Interior ultima un protocolo preventivo ante la elevada tasa de suicidios de policías
Los sindicatos critican el borrador del primer protocolo que la Dirección General de la Policía elabora para prevenir las autolesiones de los agentes
En 2017, se suicidaron 13 policías nacionales. Desde 2013 y hasta el año pasado se han quitado la vida 53 agentes. El suicidio es la principal causa de muerte de policías, muy por encima de los fallecimientos en acto de servicio y dobla la tasa de la población española —por encima del 16%, frente al 8,7% por 100.000 habitantes en 2016—. Con estas cifras, la Dirección General de la Policía ultima su primer “protocolo de prevención de la conducta suicida” cuyo borrador, al que ha tenido acceso EL PAÍS, ha despertado las críticas de los sindicatos policiales.
Las tasas de suicidios entre los agentes de la policía doblan las de la media nacional. Ante estos datos la Dirección General de la Policía ultima su primer “protocolo de prevención de la conducta suicida” que incluye la propuesta de incorporar a la web interna un cuestionario para que sean los propios agentes los que evalúen sus tendencias autolesivas respondiendo a un cuestionario.
El documento —de 40 páginas y fechado el 3 de octubre— propone usar de forma “autoaplicativa” el test de Plutchik, un cuestionario de 15 preguntas para ser contestadas con un sí o un no en un minuto en el que se les planteará si alguna vez se han sentido tan enfadados que habrían sido capaces de matar a alguien, si ven su futuro sin esperanza, si concilian bien el sueño o si han intentado suicidarse. En caso de seis o más respuestas afirmativas, los expertos consideran que existe un peligro real de suicidio.
La inicitiva ha provocado quejas entre los representantes de los agentes que denuncian tanto la tardanza en iniciar su elaboración —la Guardia Civil cuenta con uno desde 2002 que se renueva periódicamente, la última vez el pasado julio— como la idea de que sean los propios agentes los que autoevalúen sus tendencias autolesivas.
Más muertes que en acto de servicio
53 muertes frente a 13. La cifra de suicidios de policías es cuatro veces mayor que la de muertes en acto de servicio. Entre 2013 y 2017 hubo 53 suicidios, frente a 13 fallecimientos en el ejercicio de sus funciones policiales.
El 87% con arma de fuego. De los que consiguieron consumar el suicidio, 46 utilizaron armas de fuego. Otros cinco se ahorcaron, uno ingirió fármacos y otro se lanzó al vacío.
En la Guardia Civil. La Guardia Civil, con más agentes que la Policía Nacional (78.000 frente a 65.000), contabiliza 57 suicidios en cinco años. El mayor número, en 2017: 16 muertes.
El protocolo hace especial hincapié en buscar la colaboración tanto de la familia y el entorno del agente como de sus propios compañeros y jefes, tanto para detectar las conductas peligrosas como para hacer un seguimiento de los casos. Si el suicidio se ha consumado, el protocolo propone apoyo psicológico a la familia si esta lo solicita, recopilar la información de las circunstancias en las que se produjo el suceso y, si este tuvo lugar en dependencias policiales, atender a los que trabajen en ella mediante lo que denomina “grupo de afrontamiento”. Para todo ello, la Dirección General de la Policía quiere crear un equipo central de ocho “especialistas psicólogos” con el apoyo de las denominadas Unidades de Base, un órgano para la prevención de riesgos laborales.
El protocolo incluye también medidas preventivas como destinar a los agentes con tendencias autolesivas a puestos en los que “puedan desarrollar la actividad sin necesidad de portar el arma reglamentaria” y llega a plantear la retirada de la misma, aunque sin concretar en qué circunstancias. Esta falta de detalle es criticada por las fuentes sindicales consultadas, que ponen como ejemplo el protocolo en vigor en la Guardia Civil, que en su última versión detalla una larga batería de medidas en este sentido. Así, además de retirar el arma reglamentaria y cualquier otra particular que tuviera, el instituto armado contempla limitar a los agentes la posibilidad de conducir vehículos, pilotar aeronaves o manejar embarcaciones oficiales e, incluso, limitar su acceso a las bases de datos y retirarles la tarjeta identificativa. Un portavoz oficial ha declinado comentar estos puntos al considerar que aún esta abierto a modificaciones: “No hablamos de borradores”.
El documento recoge otras medidas para detectar el riesgo de conducta suicida. Así, propone aprovechar los reconocimientos médicos periódicos para detectar indicios de tendencias autolesivas. También, la creación de un teléfono solo para policías atendido por expertos que ofrecerá asistencia psicológica de manera confidencial y que estará operativo dura24 horas al día. Esta medida se complementará con oficinas donde los agentes podrán acudir y un formulario para solicitar ayuda por Internet.
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