Trapero asegura que los Mossos prepararon la detención de Puigdemont y todo su Govern
El exjefe de la policía catalana intenta diluir el papel de este cuerpo en el 'procés'
Josep Lluís Trapero, quien fuera jefe de los Mossos d'Esquadra durante el procés, se enfrentó este jueves a un ensayo del juicio por rebelión al que él mismo se someterá en los próximos meses en la Audiencia Nacional. Y lo hizo con una defensa eficaz. Como prueba de su compromiso con el cumplimiento de la ley dejó dos mensajes: el primero, que advirtió a Carles Puigdemont de riesgo de incidentes el 1-O y le pidió que frenara la consulta; el segundo, que los Mossos prepararon un dispositivo para detener al expresident y sus consejeros el 27 de octubre de 2017, inmediatamente después de que el Parlament votara la declaración unilateral de independencia. Pero ningún juez ordenó la detención y Puigdemont se fugó a Bélgica dos días más tarde.
La declaración de Trapero se esperaba con expectación porque el exjefe de los Mossos se ha convertido en uno de los protagonistas del juicio del procés, pese a que él no se sienta en el banquillo del Supremo. Trapero está acusado de rebelión por la Audiencia Nacional y cuando se celebre su juicio, previsiblemente, el alto tribunal ya habrá dictado sentencia sobre la causa de los líderes independentistas.
Esa previsión es la que ha llevado a Trapero a aceptar declarar como testigo, pese a que se podía haber acogido a su derecho a no hacerlo. Tras más de cuatro horas de comparecencia, hay razones para pensar que la estrategia le salió bien. Si la sentencia del Supremo da por buenos los argumentos de Trapero y los usa como prueba para dictar su fallo, el exjefe de los Mossos tendrá ya en su juicio mucho ganado, quizá casi todo.
La declaración de Trapero tuvo dos momentos de esos que marcan una sesión y pueden marcar un juicio. Y ambos pivotan sobre la misma idea: que los Mossos como cuerpo policial y él personalmente como máximo responsable siempre se mantuvieron al lado de la ley. Un argumento con el que contrarrestaba las críticas vertidas en sesiones anteriores contra la policía catalana por los mandos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, que han sostenido que los Mossos nunca pretendieron cumplir la orden judicial de impedir la consulta independentista.
El primero de esos momentos clave de la declaración de Trapero llegó cuando Javier Melero, el abogado del exconsejero de Interior Joaquim Forn, le preguntó por la actuación de los Mossos el 27 de octubre, el día que se aprobó la declaración unilateral de independencia. Trapero le explicó que él y otros mandos estaban viendo por televisión lo que ocurría en el Parlament y, sobre las 13.00, antes de que se votara la declaración, el major llamó al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Jesús Barrientos, y al fiscal superior José María Romero de Tejada. “Le dije que los Mossos estaban a su disposición para las actuaciones que considerasen, incluida alguna que habíamos hablado dos días antes”. “¿De qué actuaciones se trataba?”, preguntó Melero. Trapero bebió agua y contestó: “La detención de Carles Puigdemont y los consellers”
Dispositivo previsto
De alguna declaración anterior de Trapero en la Audiencia Nacional había trascendido que el exjefe de los Mossos se había puesto a disposición del Tribunal Superior de Justicia para detener al Govern si así se ordenaba. Pero Trapero fue este jueves más allá y reveló que los Mossos lo tenían todo preparado para hacerlo desde el 25 de octubre. El major no dio detalles de ese plan, pero de su testimonio se deduce que los máximos representantes del Tribunal Superior y de la Fiscalía lo conocían.
El segundo mensaje clave llegó en el tiempo de descuento. La decisión de la Fiscalía de no citar como testigo a Trapero había dejado en manos de Vox la dirección del interrogatorio al exjefe de los Mossos. Pero la acusación popular se había dejado atrás temas importantes, como una reunión entre los mandos de la policía catalana y la cúpula del Govern el 28 de septiembre. El fiscal Javier Zaragoza quiso preguntar por ella, pero el tribunal se lo impidió, una decisión coherente con lo decidido por la sala en ocasiones similares pero que dejaba cojo el interrogatorio.
Consciente de ello, el presidente del tribunal, Manuel Marchena, usó por primera vez la potestad que le da la ley para preguntar a los testigos. Y preguntó por esa reunión del día 28 convocada a instancia de Trapero. “¿Qué mensaje quiso usted transmitir a los responsables políticos?”, preguntó Marchena. El exjefe de los Mossos relató el encuentro como si llevara cuatro horas esperando esa pregunta: “Le digo que [el 1-O] va a haber dos millones de personas en la calle y más de 12.000 policías y necesariamente iba a haber conflictos graves de orden público y de seguridad ciudadana” expuso el major, que añadió que los Mossos “emplazaron” al Govern a acatar las órdenes judiciales y le aseguraron que ellos las cumplirían. “Que no se equivocasen con nosotros”, asegura que les dijo. “Les dijimos que el cuerpo de Mossos no iba a quebrar la legalidad y la Constitución. Que no acompañábamos su proyecto independentista”. “Creo que no me dejo nada”, culminó.
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