Manuel Marchena presidirá un Poder Judicial con mayoría progresista
A cambio de ceder la presidencia a un conservador, el PSOE y sus socios tendrán 11 vocales, y los populares, solo nueve
El Gobierno y el PP han pactado definitivamente la renovación del Poder Judicial con una novedad muy relevante. El presidente del Consejo General del Poder Judicial, y por tanto también presidente del Tribunal Supremo, será, si sale adelante este pacto, Manuel Marchena, actual máximo responsable de la Sala de lo Penal, que dejará esta responsabilidad y no dirigirá el juicio a los líderes del procés. A cambio de ceder la presidencia a una persona de línea conservadora, el PSOE se ha garantizado una mayoría progresista dentro del poder judicial, según confirman fuentes del Gobierno y del PP. Los socialistas y sus socios de Podemos tendrán 11 vocales. Los populares, solo nueve.
Las negociaciones han sido complejas precisamente porque el nombre de Marchena, una persona con fuerte liderazgo dentro del Tribunal Supremo pero también con una clara impronta conservadora, no será fácilmente aceptado en sectores progresistas del mundo judicial próximos al PSOE. Tampoco Podemos, socio principal de los socialistas, lo ve con buenos ojos. Podemos también quiere tener influencia en el Consejo General del Poder Judicial, y reclama consensuar con el PSOE al menos cuatro vocales. Ahora, al tener 11 para acordar entre los dos, será más sencillo. Ciudadanos ha decidido quedarse fuera del pacto porque no acepta el sistema de reparto entre partidos y por tanto los populares tienen sus 9 para ellos, además del presidente.
El líder del PP, Pablo Casado, se ha felicitado por el acuerdo y sobre todo por los nombres que forman parte del pacto. "La independencia y prestigio de los profesionales propuestos es evidente como es el caso del propio Marchena que es una los juristas más importantes que ha tenido nuestro país", ha asegurado, informa Natalia Junquera. Por su parte, los socialistas se han felicitado porque la mayoría del futuro CGPJ sea progresista. EL PSOE justifica el acuerdo con el PP en que con la renovación se “pretende la salida al bloqueo de la justicia” así como “recuperar la normalidad institucional”, informa Jose Marcos.
La elección de Marchena no está exenta de polémica. Corre el riego de ser vista como un mensaje negativo por los independentistas catalanes, que lo consideran el ideólogo del juicio del procés y de las medidas más duras contra los líderes del movimiento que derivó en la declaración de independencia en 2017 y que ha provocado que Oriol Junqueras, líder de ERC, y otros dirigentes clave estén en prisión preventiva desde hace más de un año por presuntos delitos de rebelión. Junqueras y otros 17 dirigentes independentistas se enfrentan a una petición de la fiscalía de hasta 25 años de cárcel.
Sin embargo, este pacto tiene consecuencias importantes sobre el juicio del procés que no tienen por qué ser negativas para los dirigentes independentistas. Marchena ya no presidirá el juicio ni será ponente. Habrá que elegir un nuevo presidente y un nuevo ponente. La opción más probable, según las fuentes consultadas, es que el presidente del juicio sea el miembro más antiguo del tribunal del procés, Andrés Martínez Arrieta, de 63 años y con 20 de experiencia en el Supremo. La redacción de la sentencia podría asumirla él o que recayera en otro magistrado.
El tribunal que juzgue a los independentistas iba a estar formado, además de por Marchena y Martínez Arrieta, por Juan Ramón Berdugo, Antonio del Moral, Andrés Palomo, Luciano Varela y Ana Ferrer. La plaza que previsiblemente deje vacía Marchena la ocupará ahora la magistrada Susana Polo, considerada progresista y que se incorporó a la Sala de lo Penal en julio pasado. Con este cambio, el sector progresista gana peso en el tribunal el procés, una circunstancia que puede haber pesado, según las fuentes consultadas, para que el PSOE acepte el nombre de Marchena para presidir el CGPJ.
Marchena no dirigirá la sala , pero sí presidirá el alto tribunal, un cargo que corresponde siempre al presidente del Poder Judicial. Desde allí, y dado su liderazgo en este tribunal, tendrá también una influencia importante en el juicio clave.
El consejo está compuesto por 20 vocales elegidos por el Congreso y el Senado —8 juristas propuestos por Congreso y Senado, que se presentan este lunes, y 12 propuestos por las asociaciones judiciales pero que también se votan en las Cortes, con lo que al final todo deriva de un pacto político de reparto— que después eligen pero no entre ellos al presidente, que desempata al ser el número 21 y tener voto de calidad. Por tanto Marchena tendrá que ser elegido por esos 20 vocales lo que provoca que los progresistas deberán respaldar al candidato conservador.
En esa nueva mayoría ha estado la clave en las negociaciones durante el fin de semana entre la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y su antecesor del PP, Rafael Catalá. Los populares querían tener 10 vocales y la presidencia de Marchena, y así se garantizaban seguir teniendo el control del CGPJ como hasta ahora. Los socialistas aceptaron al magistrado del Supremo como presidente, y no a una mujer progresista como ellos querían, a cambio de que el PP renunciara a esa mayoría que ha tenido durante los últimos años.
El nombre de Marchena ya fue en 2013, en la anterior renovación del CGPJ, el primer candidato del PP, que entonces tenía mayoría absoluta en el Congreso. Pero el PSOE vetó este nombre durante las negociaciones y los populares presentaron entonces el de Lesmes, que sí obtuvo el visto bueno de los socialistas.
Tanto el PSOE como el PP querían tener ahora la renovación del Poder Judicial lista antes de que empezara el juicio del procés para dar un nuevo impulso a la justicia y en especial al Supremo, cuya imagen ha quedado muy tocada esta semana con la sentencia de las hipotecas. Carlos Lesmes, actual presidente del Poder Judicial, también quedó muy tocado y el PP quería sustituirlo cuanto antes.
El CGPJ es fundamental para el mundo de la justicia porque allí se deciden los nombramientos clave en el Supremo y en los puestos más importantes de los tribunales. Fuentes del PSOE trasladan que ahora, con un presidente de una línea y una mayoría de otra por primera vez en la historia, será imprescindible apostar por el consenso, aunque esa intención inicial habrá que comprobarla con las primeras decisiones.
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