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Un imprevisto retrasa casi una hora la bajada de los Reyes del avión en Argentina

Felipe VI y Macri sellan en Buenos Aires la recuperación de las relaciones con España

Los Reyes de España caminan junto al ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge Faurie tras aterrizar este domingo en Buenos Aires (Argentina).Vídeo: MARISCAL (EFE) / EFE

El viaje de Estado de los Reyes a Argentina no ha tenido un buen comienzo. El aeroparque metropolitano Jorge Newbery, en Buenos Aires, donde aterrizó este domingo a las 21.00 hora local (cuatro más en España) no disponía de una escalera apropiada al tamaño del Airbus 310 de la Fuerza Aérea Española que ha transportado a los Reyes y su séquito desde España, debido a que se trata de un aeropuerto en el que operan aviones más pequeños. Y nadie lo previó. Como consecuencia, los Reyes no pudieron desembarcar hasta 50 minutos después de que su avión hubiese aterrizado, mientras a pie de pista la comitiva de recepción esperaba atónita.

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Tras tomar tierra, el avión oficial efectuó su aproximación a la zona en la que estaba formada la compañía de honores y esperaban los ministros de Exteriores de Argentina y España, Jorge Faurie y Josep Borrell, pero al comprobar que la talla de la escalerilla por la que debían bajar los Reyes era inapropiada para llegar hasta la puerta de la nave empezó a cundir la intranquilidad.

Los mohínes de sorpresa del comité de autoridades que esperaba a los Reyes dieron paso en instantes a una rápida sucesión de expresividad facial: incredulidad, perplejidad, tensión, angustia... pánico. Tras varios intentos que sacudieron en vertical todo el conducto reglamentario de la jerarquía, se barajó la posibilidad de que el avión oficial volviera a despegar y se dirigiera al aeropuerto internacional del Ezeiza, donde se dispone de escaleras mayores. Finalmente, se decidió que había que utilizar la escalera del avión del presidente argentino Mauricio Macri, que tiene el mismo aeropuerto como base. Pero entonces surgió otro problema. La escalera del avión de Macri estaba en un hangar al que se accedía por huella dactilar y los intentos de encontrar a la persona concreta que podía activarla resultaban infructuosos.

El relato de lo que sucedía estaba en la cara de los ministros. Con todos sus matices. Entretanto, las ventanillas del avión oficial estaban llenas de caras. Casi una hora después, cuando por fin el oficial había ordenado descansar a los soldados que esperaban formados para rendir los honores en medio de una situación que nadie parecía controlar, ha llegado la escalera del avión del presidente Macri y el pasaje ha podido desembarcar.

El ministro de Exteriores español, Josep Borrell, durante la espera en pie de pista a que se solucionara el problema.
El ministro de Exteriores español, Josep Borrell, durante la espera en pie de pista a que se solucionara el problema.Mariscal (EFE)
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Superado el imprevisto, los Reyes han sido recibidos con honores por los ministros Faurie y Borrell y los embajadores argentino y español, Ramón Puerta y Javier Sandomingo. Llegan con una apretada agenda oficial para los próximos días en la capital de Argentina y en la ciudad de Córdoba, donde inaugurarán el Congreso Internacional de la Lengua Española. La visita de Estado, que se inicia este lunes y termina el martes, tiene un marcado perfil político y económico e implica un nuevo respaldo de España a la apertura comercial emprendida por Argentina desde la llegada de Mauricio Macri a la presidencia del país en 2015, que representó la recuperación de la confianza entre ambos países y la apuesta por el multilateralismo.

Las relaciones entre España y Argentina sufrieron un socavón con el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y su nacionalismo económico. En ese contexto, en 2012 se produjo la expropiación de la compañía petrolera YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), participada por Repsol, y la denuncia del Convenio de Doble Imposición entre Argentina y España, entre otras medidas que afectaron a empresas españolas. Ese año España dejó de ser el primer país inversor en Argentina (desde entonces es el segundo, después de los Estados Unidos) y la desconfianza entre ambos países se disparó.

La inversión española experimentó una caída en el país como consecuencia de las malas relaciones, la inseguridad jurídica y la crisis económica. En 2006, las empresas españolas aportaban el 31% de la inversión extranjera en el país según datos de IED. En 2015, el último de los peronistas en la Casa Rosada, se situó en el 18%. A finales de ese año, la llegada de Macri a la presidencia de Argentina como cartel de la coalición Cambiemos, de carácter conservador, marcó un cambio de rumbo.

Dos años después de asumir la jefatura del Estado, en febrero de 2017, Macri hizo una visita de alto nivel a España con una comitiva de 200 empresarios y el restablecimiento de la correspondencia económica como objetivo. En la cena en su honor ofrecida por Felipe VI en el Palacio Real el 22 de febrero, el Rey hizo constantes apelaciones a la “cercanía emocional y los fuertes lazos” entre ambos países “por encima de las diferentes vicisitudes” atravesadas y celebró “la revitalización de nuestros contactos institucionales”. “Somos socios y amigos, compañeros y aliados”, destacó en su brindis, en “el multilateralismo y la apertura de nuestras sociedades y mercados”.

En abril de 2018, el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy realizó un viaje oficial a Argentina para intensificar el vínculo y allanar el terreno a las empresas españolas. Hacía más de 10 años que un presidente español no realizaba una visita oficial bilateral a Argentina. Fue con José Luis Rodríguez Zapatero y Néstor Kirchner de presidente saliente. Ahora el flujo institucional entre ambos países se ha reencauzado y la visita de Estado sellará la recuperación de las relaciones en el marco del multilateralismo. Sin embargo, Argentina atraviesa en este momento turbulencias que han hecho retroceder su economía en un 2,6% y han depreciado de forma ostensible el peso frente al dólar, teniendo que ser rescatada por el Fondo Monetario Internacional.

Los Reyes participan este lunes en una ofrenda ante el monumento al general San Martín y luego son recibidos en la Casa Rosada por el presidente Macri y la primera dama, Juliana Awada, en una ceremonia de bienvenida oficial. Tras las reuniones y un almuerzo privado en la Quinta de Olivos, la residencia oficial del presidente, el Rey mantendrá encuentros con los representantes del poder legislativo y judicial en el Senado y la Corte Suprema de la Nación Argentina. Por la noche, el presidente Macri y la primera dama ofrecen a los Reyes una cena de gala en el Centro Cultura Kirchner, a la que asisten unos 400 invitados y en la que están previstos discursos de ambos jefes de Estado. En la segunda jornada, el Rey y Macri participarán en un encuentro con empresarios argentinos y españoles.

Más de 300 empresas

En la actualidad hay más de 300 empresas españolas operando en Argentina (Telefónica, la que mayor presencia tiene), que dan trabajo a unas 96.000 personas. También hay casi medio millón de españoles que residen en el país austral y más de 60.000 argentinos viviendo en España. En 2018, España exportó bienes a Argentina por valor de 1.192 millones de euros, mientras que las importaciones de este país se situaron en 1.780 millones, con una balanza comercial deficitaria de 589 millones. Argentina es el trigésimo noveno cliente de España (libros, vehículos y accesorios) y su cuadragésimo proveedor (residuos de la industria agroalimentaria, crustáceos y cobre). Para Argentina, España es el noveno proveedor y su noveno cliente de Argentina, el segundo en la UE. El stock de inversión acumulada por España es de 5.824 millones de euros.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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