ambos es “impecable”, explican fuentes de sus respectivas cárceles, pero mientras Antonio parece integrado y participa en talleres ocupacionales, Isco “lo lleva mal”. “Tiene problemas en las articulaciones y lo está pasando mal porque no puede salir para las pruebas que necesita”, afirma su letrado. Isco solicitó la libertad provisional a la espera del juicio, pero la Audiencia Provincial de Cádiz se la ha denegado. Su abogado cree que, tanto su cliente como Antonio, se ven sometidos a "un régimen penitenciario severo que no es normal" y que es consecuencia de su fama y su posterior fuga. Todo ello sazonado con la participación en el videoclip de reguetón de Isco. "Eso le perjudicó, aunque él sostiene que solo lo hizo por colaborar con el cantante", reconoce el letrado.
Los Castaña se enfrentan a delitos de salud pública, organización criminal y blanqueo de capitales, entre otros. Los dos primeros cargos se dirimen en el Juzgado de Instrucción número 2 de La Línea, según fuentes judiciales del Campo de Gibraltar, y el tercer delito está pendiente de que se resuelva si es competencia de los tribunales de esa localidad o de Algeciras. La apertura de juicio oral no se prevé para este año.
Mucho ha cambiado el Campo de Gibraltar desde que los Tejón dejaron vacante su trono del hachís. Los refuerzos policiales estrangulan al narco local y le asestan golpe tras golpe. Eso obliga a los clanes a buscar métodos cada vez más elaborados para alijar: lo mismo recurren a drones que se dispersan por otros puntos de la costa. Los vuelcos o robos entre bandas ya implican hasta a la Camorra italiana. La única esperanza para Los Castaña era que el hijo de Isco, Darren, de apenas 20 años y en libertad, fuese capaz de mantener con vida a la banda.
Tras la última redada, hasta eso ya se antoja como un imposible. Isco Tejón ya parece lejos de toda esa guerra entre policías y narcos. Su batalla final se centra en defenderse en la causa que le sentará en el banquillo. Todavía no se sabe cuándo llegará ese momento, pero él, según su abogado, ya tiene claro lo que hará: "“El acervo probatorio es muy bajo en lo que se refiere al tráfico de drogas. Él se siente inocente. No va a llegar a acuerdos".
A por el dinero
Si la Operación Ronal provocó la caída de los hermanos Antonio y Francisco Tejón, los investigadores de la macrorredada Trapera tenían claro que su objetivo era perseguir sus presuntos delitos económicos. Tras meses de investigación, el pasado 12 de febrero la Guardia Civil detuvo a 29 personas y las fuerzas de seguridad gibraltareñas, a tres más a petición de España. De los primeros arrestados, solo cinco fueron enviados a prisión. Entre quienes fueron puestos en libertad se encuentran Zaraida L., mujer de Antonio Tejón, y el hijo de ambos, de apenas 18 años. Los investigadores acusan a los dos de organización criminal, blanqueo de capitales y hasta de tráfico de drogas.
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