Ciudadanos subraya sus diferencias con el PP de Casado
La formación de Rivera aprovecha las primarias para marcar distancias y destacar la guerra interna popular
El nuevo líder del Partido Popular, Pablo Casado, quiere recuperar todos los votos a la derecha del PSOE. Allí están los más de 3 millones de españoles que optaron por Ciudadanos en 2016. La campaña sutil del partido de Rivera para distinguirse y defenderse ya ha empezado.
El programa de primarias de un partido no es una copia del que luego se llevará a las generales. Casado destacó las propuestas que le iban a ayudar a ser el nuevo presidente del PP. Desde Ciudadanos quieren aprovechar esas medidas para destacar, primero, la división dentro del PP y, segundo, con su partido.
Ciudadanos evita por ahora que sus portavoces comenten en abierto las medidas de Casado, que son solo de él y no del PP: "No sería responsable por nuestra parte hacer una valoración de las propuestas que hizo Pablo Casado durante las primarias del PP porque son propuestas que lanzó a título personal y que no han sido ratificadas por el partido", dicen fuentes oficiales de la formación de Albert Rivera, que prefería a Casado antes que a Soraya Sáenz de Santamaría como rival electoral.
Pero algunas propuestas de Casado sí sirven para subrayar por dónde irán las distinciones entre ambos partidos.
Menos impuestos. El encargado de preparar el programa económico de Casado fue el economista Daniel Lacalle. Sus propuestas más llamativas tenían que ver con la bajada o la eliminación de impuestos: el tipo máximo del IRPF del 45 al 40%, sociedades del 25 al 10% o suprimir patrimonio, donaciones y sucesiones.
En el programa electoral de 2016, Ciudadanos prometía no subir ningún impuesto. Pero sus bajadas o supresiones eran más comedidas que las de Lacalle. En Ciudadanos no quieren comentar los números de Casado porque "ni tan siquiera el artífice de estas medidas, Daniel Lacalle, ha entrado a formar parte del Comité Ejecutivo Nacional del PP" y tal vez, dicen, "han preferido prescindir de él y de sus propuestas". Es decir, primero que se aclaren y luego ya nos pelearemos.
Europeísmo y euroorden. La oposición de los tribunales alemanes a la extradición de Carles Puigdemont provocó peticiones de reformas. Casado planteó la ruptura de Schengen: "El espacio Schengen se podrá suprimir si no hay garantías de que a España se le respete", dijo.
Ciudadanos presentó en cambio una iniciativa no de ley para fortalecer la euroorden. Su objetivo como "partido netamente europeísta", decía el texto, era "respetar la integridad del espacio Schengen" y no comprometer la "libertad de movimiento de los ciudadanos europeos". La plataforma "progresista y liberal" de Ciudadanos con Macron será otra diferencia futura.
Los derechos LGBTI. Casualmente, dos días después de la victoria de Casado, Rivera recibió en el Congreso a Ángela Ponce, la primera mujer transexual elegida como Miss Universo España. El partido defendió que era en el marco de "la ley contra la LGTBIfobia", que está en tramitación. En una nota, Rivera defendió "el derecho de cada persona a expresarse y sentirse como realmente es".
Los derechos LGBTI han estado ausentes de las declaraciones de Casado en las primarias.
El aborto. Casado dijo en EL PAÍS que sobre el aborto aspiraba a "volver al consenso social de los 80 y 90 del PSOE y del PP que Zapatero rompió con fines electorales". El día después del Congreso del PP, Rivera se mostró sorprendido: "No le he escuchado decir nada en 7 años de mayoría absoluta" sobre el aborto, dijo Rivera. "Ciudadanos está en otros debates: modelo económico o pacto educativo", añadió.
La regeneración es electoral
Dentro de las medidas de "regeneración", Casado incluyó la reforma de la ley electoral. Tanto Ciudadanos como Casado tienen un objetivo similar: reducir el peso de los partidos nacionalistas en el Congreso. El debate territorial es donde mayor será la batalla entre ambos partidos. Ciudadanos confía en su origen catalán para seguir abanderando ese terreno.
Casado quiere que el ganador de las elecciones reciba una prima de 50 diputados. Con más diputados para el ganador, la necesidad de pactar con nacionalistas sería menor: "De manera que no dependamos de bisagras nacionalistas", dijo Casado. Rivera propone establecer un umbral del 3% nacional para todos los partidos. Las formaciones que no lleguen a esa cifra no podrían entrar en el Congreso. Entre los nacionalistas, a esa barrera en 2016 solo se acercó Esquerra, que obtuvo el 2,63%. La representación de los nacionalistas se daría solo en un Senado convertido en un cámara territorial de verdad.
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