Pedro Sánchez, ¿a la andaluza?
Politólogos y dirigentes socialistas señalan similitudes y diferencias entre la campaña del presidente con la de Susana Díaz
Pedro Sánchez no llega a repetir la frase favorita de Susana Díaz durante la campaña andaluza del 2 de diciembre —"Estoy feliz, plenamente feliz"— pero mantiene un tono átono como si quisiera transitar hasta el 28 de abril levitando un palmo sobre los desechos que producen casi a diario las medias palabras y hasta las cuatro palabras que le dirigen sus adversarios. Por ejemplo: "Manos manchadas de sangre". Y otro ejemplo: "Decretos abertzales y electorales".
Que estos desbarros no se contesten (casi) al mismo nivel sorprende mucho en el socialismo andaluz que bebe de la escuela guerrista, en la que se enseña que eso de poner la otra mejilla está muy bien para los Evangelios, pero no para una campaña electoral. "Hay que demostrar que hay sangre en las venas", apunta un diputado andaluz.
Los primeros compases electorales del candidato socialista a la presidencia del Gobierno del 28-A tiene algunas similitudes con los de Susana Díaz en las autonómicas del 2-D: Tono bajo, sin crispación, no entrar en los charcos y no hablar de Unidas Podemos, presunta socia. Así lo ven dirigentes socialistas y profesores de Ciencias Políticas andaluces, aunque otros discrepan y ven más diferencias que semejanzas.
No obstante, todos advierten de que ambas coyunturas políticas son muy diferentes: el PSOE de Sánchez lleva 10 meses en el Gobierno; el PSOE de Díaz, casi 37 años en la Junta de Andalucía. Y, sobre todo, Vox, que hace cuatro meses logró 12 escaños en el Parlamento y apoyó un Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos.
"Sí hay similitudes entre la campaña de Sánchez y Díaz", afirma el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Javier Torres Vela. "Los dos van con el viento a favor y no asumen riesgos. Pero la diferencia fundamental tiene que ver con el contexto. Díaz estaba convencida de que iba a ganar con una campaña plana y poco movilizadora, como si todo estuviera hecho porque en teoría tenía todos los datos a favor. Pero, como señaló la encuesta andaluza del CIS, el 58% decía que quería cambiar al Gobierno, incluso los que votaban al PSOE lo querían. A Sánchez le ocurre lo contrario. Los suyos quieren que ganen", añade el expresidente del Parlamento andaluz.
Sostiene Torres Vela que ahora hay más movilización que en las elecciones andaluzas, sobre todo, apunta un dirigente de la ejecutiva regional socialista, por parte de los de la "generación de la Transición, los Jurassic Park", esos que en su día votaron al PSOE de Felipe González y lo dejaron de votar.
Dirigentes andaluces recuerdan que la campaña presidencialista que desplegó Susana Díaz no salió bien y que hubo un debate muy fuerte acerca de si había que alertar o no de la posible entrada de la ultraderecha en el Parlamento regional para generar más movilización. Díaz lo hizo los últimos días de la campaña cuando su margen de reacción era ya muy escaso.
Contexto cambiado
"El éxito de Vox le pilló al PSOE por sorpresa, pero este contexto ha cambiado después de las andaluzas. Ahora el peligro de que gobierne la derecha es real", asegura Carmen Ortega, profesora titular de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada. "A Sánchez le conviene el perfil bajo, porque PP, Ciudadanos y Vox le están haciendo la campaña y, más aún, cuando salen juntos en la foto. También se la hace Andalucía, con el tripartito de derechas".
Ortega observa diferencias entre el despliegue electoral de los dirigentes socialistas. "Pedro Sánchez está optando por una campaña en la que hay una apuesta mayor por la marca PSOE; Susana Díaz la enfocó con más Andalucía y menos PSOE, pensando que la marca estaba a la baja, cuando lo que estaba a la baja era ella", dice la profesora granadina que trabaja en un artículo científico sobre los dos liderazgos en Andalucía.
Otros dirigentes socialistas ni ven similitudes ni comparten que Sánchez esté haciendo una campaña de perfil bajo. "¿Qué es una campaña arriesgada o intensa? Aquí no hay una sino muchas campañas y la de los indecisos (un 40%) a los que les decimos que tenemos la oferta más centrada y moderada", señala un miembro de la ejecutiva federal. Otro socialista apunta: "Iremos in crescendo. Ahora se trata de hacer propuestas de futuro, mientras que en Andalucía era muy difícil tras tantos años de Gobierno".
Ninguno de los dirigentes socialistas consultado ha querido aparecer con su nombre, porque hay un plano secuencia que se pretende mantener oculto en Andalucía hasta después de las elecciones municipales de mayo. La película se llama: el PSOE andaluz ¿con o sin Susana Díaz?
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