La Audiencia de Huelva ordena reabrir el caso de las temporeras
Un juez había archivado la causa sin haber escuchado los testimonios de las denunciantes
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva ha ordenado reabrir la causa de un grupo de temporeras marroquíes que denunció a su patrón por abuso sexual durante la pasada temporada de la fresa. El caso fue archivado el pasado mes de diciembre por el Juzgado de Instrucción número 3 de La Palma del Condado sin que el juez llegase a escuchar el testimonio de las denunciantes. El magistrado entendió que no aparecía “debidamente justificada la perpetración del delito”.
El auto del pasado día 13, al que ha tenido acceso EL PAÍS, revoca el archivo del caso y ordena que el juez instructor tome declaración a las denunciantes. Los magistrados de la Audiencia determinan también que se practique “cualquier otra diligencia” que se considere necesaria para adoptar después la “decisión oportuna”, sea para archivar de nuevo o para continuar con la causa.
El caso comienza en junio cuando diez mujeres marroquíes contratadas en Marruecos para la recogida de la fresa en una finca de Almonte (Huelva) se presentan ante la Guardia Civil para denunciar a uno de sus patrones. Según cuatro de las diez mujeres, el empresario, además de no cumplir con las condiciones laborales prometidas, las importunaba en su habitación y les ofrecía dinero a cambio de sexo. Una de ellas acusó al denunciado de tocarle los genitales y el pecho. “Se subió encima de mí como un animal”, declaró la mujer a este periódico.
Una segunda causa, esta por un supuesto delito contra los derechos de los trabajadores, seguía en otro juzgado y fue también archivada en abril. La juez de Primera Instancia e Instrucción número 1 de La Palma del Condado consideró que no hay pruebas que sustentasen la versión de las mujeres ya que “ni de las inspecciones llevadas a cabo por la Inspección de Trabajo ni por la Guardia Civil se aprecian indicios de las irregularidades denunciadas”. La Asociación de Usuarios de la Administración de Justicia, defensora de las mujeres, también recurrió este archivo.
En su denuncia, las temporeras describían los contenedores de obra sin ventanas en los que dormían hasta ocho mujeres, la falta de agua potable y las dificultades de compartir cocina y baño con hasta 12 mujeres. Las temporeras entregaron vídeos desde el interior de los contenedores por los que se colaba el agua a borbotones cuando llovía. Denunciaron también que sus jefes dejaron de pagarles jornadas enteras de trabajo y que no recibieron un anticipo pactado de 50 euros, lo que les llevó a comer alimentos podridos y hierba porque no tenían dinero para comprar comida. Estas condiciones llevaron a las mujeres a una situación de vulnerabilidad ante otros abusos, denunciaron sus abogados.
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