Cientos de personas protestan en el Valle de los Caídos contra el traslado de los restos de Franco
El Gobierno quiere trasladar su tumba fuera del mausoleo para convertir el monumento en un "lugar de memoria y reconciliación"
Cientos de personas se han reunido este domingo en el Valle de los Caídos para pedir que el Gobierno no exhume los restos de Francisco Franco, como adelantó EL PAÍS que iba a hacer el pasado 16 de junio. Al grito de "¡Viva España!", "¡El Valle no se toca!" y "¡Franco, Franco, Franco!", españoles de distintas partes del país han permanecido fuera de la basílica donde se encuentra la tumba del dictador. Dentro se celebraba misa con aforo limitado.
Desde las nueve de la mañana, una caravana de coches ha retrasado el acceso al recinto, una imagen poco habitual en el Valle de los Caídos. "Hemos venido para despedirnos de Franco", ha comentado Zaqueo Echeverría, de 27 años, que ha llegado con su esposa embarazada y tres hijos desde Segovia. De fondo, algunos rezaban el Ave María. Pilar Gutiérrez, presidenta del Movimiento por España, que organizó la jornada, predicaba con un altavoz: "Franco no está muerto. Todos los que están muertos en Cristo no están muertos".
Vestido con su uniforme azul de la Falange, Francisco Javier Feria ha asegurado: "Hay mucho rencor, esto es una venganza hacia una ideología política". "Esto no es un culto a Franco. Los cuerpos que aquí yacen tienen que dar el ejemplo para que esto [la Guerra Civil] no vuelva a suceder", ha agregado. Más de 33.800 personas permanecen enterradas en el mausoleo, entre ellas republicanos fusilados, arrojados a fosas comunes y trasladados al Valle de los Caídos sin el consentimiento de sus familias.
Mientras esperaban para entrar, en la explanada algunos, para posar en la foto, desplegaban banderas con el águila y las volvían a guardar. La Ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007, estipula en el artículo 16 que "en ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas o del franquismo". Pese a la aprobación de esta ley, varias organizaciones siguieron convocando manifestaciones en homenaje a Franco. Algunas, como la del 20 de noviembre de 2010, terminaron con la intervención de agentes antidisturbios. Este domingo, algunos de los asistentes han alzado los brazos y han cantado el Cara al Sol y consignas como "Españoles sí, refugiados no" o "Cataluña es España, no nos engañan".
"Este no es el sitio, vayan a La Moncloa", les ha respondido Alberto López, de 29 años, que se ha definido "más franquista que todos", pero ha reclamado que no se hicieran reivindicaciones políticas. "Es un lugar de reconciliación", ha señalado. Algunos de los guardias civiles han pedido tranquilidad a los más exaltados.
A las once, ha empezado la misa dentro de la basílica, donde se encuentran también los restos del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, y que tiene un aforo de 1.500 personas. Muchos de los asistentes llevaban pulseras, gorros y camisetas con la bandera española. "En mi familia había gente de los dos bandos", ha afirmado Luis Sánchez. No es la primera vez que viene al Valle y ha asegurado no estar de acuerdo con que se exhiban símbolos franquistas.
Antes de salir, muchos han aprovechado para comprar todo tipo de recuerdos en la tienda de la entrada: desde marcalibros a 1,90 euros hasta bolsas de tela con la imagen de la cruz del Valle. Fuera, cientos de personas seguían esperando en una fila de 300 metros para poder entrar.
Mezclados entre las banderas, un grupo de ocho turistas australianos observaba la concentración. "No estábamos esperando ver esto, estamos un poco confundidos", ha explicado Bradley Pool, de 19 años. "Hemos venido con una guía española que nos explicó que el Gobierno quiere sacar a Franco de ahí", ha agregado Jenna Coates. Después del mediodía, solo quedaban unas pocas personas y se oía La canción del Valle, del cantante Raymond. "No son canciones de guerra, son himnos de amor y paz", repetía el estribillo, mientras un joven se paseaba con una bandera preconstitucional colgada en la espalda.
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