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Los debates se acaban en los Pirineos

La política internacional, incluso los temas relacionados con la UE, están ausentes de la campaña

Plató del debate del lunes en Televisión Española. En vídeo, los mejores momentos.Vídeo: Uly Martín
Guillermo Altares

En un mundo global, hace mucho tiempo que la política exterior es local y que la mayoría de los fenómenos que marcan la vida económica y social de un país solo se pueden comprender desde una perspectiva internacional. El famoso efecto mariposa —una mariposa aletea en Pekín y llueve en Madrid— no llegó a los debates entre los cuatro candidatos ante las elecciones del próximo domingo, que se celebraron el lunes y el martes. No se habló ni un minuto de asuntos exteriores, una ausencia que coincide con uno de los momentos más interesantes, desconcertantes y peligrosos de la situación mundial en décadas.

Venezuela estuvo tan presente en la campaña electoral de mayo de 2016 que el candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, llegó a viajar a Caracas. El hundimiento de este país ha sido un arma arrojadiza constante en la política nacional, de hecho, aparece en el programa electoral del Partido Popular, que propone medidas como un Programa de Asistencia para la Reconstrucción de Venezuela. Durante las cuatro horas de debates estuvo totalmente desaparecido, al igual que el Brexit, la crisis de la UE, que se enfrenta al reto del asalto interior de la ultraderecha, no solo desde formaciones minoritarias, sino incluso desde Gobiernos como el húngaro o el italiano.

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Los candidatos tampoco evocaron la rebelión popular en Argelia contra la gerontocracia que domina el país desde su independencia o la guerra que ha vuelto a estallar en Libia, dos crisis que tienen consecuencias directas sobre el suministro energético a España y sobre los flujos migratorios. El 56% del gas que importa España viene de las inmensas reservas de Argelia, un país situado a menos de 200 kilómetros de la costa española.

Tampoco asomaron el papel de España en el Mediterráneo, como puente entre la UE y América Latina, o si el Gobierno se encuentra fuera del núcleo duro de decisión de los grandes de la Unión, por no hablar de las consecuencias del Brexit sobre la economía. Tampoco hicieron referencia a China, a la guerra comercial en ciernes, a la influencia de la Rusia del presidente Vladímir Putin sobre procesos democráticos en Occidente o a cómo Donald Trump en la Casa Blanca ha destruido la relación transatlántica que ha marcado la política europea desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Una explicación de estos olvidos que comparten varios expertos es que los asuntos de política exterior no son un tema de confrontación entre las fuerzas políticas españolas salvo en el caso de Vox, que no estuvo en los debates pero tampoco ha hecho de sus recelos a Europa uno de sus caballos de batalla.

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"Es un tema poco divisivo, que apenas preocupa a los indecisos y desde luego no es el más propicio si quieres marcar claramente distancias con los demás como ha ocurrido en estos debates", explica el politólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) José Fernández-Albertos. Ni siquiera Venezuela puede servir para abrir brechas desde que el Gobierno reconoció a Juan Guaidó como presidente, al mismo tiempo que una mayoría de países europeos.

"Es algo insólito, inconcebible en un debate electoral en Francia, Alemania o Reino Unido", explica Joaquín Arango, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y expresidente del Centro de Investigaciones Sociológicas. "Me parece muy llamativo que tampoco se haya hablado de Europa, un tema del que apenas se ha realizado alguna mención lateral. Es un indicio de que todavía vivimos en una sociedad que padece un localismo bastante acusado, aunque menos en las generaciones más jóvenes. Si los partidos se mostrasen más combativos, si pusiesen esos temas sobre la mesa, podrían despertar mayor interés, pero sienten que están lejos de las preocupaciones de los ciudadanos".

La política internacional no fue la única ausencia chocante de las cuatro horas de debates. Tampoco apareció la justicia, por ejemplo, pero sobre todo se quedó fuera el cambio climático, el mayor desafío al que se enfrenta la humanidad, cuyos efectos están cambiando la Tierra mucho más rápido de lo que nadie pensaba, pero no la política española.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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