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El etarra Karlos Apeztegia, a prisión por una carta de hace 16 años

El juez De Egea envía a la cárcel al terrorista, que sugirió atentar contra funcionarios de prisiones en 2002

Fernando J. Pérez
Sede de Etxerat en Hernani, donde fue detenido Karlos Apeztegia el martes.
Sede de Etxerat en Hernani, donde fue detenido Karlos Apeztegia el martes.Juan Herrero (EFE)

“Hay que enviar un mensaje claro a los carceleros (…) Cada vez que peguéis una paliza a uno de nuestros compañeros, pegaremos contra vosotros. Son del sindicato de carceleros fascistas ACAIP y probablemente sería un mensaje claro poner un coche bomba en la sede de dicho sindicato en Madrid (…) Una acción de ese tipo tendría un eco considerable y sería ideal para meter el miedo en el cuerpo a los carceleros”. Así se manifestaba, en julio del año 2002, desde la cárcel de Málaga, el etarra Karlos Apeztegia Jaka, detenido el pasado martes en Hernani (Gipuzkoa) y en libertad desde mayo de 2013. La carta, redactada en euskera, fue incautada a un comando etarra en mayo de 2003 en la localidad francesa de Saintes. Dieciséis años después de su redacción, tres lustros después de su hallazgo y con ETA desmantelada y oficialmente disuelta desde el pasado mayo, la misiva amenazante contra los funcionarios de prisiones le ha costado a Apeztegia regresar a prisión por integración en organización terrorista.

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La carta, que terminaba con un “sed buenos” dirigido a sus compañeros etarras, forma parte del enorme fichero de documentos y objetos de ETA entregado por las autoridades francesas a España y que está siendo analizado para reabrir algunos de los alrededor de 300 crímenes sin resolver de la banda, que asesinó a 854 personas en 50 años de terror. El juez De Egea considera que la gravedad de la pena que podría imponérsele a Apeztegia en el juicio determina un riesgo de fuga que justifica enviarlo de nuevo a prisión. El magistrado ha rechazado la tesis de que el delito de integración en organización terrorista haya prescrito, como planteaba su abogado, Aiert Larrarte. La integración es un delito de “tracto continuado” y “se consuma todos los días desde su ejecución”, recuerda el magistrado en su auto de prisión.

Apeztegia Jaka fue arrestado por la Guardia Civil en Hernani en la Operación Lenteak (gafas, lupas en euskera). Las pesquisas arrancaron en 2016 en el marco de la labor de investigación de las acciones terroristas perpetradas por ETA que hasta la fecha siguen sin esclarecerse. Los agentes constataron que en 2002, estando condenado y preso por el intento de un asesinato mediante atentado terrorista, Apeztegia constituyó "un canal de comunicación estable y seguro" desde prisión con la dirección de la organización, a la que remitió "varias informaciones sobre potenciales objetivos proponiendo atentar contra ellos", según informó el instituto armado en una nota el martes.

Apeztegia Jaka, de 54 años, estuvo en prisión de forma ininterrumpida desde el 30 de enero de 1992 hasta que fue puesto en libertad por orden de la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional en mayo de 2013. El etarra había acumulado penas de 71 años y medio de prisión por diversos actos terroristas, entre estos el intento de asesinato en marzo de 1992 del empresario guipuzcoano José Osinalde, que se había negado a pagar 50 millones de pesetas (300.000 euros) a la banda como impuesto revolucionario. También fue condenado por su pertenencia a organización terrorista y por el cobro de extorsiones a empresarios en los años 1990 y 1991. Salió de la cárcel tras cumplir el plazo máximo de 20 años de prisión que le correspondían en virtud del Código Penal de 1973.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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