Medio centenar de inmigrantes consiguen entrar en Melilla saltando la valla
Cinco personas resultaron heridas, cuatro de ellas agentes de la Guardia Civil, y una fue detenida
Medio centenar de personas logró este domingo entrar en Melilla en el primer salto colectivo a la valla desde el pasado mes de octubre, coincidiendo con un repunte de llegada de pateras en el Estrecho. “Solo 52 de los 100 lo ha conseguido”, según señaló la Delegación del Gobierno. El salto se produjo de madrugada, en torno a las 6.15, en una zona del perímetro fronterizo ligeramente vulnerable y muy cerca del aeropuerto.
Al menos un herido tuvo que ser trasladado a un centro médico, según fuentes oficiales. El resto de personas fueron trasladadas al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Otro de los migrantes fue detenido por resistirse a la autoridad y cuatro agentes de la Guardia Civil sufrieron leves contusiones al intentar contener el salto. El último episodio de entrada colectiva por la valla de Melilla se produjo en octubre de 2018, cuando accedieron unos 200 inmigrantes.
“Se han llevado a uno al que seguramente tengan que operar, porque está completamente rajado”, comentaba al teléfono un agente horas después, mientras varios trabajadores retiraban del vallado los restos de ropa, garfios caseros y zapatos revestidos con clavos que utilizan los migrantes para escalar la malla antiescalada que recubre la alambrada. En el interior del CETI, otros migrantes tuvieron que ser atendidos por diversas heridas en brazos, piernas y cabeza. La mayoría procede de Camerún, Costa de Marfil y Malí.
El tramo en el que se ha producido el salto es una de las dos zonas en las que aún se mantienen las concertinas reinstaladas en 2016 y que el Gobierno de Pedro Sánchez se comprometió a retirar antes de las últimas elecciones generales. En la actualidad, las concertinas cubren poco más de 200 metros de los 11 kilómetros de vallado que separa Melilla de Marruecos, en puntos especialmente vulnerables, donde la orografía y el desnivel hacen insignificantes los seis metros de altura de la valla. Esos restos se encuentran, además, bordeando la tercera valla interior por el lado marroquí, lo que ha complicado hasta ahora su retirada, según la Guardia Civil.
“Se han cargado todo”, protestaba uno de los trabajadores que limpiaban la alambrada tras el salto, mientras aplastaba con el pie los varios metros de alambre con cuchillas que han tenido que ser retirados. Uno de los empleados llegó a cortarse mientras se deshacía de las concertinas desbridadas en las que habían quedado enganchados los abrigos y chaquetas que los migrantes usan habitualmente para evitar cortarse. Las autoridades marroquíes detuvieron a decenas de personas, según la Asociación Marroquí de Derechos Humanos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.