Las batallas sacuden el partido de Iglesias
Podemos afronta dudas sobre sus candidaturas en varios territorios a cuatro meses de las elecciones
A cuatro meses de las elecciones municipales y autonómicas, Podemos no solo tiene un problema en Madrid con la decisión de Íñigo Errejón de concurrir a los comicios en alianza con Manuela Carmena. En el resto de comunidades donde por primera vez pretende presentarse en solitario o en coalición con IU y el resto de sus confluencias enfrenta otros conflictos. En Marea, su marca en Galicia, está en descomposición. En Cantabria, una gestora está al frente del partido. En Barcelona, su otra plaza importante con Madrid, están a la espera de unas primarias que confirmen que revalidarán el Ayuntamiento de la mano de Ada Colau.
Galicia. En Galicia, el errejonismo pasa desapercibido en el complejo partido En Marea —creado en 2016 para competir en las autonómicas, en las que se convirtió en segunda fuerza en el Parlamento gallego—. Allí, se libra otra batalla: la que lidera Podemos contra el sector oficial, de corte nacionalista, representado por el portavoz parlamentario y candidato a la presidencia de la Xunta, el juez en excedencia Luís Villares. El accidentado proceso de primarias celebrado el pasado diciembre para elegir a la nueva dirección, que ganó el exjuez contra pronóstico en medio de un cruce de denuncias de pucherazo y demandas judiciales, ha acabado poniendo en jaque la pervivencia de la confluencia de izquierdas.
Amparados en una auditoría que cuestiona la limpieza de las elecciones en las que Villares se alzó con la victoria pese a que no era apoyado por los más importantes cargos públicos y por las direcciones de los partidos, Podemos ha propuesto a todas las formaciones que respaldaron a la candidatura alternativa (las mareas municipales, Anova, Podemos y Esquerda Unida) una nueva confluencia al margen de los nacionalistas del sector oficial.
Con las municipales acechando, las mareas municipales que gobiernan en Santiago, A Coruña y Ferrol han optado por hibernar y evitar responder al planteamiento de los de Iglesias que en Galicia encabeza el diputado coruñés Antón Gómez-Reino.
Cantabria. Podemos obtuvo tres diputados en las últimas elecciones autonómicas que fueron claves en la investidura de Miguel Ángel Revilla (Partido Regionalista de Cantabria) como presidente. Cuatro años después, han pasado de ser llave de Gobierno a la disolución del grupo parlamentario. Las acusaciones de acoso laboral de la diputada Verónica Ordóñez a su compañero José Ramón Blanco y la inacción de la ejecutiva regional provocó la intervención de la dirección estatal y la creación de una gestora para “redirigir” el partido.
La gestora explica que tanto Blanco como el tercer diputado de Podemos en la región, Alberto Bolado, ya no representan a la formación en el Parlamento regional. Pero la negativa de ambos a renunciar ha abocado a los tres parlamentarios al grupo mixto, entre acusaciones de transfuguismo y unas primarias suspendidas por un juez a petición de la exlíder en la región, Rosana Alonso, a la que se prohibió concurrir por su apoyo a Blanco.
A cuatro meses de las elecciones, la gestora no sabe aún si se podrán celebrar primarias para la candidatura autonómica o si cuajará la coalición prevista con IU y Equo.
Barcelona. Podem, la marca de Podemos en Cataluña, está bajo la sombra orgánica de los comunes, la coalición y grupo parlamentario que comparte con la formación de Ada Colau. En menos de cuatro años de historia, Podem ha tenido cuatro secretarios generales. La actual, Noelia Bail, ganó las primarias en septiembre pasado al candidato oficialista por solo 19 votos. La secretaria general, que no tiene ningún cargo público y poca visibilidad pública, reemplazó a Xavier Domènech, muy cercano a Pablo Iglesias y que dejó todos sus cargos orgánicos e institucionales. Bail era la número dos de Albano Dante Fachín, el predecesor de Domènech y que fue expulsado del partido por Iglesias por mostrarse favorable a una lista única electoral con las fuerzas independentistas.
Valencia. Podem no es, al menos en el territorio valenciano, una formación dividida entre pablistas y errejonistas, sino “un poco de todo mezclado”, describe uno de sus dirigentes. Si Vistalegre II, donde Pablo Iglesias se impuso a Íñigo Errejón, tensionó las bases de la formación en Valencia, donde los que compartían proyecto político con Errejón superaban a los de Iglesias, poco a poco el errejonismo se ha ido diluyendo y de las últimas primarias ha salido elegido como cabeza de lista a la presidencia de la Generalitat el independiente Rubén Martínez Dalmau, apoyado por valedores de Iglesias, Errejón e independientes, entre otras corrientes.
El tira y afloja en las filas de Podem se libra ahora en torno a las negociaciones con Esquerra Unida (EU) para confeccionar una candidatura conjunta a las elecciones autonómicas de mayo que, por el momento, descarrila por la escasa presencia en los puestos de salida de representantes de EU. Las encuestas demoscópicas, que apuntan a un posible retroceso electoral, tampoco aconsejan una “guerra entre familias” a pocos meses de elecciones.
Andalucía. Adelante Andalucía, la confluencia entre Podemos e IU en la comunidad, no desea que se busquen paralelismos entre su integración y el caso de Errejón, que nunca ha escondido su rechazo a esta alianza. “Adelante Andalucía es fruto de un acuerdo basado en la lealtad entre dos organizaciones políticas. En Madrid están presentes cuestiones personales”, sostienen fuentes de la coalición.
La dirigente de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, ganó autonomía tras vencer las primarias de su partido e imponer su voluntad a la dirección nacional. La integración en la región es más equilibrada en el reparto de fuerzas y distribución de funciones. Pese a ello, en las elecciones autonómicas del 2 de diciembre, Adelante Andalucía sumó menos escaños (17) que los que Podemos e IU consiguieron por separado hace tres años y medio (20).
Información elaborada por Cristina Huete (Galicia), Nicolás Pan-Montojo (Cantabria), Camilo S. Baquero (Barcelona), Cristina Vázquez (Valencia), Eva Sáiz (Andalucía) y Ana Marcos.
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