Alarma en el PP ante el riesgo de perder un Senado clave para el 155
El sistema electoral mayoritario en la Cámara alta castiga la división del voto de la derecha
La división del voto de la derecha en tres partidos (PP, Ciudadanos y Vox) ha sembrado la alarma en las filas populares ante la posibilidad de perder la mayoría en el Senado, clave para aplicar el artículo 155 de la Constitución, su principal promesa electoral. El sistema electoral mayoritario de la Cámara alta, que benefició al PP en las últimas elecciones, podría perjudicarle ahora. Ciudadanos y Vox han rechazado presentar listas conjuntas, pero no se descartan otras fórmulas.
En las elecciones generales de junio de 2016, la suma del PSOE y En Marea obtuvo 30.000 votos más que el PP en A Coruña. La Ley Electoral —que aplica el sistema d'Hondt— atribuyó cuatro diputados a los populares y otros tantos a socialistas e izquierdistas. En el Senado, sin embargo, el PP se llevó tres de los cuatro escaños en juego.
En Asturias, el PSOE y Podemos sumaron el 48,5% de los votos, frente al 35,2% del PP y, en consecuencia, la izquierda tuvo cuatro diputados, por tres de la derecha, pero de nuevo el PP se quedó con el 75% de los senadores.
Si el sistema electoral tiende a la proporcionalidad en el Congreso, salvo en las provincias menos pobladas, en el Senado es abrumadoramente mayoritario. En la mayoría de las circunscripciones (todas, salvo las insulares, Ceuta y Melilla) se elige a cuatro senadores, pero cada elector solo puede votar a tres candidatos. Los cuatro con más sufragios obtienen escaño.
Aunque las listas son abiertas y desbloqueadas, y el votante puede elegir aspirantes de distintas candidaturas, en la práctica se marcan los tres de la misma lista. El resultado es que la fuerza ganadora se lleva tres senadores y la segunda, uno. Las demás se quedan sin ninguno.
En las generales de 2016, el PP obtuvo el 33% de los votos, pero logró 130 de los 208 senadores en liza, nada menos que el 62,5%. Ciudadanos, con el 13% de los sufragios, no tuvo ni un solo senador de elección directa. La situación puede darse la vuelta en las elecciones del 29 de abril. La media de encuestas publicadas sitúa al PSOE como primera fuerza (24%), seguido del PP (21%), Ciudadanos (18%), Unidos Podemos (15%) y, a cierta distancia, Vox (11%).
Faltan más de dos meses hasta las elecciones y no se sabe cómo será el reparto por provincias, que es lo decisivo, pero ya se han alzado voces en la derecha alarmadas ante la posibilidad de que el PSOE se haga con la mayoría en el Senado, aunque el pacto a la andaluza (PP, Cs y Vox) la tenga en el Congreso.
A la espera de las elecciones del 26 de mayo
La composición definitiva del Senado deberá esperar a que el 26 de mayo se celebren elecciones autonómicas en 13 comunidades y sus Parlamentos designen a sus representantes. Ahora son 58, pero su número para la próxima legislatura lo fijará la Diputación Permanente de la Cámara Alta atendiendo a los datos de población: un senador por comunidad más otro por cada millón de habitantes. La comunidad autónoma con más senadores es Andalucía, que ya ha distribuido sus nueve representantes según los resultados electorales del pasado 2 de diciembre: tres del PP, tres del PSOE, dos de Ciudadanos y uno (su primer parlamentario nacional) de Vox. Le siguen en número de senadores Cataluña (ocho), Madrid (siete) y Valencia (seis).
El PP ha demostrado que un Senado en manos de la oposición puede complicarle la vida al Gobierno pero, sobre todo, la Cámara alta tiene la llave para aplicar el artículo 155 de la Constitución. Puede darse la paradoja de que un Gobierno de Casado o de Rivera no pueda aplicar su principal promesa electoral (un artículo 155 “indefinido y con toda la extensión precisa” en Cataluña) por no controlar el Senado. “La voluntad del PP es mantener la mayoría en el Senado con sus propias siglas, pero está dispuesto a liderar fórmulas que garanticen que haya una mayoría constitucionalista que apoye el 155”, señala Ignacio Cosidó, portavoz del Grupo Popular en el Senado.
El PP nunca ha propuesto listas conjuntas a la Cámara alta, pero Ciudadanos ya las ha rechazado. “No nos planteamos ese tipo de acuerdo”, ha declarado su secretario general, José Manuel Villegas. Aunque reconoce su coincidencia frente al independentismo, Villegas alega que a Ciudadanos le “separan muchas cosas del PP” y que una coalición preelectoral podría “confundir a los españoles”.
De su lado, el comité ejecutivo nacional de Vox ya ha decidido presentar candidaturas “en ambas Cámaras y en todas las circunscripciones”. Fuentes del partido de Santiago Abascal aseguran que la única coalición que contempla Vox es la que mantiene con Actúa en Baleares.
Descartada la coalición electoral, la única fórmula que queda es que los partidos de la derecha no presenten tres candidatos por circunscripción a las elecciones al Senado, sino solo uno o dos, dando instrucciones al elector para que complete su papeleta con el nombre del aspirante de otro partido. Sería una suerte de coalición implícita que permitiría a cada uno presentarse con sus siglas. Pero quizá demasiado complicada y vergonzante para que el elector la entienda. Hasta ahora, nadie la confirma ni desmiente.
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