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La apuesta tecnológica del narco: drones, radares e inhibidores para alijar hachís

La policía detiene a 12 traficantes en La Línea que habían introducido seis toneladas de droga y ganado cinco millones de euros en dos meses

Jesús A. Cañas
Parte del alijo incautado a los narcotraficantes de la Línea de la Concepción (Cádiz).
Parte del alijo incautado a los narcotraficantes de la Línea de la Concepción (Cádiz).

Hace tiempo que el narco en Cádiz funciona como una empresa: con cadena de mando, reparto de beneficios y hasta subcontratas. Era cuestión de tiempo que esta sofisticada organización recurriera a tecnologías avanzadas, como en efecto hizo una de las bandas criminales que operaba en la zona: tenía un dron de última generación, un radar, un inhibidor de frecuencias y diversos equipos de transmisión para asegurarse el éxito de sus alijos de hachís en el estrecho de Gibraltar. Los responsables de tan amplio despliegue son 12 presuntos narcos que, antes de ser detenidos por la policía, consiguieron alijar seis toneladas de droga y ganar cinco millones de euros en apenas dos meses.

Los apresados son diez hombres y dos mujeres de La Línea de la Concepción, que también empleaban las costas de Almería para sus desembarcos. Están acusados de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y otros delitos relacionados con el narcotráfico, como el blanqueo de capitales. Por todo ello, el Juzgado de Instrucción número 4 de la localidad gaditana ha decretado este lunes prisión provisional para ocho de los presuntos responsables de esta banda. Así termina la aventura tecnológica de estos narcos, “altamente cualificados en el uso de vehículos aéreos no tripulados que eran empleados para el desembarco de hachís”, según ha explicado la policía en un comunicado emitido este lunes.

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Lo cierto es que la inversión de la banda en medidas de contraespionaje dificultó la tarea de los agentes de la Udyco (Unidad de Drogas y Crimen Organizado) de la comisaría de La Línea. La investigación arrancó en abril del año pasado cuando, en el transcurso de una vigilancia, policías de este grupo detectaron dos vehículos cargados con garrafas de gasolina para el repostaje de narcolanchas. “El seguimiento de los investigados se tornaba complicado y con muchas dificultades, debido a los numerosos medios técnicos” que empleaban los delincuentes, ha reconocido la policía.

Los agentes descubrieron a los principales capos de la banda en un viaje de los narcos a Marruecos para la compra de hachís. Poco a poco fueron completando el organigrama de la narcoempresa: experimentados pilotos para manejar las lanchas y responsables del transporte y custodia del hachís desembarcado en las costas españolas. En definitiva, una estructura de trabajo “perfectamente jerarquizada” en la que sus miembros “tenían vocación de estabilidad o permanencia en el tiempo”, según la policía.

En las bandas del hachís del Campo de Gibraltar los puntos o aguaores ocupan el escalafón más bajo. Apostados en la costa, pasan el rato vigilando el entorno para dar el agua (avisar) a sus jefes si se acerca la policía. Pero en esta organización desmantelada, la tecnología usurpó buena parte de las funciones de estos peones. Dos de los detenidos tenían formación “altamente especializada en el manejo de los drones de última generación”. Eso, sumado al empleo de un radar y un inhibidor de frecuencias, permitió a la banda controlar la presencia policial en un amplio radio de la zona en la que descargaban la droga.

Además de estas medidas de seguridad, tomaron otras precauciones, según la policía. Conscientes del refuerzo de efectivos e investigaciones en el Campo de Gibraltar y su consiguiente cerco al narco, la banda trasladó su actividad de tráfico ilegal de droga con Marruecos a las costas de Almería. Y esta suma de medios y cautela les hizo desarrollar una actividad “incesante”. La policía cree que solo en los meses de noviembre y diciembre consiguieron introducir seis toneladas de hachís y ganar unos cinco millones de euros.

Con todo, la policía consiguió interceptar un alijo de hachís en las costas de Almería. De aquel primer golpe, los agentes recuperaron 600 kilos de hachís y una lancha semirrígida con tres potentes motores fueraborda. Luego llegaron cuatro registros más, ya en domicilios de La Línea, en los que se incautó gran cantidad de bienes. En dichas propiedades apareció el dron, el radar, un maletín con un inhibidor de frecuencias y numerosos equipos de transmisión. Ocho vehículos de alta gama, dos motos de agua, mucho dinero en efectivo y numerosos teléfonos móviles de última generación completaron el hallazgo de los agentes.

Todos los detenidos son de nacionalidad española. Se les considera responsables del transporte de seis toneladas de hachís en dos meses. Sin embargo, los agentes tienen claro que han cometido otros delitos conexos, como los de robo de vehículo de motor, falsedad documental y blanqueo de capitales. Los miembros de la narcoempresa poseían lujosos bienes inmuebles y vehículos todoterreno de alta gama que habían sido sustraídos y que tenían placas falsificadas. Ahora, todos estos bienes y la tecnología para el crimen han sido incautados.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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