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Sánchez: “No puedo expulsar a policías sin sentencia, pero les hemos apartado”

El presidente carga contra los independentistas, pero deja abierta la puerta al indulto. Además se ofrece a la izquierda como el único partido que puede frenar a la derecha

Carlos E. Cué
Pedro Sánchez llega a la cumbre de la UE, este miércoles.
Pedro Sánchez llega a la cumbre de la UE, este miércoles. Alastair Grant (Pool)
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La campaña está desatada, con ataques cada día más duros centrados en Pedro Sánchez, pero la del presidente está diseñada hace mucho tiempo y parece decidido a seguirla pase lo que pase. Sánchez ha optado por sacar el máximo partido a su principal ventaja: está en La Moncloa, ejerce el poder, controla las decisiones clave del Consejo de Ministros y es el favorito, el único, con Vox, que está subiendo en las encuestas, y el que en teoría tiene más posibilidades de estar al frente del Ejecutivo. En una entrevista en La Sexta, el presidente ha mostrado en todo momento un tono muy diferente al de sus rivales y, con un escenario muy cuidado que ofrece esa imagen presidencialista, ha tratado de lanzar un mensaje contrario al que dibujan los otros candidatos, esto es, el de un político tranquilo, sin sectarismos, que está dispuesto a hablar con todos para bajar la crispación. "Tenderé la mano a todos los partidos, singularmente al PP, Ciudadanos y Unidas Podemos", ha llegado a decir. Su intención, asegura, es gobernar en solitario con acuerdos con todos.

Sánchez evita estos días cualquier titular polémico, pero sí ha sido muy claro, mucho más que otras veces, para tratar de frenar las acusaciones de Pablo Iglesias, que sostiene que las cloacas del Estado que le espiaron en la etapa de Mariano Rajoy siguen funcionando. "La mal llamada policía patriótica se acabó el día que llegamos nosotros al Gobierno", ha dicho el presidente. Iglesias, que ha sido el principal aliado del Ejecutivo de Sánchez, se ha quejado de que algunos miembros de esa  policía patriótica siguen en sus puestos.

El presidente ha explicado la situación: "Es cierto, hubo policías corruptos que fueron utilizados para obstaculizar procesos judiciales y para espiar a adversarios. Yo me solidarizo con Pablo Iglesias. No se puede caer más bajo. Y le digo que van a pagar las consecuencias. No les podemos expulsar de la policía mientras no haya una sentencia firme, pero hemos apartado a todos. Vamos a llegar hasta el final", ha sentenciado después de escuchar unas palabras de Iglesias en las que sostenía que las cloacas seguían actuando con el PSOE.

Sánchez ha tenido palabras amables para Iglesias pero a la vez ha apelado indirectamente a sus votantes. "El único partido que puede frenar a la derecha es el PSOE. Creo que habría que concentrar ahí todos los votos", ha llegado a decir, para apelar al voto útil de la izquierda. En realidad, los socialistas prefieren que Podemos aguante en lo posible para evitar que algunos de sus escaños caigan en manos de Vox o Ciudadanos, con los que compite en muchas provincias poco pobladas donde la clave está en ver cuál de los tres ocupará el tercer puesto.

Siempre en tono presidencialista, alejado del de sus rivales, Sánchez se ha lanzado también contra los independentistas. El presidente trata de aprovechar lo que la mayor parte del mundo político ve como un error estratégico de los independentistas, esto es, la decisión de tumbar los Presupuestos. El PSOE confía en sacar un gran resultado en Cataluña, la segunda comunidad más poblada de España, que le empuje hacia La Moncloa. Sánchez asegura que con él al frente del Gobierno nunca habrá autodeterminación ni independencia. "Muchos dirigentes independentistas me han dicho que saben que la independencia es imposible", ha defendido el líder socialista.

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El presidente compara a los independentistas con los partidarios del Brexit. "Ambos han llevado a sus sociedades a un callejón sin salida. El referéndum del Brexit ha partido en dos a la sociedad británica. Por eso pido a los independentistas que den la cara y digan a la sociedad catalana que la independencia no es posible", ha insistido. Sin embargo, Sánchez se niega a cerrar la puerta de posibles indultos a los presos del procés, como le reclaman Ciudadanos y el PP. "No puedo decir que no a los indultos porque, al contrario que ellos [los líderes del PP y Ciudadanos] soy el presidente del Gobierno. Y tengo que respetar la independencia judicial. Primero llegará la sentencia y después decidirá el poder político. Ahora es el momento de los jueces", ha sentenciado.

Sánchez deja así todas las puertas abiertas y no renuncia a ningún apoyo para un futuro Gobierno. Y, sobre todo, mantiene la campaña que tiene diseñada. Aunque cada vez más dirigentes asumen que el riesgo de seguir este tono constructivo, centrado en la gestión del Gobierno y la posibilidad de ampliar las políticas sociales —ese fue el punto al que dedicó más tiempo en la entrevista, con el aumento del salario mínimo, la reforma laboral y la eutanasia como promesas centrales— no logre la masiva movilización de la izquierda que necesita para contrarrestar la ola que viene por la derecha con un voto a Vox que nadie se atreve del todo a pronosticar.

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