El rastro de los 180.000 euros del embajador Morodo
Fondos de la petrolera venezolana PDVSA acabaron en las cuentas del representante español en el país entre 2004 y 2007
La policía investiga transferencias por importe de 180.000 euros a cuentas bancarias del catedrático de Derecho Constitucional Raúl Morodo, exembajador de España en Venezuela durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El dinero se lo transfirió su hijo, Alejo Morodo, desde otras cuentas a su vez nutridas con los 4,5 millones de euros que este percibió y supuestamente a cambio de ficticios asesoramientos de la empresa pública Petróleos de Venezuela (PDVSA).
La Brigada de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la policía detuvo el pasado 20 de mayo por blanqueo de capitales y corrupción a un hijo de Raúl Morodo, Alejo Morodo Cañeque, y al socio de este, Carlos Prada Gómez, así como a las esposas de ambos. Y es previsible que la lista de implicados en este caso se amplíe en las próximas semanas. El catedrático y exembajador no fue detenido debido a su avanzada edad (84 años), pero figura entre los principales implicados como presunto urdidor en la sombra de los citados contratos.
Los datos incriminatorios de que dispone la Fiscalía Anticorrupción contra Raúl Morodo son, entre otros, el trasvase de dinero entre las cuentas de su hijo Alejo y las suyas propias. De momento, suman 180.000 euros en efectivo, pero la policía indaga más movimientos y, también, la titularidad de fincas y pisos compradas supuestamente por la familia tras la llegada del dinero de la petrolera venezolana.
La policía indaga la titularidad de fincas y pisos comprados supuestamente por la familia Morodo tras la llegada del dinero de la petrolera venezolana
Justo después de que Raúl Morodo dejase la embajada, PDVSA suscribió cinco contratos, que suman 4,5 millones, con su hijo Alejo para que este dirigiera supuestamente la gestión y representación de la petrolera en Europa, pero no se conoce actividad alguna en ese sentido. Fuentes de la investigación sostienen "que lo de la asesoría era una cortina de humo; es decir, que el dinero llegó a cambio de nada y que fue como pago de favores al padre a través de su hijo".
Aparte de blanqueo de capitales, la fiscal de Anticorrupción Ana Cuenca también atribuye a los, de momento, cinco implicados delitos de corrupción en transacciones comerciales internacionales, falsedad de documentos y delito fiscal, cometidos supuestamente entre 2011 y 2013. Todos los detenidos quedaron en libertad provisional con medidas cautelares.
El dinero de PDVSA no llegó directamente a las cuentas de Alejo Morodo. Se disfrazó mediante operaciones bancarias con trampolín en Panamá y Suiza antes de llegar a las sociedades de Alejo Morodo y su socio.
Morodo declaró que era normal que su hijo le enviase dinero a su cuenta para sus gastos y negó que fuese a cambio de un trato de favor a responsables de la petrolera
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que investiga la querella de la Fiscalía Anticorrupción, tomó declaración el pasado miércoles a los detenidos, entre ellos al exembajador Morodo. Según fuentes de las partes, este fue preguntado por el trasvase de dinero desde las cuentas de su hijo a las suyas. Aseguró que era normal que su hijo le enviase dinero a su cuenta para sus gastos y negó que fuese a cambio de un trato de favor a responsables de la petrolera o del Gobierno venezolano.
La policía, en cambio, sí cree que los contratos millonarios firmados por Alejo Morodo y la petrolera, a cambio de nada, son pagos por favores prestados por el padre cuando era embajador en ese país. Y que fue el propio Raúl Morodo quien puso en contacto a su hijo y a sus contactos en Venezuela para la firma de los citados contratos millonarios.
La investigación revela que Alejo Morodo firmó entre 2008 y 2013 diferentes contratos con PDVSA que suman 4,5 millones. Los investigadores de la policía sospechan que los supuestos servicios que aparecen reflejados en los contratos, a los que ha tenido acceso este periódico y son la prueba principal del caso, son ficticios o inexistentes.
El primer contrato ficticio entre la petrolera venezolana y Alejo Morodo se firmó el 18 de agosto de 2008. Se oficializó entre Juan Carlos Márquez Cabrera como representante de PDVSA y Aequitas Abogados Consultores Asociados SL, el despacho de Alejo Morodo en la madrileña calle Fortuny. Los contratos se renovaron anualmente y en cada uno de ellos se estipulaba una cantidad diferente que oscilaba en los 526.880 euros, el más bajo, hasta 1.584.000 el más elevado, en 2012. En algunos, se señaló que los servicios de Morodo costaban 240 euros la hora y en ocasiones se recogía que entre un 3% y un 5% de cada contrato se destinaría al Fondo Social de PDVSA.
Otro contrato se firmó el 20 de agosto de 2011 entre PDVSA y la sociedad panameña Furnival Barristers Corp, representada por Alejo Morodo, en calidad de apoderado. Los emolumentos en esta ocasión ascendieron a 526.880 euros. La dirección fiscal que reflejan los documentos y facturas de esta sociedad off shore es Plaza 2000, Building 50th St. de Panamá. Esta es la opaca sociedad panameña que utilizó Alejo Morodo para cobrar las millonarias cantidades que le abonó el gigante del petróleo venezolano. Los documentos demuestran que, además de Furnival y Aequitas, el hijo del exembajador utilizó, también, a la sociedad Marpa para cobrar de PDVSA.
En uno de los contratos investigados figura como parte contratada Carlos Prada Gómez, el ciudadano venezolano que fue detenido junto a su esposa en la redada protagonizada el pasado día 20 por la UDEF, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional. Pero su nombre escrito a máquina está tachado y junto al mismo se añadió finalmente, a mano, el de Alejo Morodo. Prada está acusado de los mismos delitos que el resto de los detenidos y tiene, también, la obligación de presentarse regularmente en el juzgado de la Audiencia Nacional que investiga el caso, el Central número 1.
Los contratos suscritos entre PDVSA y el hijo del exembajador fueron remitidos al entonces “ciudadano ministro” de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez. Este último fue exembajador de Venezuela ante Naciones Unidas hasta su cese en 2017 y está siendo investigado por la Fiscalía General venezolana por el saqueo de la compañía durante su mandato. Dos de sus primos, Diego Salazar y Bastidas Ramírez, ocultaron en la Banca Privada de Andorra (BPA) cantidades millonarias pagadas supuestamente por empresas que lograron contratas de PDVSA.
Ninguna explicación
Un 2015, un redactor de este periódico mostró a Alejo Morodo los citados contratos con PDVSA. El letrado declinó ofrecer alguna explicación acogiéndose al secreto entre abogado y cliente. Los contratos se refieren a la "asesoría a la compañía (PDVSA) del despacho de abogados en sus actividades en España y Portugal para el continente europeo". Directivos de empresas españolas del sector consultados entonces aseguraron desconocer las actividades de Morodo con la citada petrolera.
Raúl Morodo fue embajador de España en Venezuela, entre 2004 y 2007, durante el Gobierno del fallecido Hugo Chávez, con quien mantuvo una estrecha relación. Lo nombró para este cargo el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Morodo fundó durante la transición política y junto al exalcalde de Madrid Enrique Tierno Galván el Partido Socialista Popular (PSP), que luego se integró en el PSOE.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.