El objetivo de Borrell: la vicepresidencia de la Comisión Europea
España, que 'boxea' en Bruselas muy por debajo de su peso, aspira a recuperar cargos relevantes en las instituciones comunitarias
Las elecciones al Parlamento Europeo del mes de mayo desencadenarán una carrera entre países por hacerse con la cúpula de las instituciones en Bruselas. Y España ya ha iniciado las maniobras para recuperar parte del poder perdido en los últimos años, sobre todo a raíz de la crisis financiera. El objetivo del Gobierno de Pedro Sánchez apunta a una vicepresidencia de la Comisión Europea, según las fuentes consultadas, siempre que Sánchez siga al frente del Ejecutivo cuando haya que nominar al candidato. Y el actual ministro de Exteriores, Josep Borrell, figura en la catapulta de Moncloa.
Las fuentes consultadas en Bruselas aseguran que la candidatura de Borrell para un alto cargo en la jefatura de la Comisión Europea ya está en marcha. El propio ministro ha intensificado en los últimos días sus contactos en la capital comunitaria. El pasado lunes, Borrell se reunió con una amplia representación de los funcionarios españoles en los organismos comunitarios, con presencia de las escalas más altas, como directores generales y subdirectores generales. La intervención del ministro, según algunos asistentes, se centró en la necesidad de reforzar el peso de España en las instituciones comunitarias. Y algunos salieron convencidos de que Borrell será el próximo representante en la Comisión.
El perfil más reciente de Borrell alentaba la posibilidad de que aspirase a la jefatura de la diplomacia comunitaria. Ese puesto lo ocupa ahora la socialista italiana Federica Mogherini, Alta Representante de Política Exterior de la UE. Sin embargo, fuentes diplomáticas indican que el ministro español se perfila más bien para una vicepresidencia más política o económica y, a ser posible, con poderes ejecutivos reales. La vicepresidencia diplomática se concentra en una labor de coordinación de los ministros de Exteriores de la UE, pero su capacidad operativa real es bastante limitada dado que la política exterior sigue siendo una competencia eminentemente nacional.
El objetivo de España, en todo caso, no es que Borrell sea simplemente comisario. El Gobierno confía en colocar al representante español en la cúpula del organismo comunitario, cuya estructura se prevé que sufra algunos cambios. Fuentes diplomáticas señalan que las elecciones de mayo apuntan a la necesidad de un tripartito (populares, socialistas y liberales) para elegir al próximo presidente de la Comisión Europea. Esas mismas fuentes apuntan a un posible triunvirato de un presidente y dos vicepresidentes, que permitiría satisfacer a los tres miembros de la previsible alianza parlamentaria.
España, según esas fuentes, parte de una posición privilegiada para obtener un dividendo muy positivo en esa estructura de poder. Por un lado, la primera proyección de voto del Parlamento Europeo, publicada la semana pasada, concluye que los eurodiputados españoles ocuparán una posición preeminente en los tres grupos principales. El PSOE, según esa proyección, sería la primera delegación del grupo socialista, por delante incluso de la alemana. El PP sería la tercera delegación en su grupo, solo por detrás de Alemania y Polonia. Y Ciudadanos, la primera en el grupo liberal, a falta de que el movimiento de Macron confirme su adhesión (que asumiría el liderazgo).
El importante peso proporcional en el Parlamento puede facilitar que España opte a altos cargos y que mitigue la infrarrepresentación sufrida en los últimos años. La recuperación comenzó con el nombramiento de Luis de Guindos como vicepresidente del BCE. Y ha seguido la semana pasada con la designación de José Manuel Campa como futuro presidente de la Autoridad Bancaria Europea y de Joaquín Almunia como responsable del Mecanismo Europeo de Estabilidad para evaluar el rescate de Grecia.
La operación vicepresidencia sigue en marcha a pesar del adelanto de las elecciones generales al 28 de abril, que ha abierto una interrogante sobre quien ocupará la presidencia del Gobierno cuando llegue el momento de designar al futuro miembro español de la Comisión Europea. A favor de Borrell juegan unos sondeos que apuntan a la victoria del PSOE en los próximos comicios. Las dificultades para formar Gobierno de una coalición de derechas, también aumenta la posibilidad de que Sánchez sea el encargado elegir comisario, bien como presidente en funciones o como presidente de pleno derecho.
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