El Gobierno autoriza al ‘Open Arms’ a entrar en aguas españolas con más de 300 migrantes rescatados
La organización aguarda a que el Gobierno le asigne puerto para el desembarco, tras una nueva negativa de los países más cercanos a recibirlos
El buque español de rescate Open Arms ha puesto este sábado, con autorización del Gobierno, rumbo a aguas españolas tras rescatar este viernes a 313 migrantes frente a la costa libia. El barco aguarda a que el Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Madrid le asigne un puerto donde desembarcar. Su llegada está prevista en unos cinco días, siempre dependiendo de las condiciones meteorológicas. Fuentes gubernamentales afirman que las personas rescatadas serán desembarcadas en Algeciras.
El Ejecutivo ha permitido la entrada en aguas españolas pocas horas después de que un helicóptero de Malta evacuase a una mujer y a su bebé recién nacido que estaban entre los rescatados y cuyo estado de salud preocupaba a la tripulación del buque. A pesar de la asistencia, Malta se ha negado esta mañana a ofrecer provisiones y ha rechazado abrir su puerto para recibir a los 311 que quedan a bordo. Según un comunicado de la Secretaría de Estado de Comunicación, Libia, Italia, Francia y Túnez no han respondido a las peticiones para desembarcar a los migrantes rescatados. "Mi respuesta es clara: ¡Los puertos italianos están cerrados! Para los traficantes de seres humanos y para los que los ayudan, la fiesta ha terminado", ha afirmado en redes sociales el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, líder de la Liga, formación política de extrema derecha.
La tripulación del Open Arms, más allá del gesto del Ejecutivo español, espera que en las próximas horas alguno de los países a los que ha solicitado autorización para desembarcar -entre ellos Francia y Grecia- respondan positivamente y les abran sus puertos para evitar una travesía mucho más larga. "España es una opción pero supone entre cuatro o cinco días de viaje. Cada día que estamos en en la mar es un riesgo para las personas que llevamos a bordo", ha dicho Gerard Canals, jefe de misión del Open Arms.
El velero Astral, de la misma ONG que el Open Arms y que suele acompañarlo en misiones de observación, ha salido este sábado de Badalona para llevar suministros hasta el buque, que apenas tiene comida para tres días más. Juntos volverán a España."El estado de las personas es razonablemente bueno, pero hace mucho frío, están todos en cubierta y hay muchos niños. Mientras el clima y el mar estén calmados todo estará más o menos bajo control, pero ante una situación de mar complicada todo es más difícil", han explicado desde la organización.
Tras el desembarco del Aquarius en junio, esta es la cuarta vez que el Open Arms atracará, previsiblemente, en un puerto español con migrantes a bordo. Los rescates en el Mediterráneo central por parte de buques de ONG continúan poniendo de manifiesto la falta de un acuerdo entre los socios europeos que establezca un protocolo de acogida para todos los casos, una vez que Malta e Italia mantienen su política de puertos cerrados. Sin acuerdo, cada operación de salvamento supone un pulso entre Gobiernos para establecer quién abre su puerto y quiénes se responsabilizan por la acogida de los rescatados.
La respuesta del Gobierno contrasta con la crisis del pesquero Nuestra Madre Loreto, con base en el puerto de Santa Pola (Alicante), que estuvo 10 días en alta mar a la espera de una solución tras rescatar a 12 migrantes, también frente a las costas de Libia. El Ejecutivo de Pedro Sánchez mantuvo durante días que el destino deseable del barco era un puerto libio, por ser el más próximo. Libia es considerado por la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidad (Acnur) y otras organizaciones como Amnistía Internacional un puerto no seguro para el desembarco de migrantes. Finalmente Malta aceptó recogerlos en alta mar, bajo la condición de que fuesen trasladados a España cuanto antes.
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